Hay veces en la vida, que todo lo que ocurre a tu alrededor, te golpea, te manosea, te babosea… te agobia de tal modo que no eres capaz de discernir la tranquilidad. Lo hagas bien o mal, parece que todo vuelve a donde mismo, al punto de partida.

Mientras tanto, el agobio crece y aunque lo hagas bien, parece que sigue ganando. Que necesario es tener una bocanada de aire en ese momento para poder continuar. Algo así le pasa a nuestro querido filial

 

Poco a poco

 

Con los nuevos fichajes del primer equipo y la recuperación paulatina de los que ya estaban, el B empieza a recuperar efectivos que tan buenos resultados estuvo dándole en la primera parte de la temporada. Como lo fue al principio, Sergi le da un protagonismo absoluto a sus extremos, pero a diferencia de Pimienta, desde otra perspectiva.

Sergi necesita de dos jugadores en banda con una autonomía en el juego que hagan tambalear las defensas rivales. Normalmente, es el extremo izquierdo quien se encarga de ser el diablo, el regateador, mientras que en la otra orilla, Jutglà se estaba encargando de ser la amenaza al espacio, el jugador al que temer (con y) sin balón.

 

 

Mientras Sergi recupera la tercera punta del tridente (Rodado), parece que la estricta correa que el entrenador lanzaba su equipo empieza a ser aflojada. Algo que siempre me crispó de su idea, fue la poca valentía para con sus laterales. Como he comentado antes, la autonomía y momentos de inspiración de sus alas le hacía sacar los partidos a golpe de talento. Sin embargo, con este bache de resultados, Sergi toca cosas y empieza a darle mayor libertad a sus laterales.

Alpha y Ndiaye se mostraron más ofensivos durante el partido que enfrentaba a Linares. Si Sergi “solo” era permisivo con Balde y en momentos de remontada, en su último partido fueron frecuentes las subida y doblamientos de los laterales a los extremos. Esto generó que un más pausado Abde pudiera encontrar no solo carriles por dentro, sino mejor capacidad para tocar por ahí. Esto, unido a un ya recuperado Jandro, permitió amenazar de forma más eficiente y especialmente, tener un dominio sobre el partido que solo un error pudo empañar en el resultado.

 

Una bocanada de aire

 

Si la falta de perfiles de ¾ resta muchas posibilidades al equipo en sí, que Sergi empiece a recuperar jugadores (y sus estados de forma) se antoja imprescindible para poder empezar a sumar y a realizar el juego que él quisiera.

En este último partido, la sensación de superioridad fue abrumante ante un débil rival que solo pudo respirar ante un fallo de Ndiaye. Tarde o temprano el equipo empezará a respirar de nuevo, salvo que se encuentre en un punto, donde la respiración no sea necesaria