EL TÉRMINO MEDIO DE ARISTÓTELES

El equipo de Xavi persigue la virtud, como Aristóteles, el tema es tenerlo claro y no pecar de uno de los vicios que definen ese término medio aristotélico. Punto medio entre los vicios, para que nos hagamos una idea, es intentar evitar los extremos como la cobardía y la temeridad, impregnando cada acción de valentía. No es sencillo porque a veces es fácil caer en uno de esos extremos, que a ojos profanos se podría asemejar a la virtud y sin embargo nada que ver. De hecho una des las pistas para saber si nos estamos alejando de esa virtud es que es muy fácil deambular entre ambos términos.

Quién no, pecando de temerario, se ha dado cuenta del error y ha saltado al otro extremo, donde el miedo dirige nuestras acciones. Si de fútbol hablamos, vemos con frecuencia como equipos inconscientes, una vez notan el peligro en su portería, se acogotan y acaban defendiendo en área propia. Como explicaba Aristóteles en su “Ética a Nicómaco”, no se trata de mostrarse valiente de boquilla, antes de que llegue el momento, sino justamente ahí, en la batalla, mostrando tranquilidad antes de ella.

Por esto es tan importante la lectura del juego. Por eso es fundamental jugadores como Pedri, Gavi o el propio Ferrán, que saben cuando empieza la pelea. Cuándo realmente hay que buscar el área rival, cuándo dinamizar y acelerar la jugada. Pero también cuando atemperarla y congelar el ritmo de juego. Ese es el punto medio. No ejecutar todo con una rapidez inusitada, sino marcar los tiempos para hacerlo todo lo rápido (o lento) que realmente demanda la jugada. Juega rápido, piensa despacio. La lentitud aparente da precisión y la precisión velocidad. Aquí los extremos aristotélicos, los vicios, serían la parsimonia y la precipitación. Y la virtud la derecha de Pedri.

Xavi lo sabe. Y cada día que pasa busca no solo argumentos individuales en sus futbolistas estrellas, sino que haya un modelo de juego al que te puedas agarrar cuando las cosas van bien, sí, pero sobre todo cuando la dinámica no es positiva, el jugador se hace las preguntas erróneas y es fácil caer en el vicio aristotélico,  dudando de uno mismo.

Hacen falta más “Gavis”, hacen falta esos valientes. En el fútbol y hasta me atrevería a decir que en la vida. Porque de cobardes y temerarios está el mundo lleno y así nos va, como podemos ver últimamente y no solo en el ámbito futbolístico…seguramente con más valientes a los mandos y en los medios, que a veces se confunden, no estaríamos en el punto que nos encontramos hoy, normalizando la mediocridad, en vez de priorizar el aristotélico “término medio”.