El Barcelona se pasó más de un lustro haciendo un equipazo con los mejores jóvenes del continente para que, con un presupuesto que hace muchos años que no está entre los cinco primeros de Europa, ser el mejor equipo de largo, unas rentas, por ciertos, de las que vive esta temporada, puesto que, honestamente, los movimientos de la nueva directiva sólo han hecho que debilitar un equipo que apuntaba a legendario.

Pero esta vez no pretendo rajar de la directiva, que se lo ha ganado a pulso, por su inepta gestión del balonmano culé. Aquí quiero pensar lo que pudimos ser y, casi seguro, no seremos. Lo que nos pudo dar Ludovic Fàbregas, y que no nos dará.

El pivote es francés, pero de familia catalana y siempre tuvo claro que quería estar en el Barça. Rechazó al PSG y llegó a la Ciudad Condal joven y dispuesto a comerse el mundo. Ahora, que estaba ya sentado a la mesa y dispuesto a comenzar ese manjar, se va. Con 25 años y siendo de lo mejor del planeta en su posición. Hemos cocinado un jugador que apunta a ser dominante y se lo hemos puesto en el plato al Veszprem, donde llegará en 2023. Se va descontento con la directiva del conjunto donde quería hacer época. Ostias, qué cagada.

Algunas voces apuntan a que el siguiente será Dika Mem, cuyo contracto acaba en 2024. Un jugador que llegó con 19 años de la segunda división francesa y que también arrebatamos al PSG. Otro que apuntaba a buque insignia para más de una década. Otra descomunal cagada, sería.

Todo lo que en clave Barça me hace pensar en sueños rotos, me hace cambiar de deporte y pensar en Ansu Fati. Algo que he comentado con muchos amigos y en muchos grupos de Whatssapp. Razones muy distintas a los casos anteriores, por supuesto. Pero algo me dice que no será el jugador que todos vemos que puede ser. Las lesiones se lo impedirán, y sus malas recuperaciones. Mal que me pese, bien haría el Barça en dejar de pensar en el canterano como un jugador clave, porque nos podemos quedar cojos. Espero equivocarme.

Me ha quedado un texto hater. Un artículo muy Joan Barriach.