Algo que no debería faltar

A veces damos por hecho cosas, que aunque deberían darse siempre, no son tal que así. Cuando acudimos a una barbacoa, damos por sentado que habrá carne y cerveza, al igual que cuando vamos a una pizzería, la que tiene piña no se contempla como opción.

Cuando hablamos de interiores y centro del campo de la masía, también hay perfiles que damos por “sacados” o formados, pero la cosa es que no ha sido tal que así… hasta el partido vs Betis, que si que vimos ese perfil que deberíamos ver todo el año.

 

Un interior “diferente”

 

El partido contra el filial verdiblanco, nos mostró una gran sorpresa en su once inicial, la aparición de Aleix Garrido como titular, el jovencísimo interior diestro de 17 años irrumpía en la categoría… y de qué manera.

Aunque Sergi Barjuán cuenta con bajas devastadoras para el medio, son bajas esperadas, que él sabía que sería una suerte de serum del que deleitarse con gotas. Sin Gavi ni Nico, el entrenador debía adaptarse a jugadores peores.

Todo esto, unido a las bajas de Jandro (jugador capaz de activar diferentes alturas) y Peque (capaz de ser un nexo para todos), el filial se encontraba con jugadores interiores que no poseían una capacidad entre líneas top. Lucas de Vega es un futbolista intermedio, que gusta de venir a recibir y subir, Matheus es un jugador que pese a querer ser disciplinado, no tiene ese futbol en su cabeza, y Aranda… Aranda es un jugador eminentemente ofensivo, un mediapunta o extremo reconvertido al interior izquierdo.

Con todo este contexto, el despliegue entre líneas de Aleix fue fascinante. Ese cuchillo que está en tu cuello, amenazándote con un corte limpio y mortal, el interior diestro fluctuaba por las espaldas de los mediocentros rivales, lateralizándose e interiorizándose cuando la acción lo pedía, tanto él como a los rivales, que los tenía agobiados con tanta sombra. Navegaba entre la conducción y el primer toque, la pausa y la aceleración. Sus recepciones ponían en jaque un gran sistema defensivo, donde él era el agua que tapaban con las manos, aunque luego no se terminase de traducir en un sinfín de ocasiones de gol.

Por último, pero no menos importante, lo que generó Garrido especialmente fue darle al centro del campo una asignación de roles más coherente. Si Lucas era ese segundo escalón que ayudase a mover el balón, Garrido no tenía intención de usurpar funciones, sino de hacer su función de forma inmaculada, crear diferentes alturas.

 

 

Zonas a potenciar

 

Como ya hice referencia antes, el uso de extremos de un carácter marcadamente exterior (aunque jueguen a pie cambiado), la ausencia de Peque y de interiores del corte “entrelíneas”, la ocupación de la zona de espaldas de mediocentros se está quedando corta en el equipo, o más bien, peca de falta de ese talento “especial”.

Aunque aún es pronto para emitir juicios definitivos, la irrupción de Aleix puede marcar un antes y un después en su curso, o más bien, hace replantear a Sergi cosas a las que quizás ya daba por “muertas”. Con el joven interior, ganas talento en esas zonas que pensaba que no tenías. ¿Le dará Sergi galones?