El partido del pasado sábado dejó al aficionado culé con esa amarga sensación de “esta película ya la he visto antes”.  En Granada, el conjunto blaugrana volvió a dejarse puntos con sensaciones similares a lo ocurrido anteriormente en Pamplona, contra el Alavés, o en menor medida contra el Celta de Vigo.

El fútbol irregular del equipo y la falta de calidad arriba, el Barça dispone hoy día de la peor delantera que mis ojos han visto, provocan que crear ocasiones y aún más, traducir estas en goles sea una odisea. Una vez la tarea difícil se completa, la falta de experiencia y/o capacidad de gestionar el partido termina inclinando el campo al rival. La fragilidad defensiva y la ausencia de portero hacen el resto. Tener un partido ganado con tiempo por delante jamás se puede dar por hecho en este Fútbol Club Barcelona dirigido por Xavi Hernández, técnico desde hace ya varias semanas. Una de las principales causas, en adición, a las ya comentadas se deben al descompás existente entre los integrantes de la plantilla. El Barça vuelve a tener una plantilla con falta de coherencia.

En los últimos años, hemos disfrutado de plantillas con 5-6 atacantes top mundiales a la vez que no se contaba con un jugador capaz de ordenar con balón en el centro del campo o no existía un solo lateral derecho en la plantilla. Otros años, ni siquiera había dos centrales de formación en la plantilla, mientras en la delantera las figuras eran redundantes. Este año, además de calidad o falta de perfiles, la plantilla del conjunto culé tiene el paso cambiado de edades. A la vez que comparten XI cinco, seis jugadores en edad sub 21, los acompañantes de estos pueden ser Sergio Busquets, Jordi Alba, Gerard Piqué o Daniel Alves; jugadores que ya nos sonaban a caduco hace un lustro. Todo esto se traduce en varios problemas que se ven reflejados sobre el verde. Los jugadores llamados a hacer la transición entre las sugerentes promesas y las leyendas han fracasado estrepitosamente. Los Dembélé, Umtiti, Coutinho, Lenglet, Ter Stegen, Depay o Frenkie de Jong, no solo no han dado un paso para llevar al club dónde se merece, sino que, a todos ellos aunque a algunos con más ahínco, se les busca salida para poder construir ya sin ellos el Barça del futuro. La ausencia de jugadores de calidad en edad óptima de competir entre físico y experiencia se está traduciendo en varios problemas irresolubles en el corto plazo. El técnico de Terrassa tiene trabajo.

Ante el conjunto nazarí el mediocampo formado por Nico González, Gavi y Sergio Busquets presentó un problema grave. A pesar de la calidad y la voluntariedad de los canteranos sus aptitudes no terminan de casar, al menos del todo, con Sergio Busquets. Gavi y Nico son dos jugadores enérgicos y muy verticales, que buscan acelerar la jugada siempre que esta sea posible. En el partido del pasado sábado, esto terminó precipitando muchos ataques y en los minutos finales, cuánto más rápido iba la pelota hacia campo del Granada más rápido podía transicionar el conjunto dirigido por Robert Moreno. Busquets incapaz de pesar en contextos rotos acabó siendo transparente. Mención especial al desastroso regreso de un Memphis falto de ritmo y confianza. La vuelta de Pedri supone un alivio en este sentido. El canario es capaz de recibir entrelíneas, darle un puntito de pausa y ordenar el ataque culé, si bien, no es un gestor. En contra de las opiniones mayoritarias, el Barça debería fichar un centrocampista de jerarquía capaz de dominar el balón si finalmente se opta por no seguir confiando en Frenkie de Jong, como parece, de cara a la próxima temporada. La otra opción a la hora de tratar de controlar los partidos es optar por un Riqui Puig cuya excesiva energía y sus carencias técnicas le están sentando mal al equipo. No parece ser la respuesta.

Que no se perciba en estas líneas una crítica a Gavi o Nico, las dos notas ilusionantes de esta gris temporada, simplemente, juntos al lado de Busquets terminan desembocando en un equipo que adolece de control y experiencia. Lógico, todo llega.

Hoy en día, el Barça se mueve entre el futuro y el pasado. Con la vuelta de los, posiblemente, dos mejores jugadores sub 21 del mundo y el fichaje de Ferrán Torres la situación mejorará sin lugar a dudas. Si se acierta fichando presente, y no se repiten errores, podemos volver antes de lo que esperan. Hay que cambiar el paso.