La presión del Barça de Xavi

El fútbol actual tiende cada vez más a un sempiterno duelo de presión vs salida de balón. Todo lo que se genera desde ahí marca a casi todas las acciones posteriores. Si un equipo es capaz de robar con continuidad arriba, se le facilitará mucho su trabajo, generará ocasiones fáciles y no tendrá que correr hacia atrás. Sin embargo, si fracasa en su intento, se verá condenado a defender un contraataque constante, partiéndose así por el camino y dando grandes facilidades al rival.

El mejor mediapunta del mundo es la presión. Jürgen Klopp.

 

 

Cuando Pep Guardiola entrenaba al Barça su presión tras pérdida era reconocida en todo el mundo como una de sus características principales que le llevaban a tener más éxito que el resto de equipos. Esto provocó que, no sólo que gran parte de los grandes, y no tan grandes, europeos lo imitasen si no que se empezaran a buscar soluciones para hacer frente a las presiones adelantadas. Si vemos ahora un partido de inicios de la década pasada nos encontramos con que eran muy pocos los equipos que ante una presión en saque de puerta jugaran en corto con sus centrales. Así que, en esos años la presión se debía casi en exclusiva a la transición defensiva que se producía tras perder el balón. Como el Barcelona lo perdía siempre muy lejos de su área y con muchos jugadores cerca del balón le era muy fácil recuperarlo.

Pero con el paso de los años el mundo del fútbol se ha concienciado sobre la importancia de salir desde atrás con la pelota controlada. Los equipos europeos de buen nivel están repletos de jugadores con capacidad de tomar decisiones bajo presión y ahora mismo se ve hasta raro que según qué equipos no inicien el juego en corto aún enfrentando a una presión. Y al hacer frente a estas salidas de balón más trabajadas y ante equipos mucho más preparados para hacer frente a presiones altas el Barça de los últimos años ha naufragado una y otra vez. Y eso ha provocado que repetidamente el equipo se partiera, recuperase la pelota cada vez más atrás y atacase mucho menos. Para hacer frente a esta incapacidad los diferentes entrenadores que ha tenido el Barcelona han optado por diferentes soluciones. Por ejemplo, Ernesto Valverde fue muy criticado por optar en muchos momentos por un repliegue en 4-4-2 que a veces llegaba a convertirse en un 6-2-2 protegiendo los costados con el extremo al lado del lateral. Por otro lado, Ronald Koeman acabó optando por marcas al hombre a todo campo en un desesperado intento de que la presión de su equipo funcionase. Y lo consiguió durante cierto tiempo de la primera temporada. Pero el marcaje al hombre exige esfuerzos muy grandes y una vez que se conoce es bastante sencillo de contrarrestar (con la ida vs Atlético de Madrid o Benfica como mejores ejemplos esta temporada).

Cuando Xavi entró en el club el equipo notó una mejora relativamente rápida en varios mecanismos con balón que a su vez redundaron en mejoras en la presión tras pérdida. Pero, aún así, seguía desangrándose cada vez que el rival iniciaba en corto y el equipo tenía que presionar alto. El partido vs Villarreal es un ejemplo perfecto de cómo un equipo que quiere presionar alto y no es capaz acaba concediendo espacios que el rival puede aprovechar con facilidad. En un principio el egarense probó varias fórmulas. Desde marcajes al hombre, simulando a su predecesor, a marcajes mixtos o zonales. Sin embargo, ha acabado dando con la tecla simulando lo que hace el Barça Femenino.

De un tiempo a esta parte los azulgranas están soltando a Gavi, normalmente, y a Pedri, en su defecto, a la altura del delantero, que suele ser un Aubameyang que es finísimo interpretando los momentos de presión*. Por detrás están dejando un rombo de 4 hombres que van basculando con bastante agresividad sobre la zona de balón con Frenkie de Jong casi siempre en la punta del rombo, que es el que tiene que interpretar dónde ubicarse para tapar el mayor espacio posible y formar un triángulo con los dos hombres de delante. En este rol el neerlandés se está saliendo pues su interpretación es sencillamente maravillosa y está robando muchos balones. A su lado están los extremos y por detrás está Busquets que tiene libertad para saltar hacia delante si la jugada lo requiere.

 

Además, el Barça se está beneficiando de que esta manera de defender deja a sus jugadores más agresivos sin balón (Auba, Gavi, Pedri y Frenkie) en la zona dónde el rival da sus primeros pases y facilita la presión a los extremos dejándolos por detrás pudiendo así emparejarse más fácilmente con unos laterales que suelen jugar muy arriba. Cuando se da la situación de que al Barça le superan esa primera presión la tendencia vuelve a ser juntarse lo más rápido posible. Por ello cuando son superados se juntan en un bloque relativamente bajo con un 4-1-4-1 bastante canónico.

Así pues, si bien es cierto que la presión tras pérdida ha mejorado irremediablemente gracias a la mejora ofensiva ha sido esta mejora en el juego defensivo posicional lo que ha marcado un antes y un después en el rendimiento defensivo azulgrana.

 

*Los momentos de presión son situaciones en las que un defensor debe interpretar que es el momento adecuado para acosar al poseedor del balón. Suelen estar marcadas por el entrenador de antemano y son situaciones como un pase horizontal, un mal control, varios pases repetidos en la misma zona o una recepción de espaldas.