Las posibilidades de salvar la temporada
No había escrito hace meses sobre el balonmano culé, y lo cierto es que esta temporada tampoco lo he estado siguiendo como solía. El entrenador, un Ortega al que adoraba como jugador, me parece insulso y que aporta poco o nada a lo que era el equipo. Quizá incluso resta. Y el llevar tantas derrotas en otoño este temporada como en la suma de las cinco temporadas anteriores fue la gota que colmó el vaso.
Pero también hay que ser justos, el equipo juega infinitamente peor, ha logrado victorias mucho más ajustadas ante rivales muy inferiores, y el cúmulo de derrotas de la Super Globe, el doblete ante el Kielce o el ridículo empate, con atraco, eso sí, ante el Oporto parecían llamar a un apocalipsis que no ha llegado. Pero lo cierto es que el equipo no ha competido mal ante rivales duros, no los ha arrasado como en temporadas anteriores, pero se ha mostrado a un nivel similar, e, incluso, superior ligeramente. Salvo con el Kielce, aunque los polacos han perdido partidos que muestran que tampoco están a un nivel superior.
Así que, con esa perspectiva, el Barça tiene las opciones intactas de salvar la temporada, incluso ha entrado en cuartos de final de la Champions League por la vía rápida y tan sólo está a una ronda de volver a la Final Four. Y no sería raro que los problemas hayan endurecido a un equipo que, curiosamente, en temporadas anteriores, en las que se había exhibido con brillantez, echó en falta estar más curtido en los momentos clave. Quizá me estoy haciendo ilusiones, pero el aspecto psicológico del deporte es fascinante como un elemento por sí sólo.
Aunque se vuelvan a lograr todos los títulos, la plantilla empeoró sensiblemente el pasado verano, es un hecho impepinable, con un Ali Zein que llegó para tapar la vergonzosa salida de Palmarssön y por el que deberían rodar cabezas, pues se queda muy corto cuando toca. Maciel tampoco es lo que se espera un portero del Barça, pero él sí es un parche necesario para este año hasta la llegada de Nielsen.
Con todo, al César lo que es del César, parece que en los despachos buscan enderezar de nuevo el rumbo de la sección y con Nielsen llegarán los suecos Hampus Wanne, por un Ángel Fernández que no me importaría que siguiera, y Jonathan Carlsbogard, un poderoso lateral que sí puede suplir a Palmarssön. También parecía hecho Viachaslau Bokhan, el pívot bielorruso del Motor Zaporiyia, aunque la crítica situación del equipo ucraniano debido a la lamentable guerra ha dejado un halo de incerteza en todo lo que rodea al Motor (y al deporte del país en general, como es comprensible).