Objetivo cumplido. El Barça certificó su pase a la ansiada F4 de Belgrado después de vencer en el 5º y definitivo encuentro de la serie el correoso Bayern. Y lo hizo sufriendo lo indecible, como ya sucediera en la del año pasado ante Zenit. El año pasado el equipo después de ese colapso se recompuso, hizo una buena F4 y ganó la ACB, pero la realidad es que estos cuartos de final dejan más malas noticias que buenas.

En Belgrado se las verá con un Real Madrid revitalizado tras una serie fantástica ante Maccabi. Si fuera por estado de ánimo los de Laso serían claros favoritos. Si fuera por precedentes los de Saras. Esto hace una semifinal de muy incierto signo. Si hace 3 semanas el Barça hubiera sido muy favorito ahora mismo las cosas se han igualado o incluso se han dado la vuelta. El equipo blanco tiene experiencia en estos fines de semana, tiene un plantillón inacabable y sabemos lo importante que es en estas citas llegar bien. Y llegan en el momento justo.

Así que el Barça tiene 15 días por delante para recuperar y mejorar su nivel si quiere competir por el cetro continental, pues de los cuatro equipos que llegan a la capital serbia seguramente sea el que se presenta con peores sensaciones. Colectivamente el conjunto culé está sufriendo para encontrar regularidad en su juego, sobre todo en ataque, donde está acusando principalmente la caída de variad individualidades. Gracias de Laprovittola y Mirotic, los dos estandartes del equipo durante toda la temporada y también en esta serie ante Bayern. Ellos han llevado al Barça a Belgrado y ahora se tienen que sumar muchos jugadores para la causa.

Este desaguisado exterior que ha parecido por momentos el Barça en esta serie responde a la irregularidad de Nick Calathes, por ejemplo, cuya actuación da algún motivo para preocuparse. Jokubaitis desde la lesión no ha vuelto a ser el mismo y urge recuperarlo para la F4. Aunque quizá el caso más preocupante (y sorprendente) es el de Kyle Kuric, con un 3/20 en triples ante el equipo bavaro. Lleva toda la temporada peor que el año anterior, pero parece estar sufriendo una crisis de confianza como nunca antes le hemos visto. Sin él en una gran versión parece impensable ganar la Euroliga.

Y es que aunque llegue Higgins las condiciones en que lo haga estarán lejísimos de su nivel. Y por si fuera poco la lesión de Exum complica todavía más las cosas. Abrines puede ser un jugador de momentos, pero sigue sin estar al 100%. Y quien sí parece estar bien físicamente pero sin confianza ninguna es Nigel Hayes, que ha firmado una serie difícil de digerir.

Y si preocupantes son las cosas en el juego exterior no menos por dentro, donde Mirotic ha sostenido todo el chiringuito. Brandon Davies muy de más a menos, Rolands Smits solo el meritorio tercer partido y Sertac Sanli absolutamente desaparecido y desacertado. Un bagaje demasiado pobre e insostenible si se quiere aspirar a algo en Belgrado. Es de prever que Davies mejore y sea importante porque siempre da la cara, pero se necesita más. Mucho más cuando tienes delante a Tavares, Poirier o Yabusele.

Apenas dos semanas por delante tiene el Barça para cambiar esta peligrosa dinámica que amenaza con dejar sin el sueño de la Euroliga. Toda la temporada ha demostrado ser el Barça el mejor equipo de Europa, pero eso en una F4 cuenta muy poco. Ya ni siquiera llegará a Belgrado como tal. Pero quién sabe si el Barça puede remontar esto. Motivos para creer este proyecto los ha dado.