Se consumó el desastre, la decepción, el fracaso o como cada uno quiera llamarlo. El Barça perdió una ACB que debía ganar ante un rival que era peor. ¿Qué ha pasado durante el trayecto de ser claramente el mejor equipo de Europa hasta perderlo todo en dos meses? Pues son muchas cosas, pero ha sido un final previsible dada la marcha de un equipo y otro. Este abrupto desenlace invita a reflexionar sobre el proyecto y obliga a tomar decisiones, bastantes más de las que uno podía pensar hace no tanto.

Lo primero honores a Nikola Mirotic. Si hace un año le exigíamos un rendimiento acorde a su salario y status este ha respondido con creces. Es una lástima que el equipo le haya acompañado tan poco en su misión. Nivel extraordinario toda la temporada, apareciendo además en los días señalados. Absolutamente nada se le puede reprochar al montenegrino, cuyo elevado salario esta vez sí se lo ha merecido. Y a partir de aquí todo es susceptible de cuestionar.

Extraña la temporada del Barça en el juego exterior, condicionada por la lesión de Cory Higgins. Su rendimiento una vez recuperado, con sus altibajos, no deja de ser normal, pero quien más y quien menos se pregunta si vamos a poder ver otra vez su mejor versión y si esa renovación podría ser algo tóxica. El tiempo lo dirá. Sorprendente la temporada de Nico Laprovittola, con diferencia el mejor culé del año exceptuando Mirotic. Su nivel ha sostenido al equipo ante la irregularidad del backcourt culé e hizo más llevadera la ausencia de Higgins. Merecida la renovación a pesar de las dudas finales, aunque ese posible contrato tan alargado parece algo exagerado.

Aunque para extraña la temporada de Rokas Jokubaitis, llena de altibajos. Un comienzo muy irregular, propio de su adaptación, un despegue que le convirtió en jugador capital (sobre todo el momentos decisivos) y amenazando con ser elemento diferencial en primavera, pero nada de eso ha ocurrido. Más bien al contrario. La lesión supuso un antes y un después en su temporada y lo que hemos visto después ha sido un espejismo. Falto de confianza, sin acierto y con Saras haciendo una gestión de su participación muy extraña. El resultante de esta primera temporada en el Barça es decepcionante y viendo los cambios que ha de acometer el Club no sería de extrañar que vieran con buenos ojos que los Knicks se lanzaran ya este año a por él.

Extraña también la campaña de Kyle Kuric. Es verdad que esos problemas de espalda le han lastrado en el tramo decisivo de la temporada, pero conviene recordar que ya venía lanzando peor que en temporadas precedentes. Sin él a su mejor nivel Saras ha perdido un arma absolutamente fundamental de su repertorio y se ha confirmado como vital. Tiene contrato y es de esperar que este mal momento haya sido circunstancial, pero también tenemos la mosca detrás de la oreja con uno de los elementos más fiables de la plantilla.

Y aquí quizá el asunto más capital a analizar del juego exterior culé: Nick Calathes. Temerario calificar su temporada como mala, pero por momentos sí ha limitado al equipo y en el reset que parece necesitar el grupo parece el más susceptible de ser sustituido, sobre todo porque al alcance parece haber un jugador mejor, un tren que coger cuando pase o que se te escapa. El salario del griego es elevadísimo, le resta un año y a buen seguro que tendrá propuestas, así que seguramente sea un movimiento a hacer. Agradecidos porque ha sido un lujo y es buenísimo, pero Satoransky es irrenunciable.

Entramos en el terreno pantanoso del «3», donde nadie ha estado a la altura. Hayes vino porque no había nada mejor en el mercado tras la negativa de Kalinic y ha ido muy de más a menos hasta acabar a un nivel bajísimo. Abrines tiene la excusa de la lesión, pero su participación posterior está a la altura de su 2ª mitad de temporada 20-21, así que no es algo circunstancial. Y Sergi Martínez no ha dado ningún paso más respecto a la prometedora campaña pasada. Llegó Exum a mitad de temporada y no ha sido extremadamente regular, pero fue una incorporación que aportó. Su no participación en los dos primeros partidos de la final algo que reprochar a Saras, sin duda.

Por dentro el equipo ha sido muy inconsistente. Mirotic ha sostenido todo el chiringuito mientras el resto de interiores han ido yendo y viniendo. El experimento Sanli Parte I no ha terminado de salir bien. No pocos problemas físicos y muy irregular. No sería sorprendente que el Barça buscara moverlo de vuelta a Turquía. Brandon Davies también ha estado más irregular y su rendimiento coincidiendo con los rumores de su adiós cayó bastante. Oriola no ha estado y si hubiera estado tampoco hubiera importado, así que Saras se ha agarrado a un menos inspirado Rolands Smits, pero igual de batallador.

Tienen varios temas que atajar Saras desde la banqueta y Navarro desde el despacho si quieren revitalizar el equipo, empezando por enriquecer una rotación donde hay jugadores que no aportan casi nada. Tienen contrato, pero de entre Oriola y Abrines debería caer uno ya. Son cupo, cosa no poco importante, pero aportan demasiado poco como para tenerlos haciendo bulto. Abrines tiene contrato hasta 2026 y Oriola hasta 2024, así que el pívot tiene más posibilidades de ser movido si él aspira a jugar minutos en otro lado.

La hoja de ruta parece estar señalada. Satoransky debería llegar por Calathes, Vesely por Davies y Da Silva por Smits. A partir de aquí será vital encontrar ese «3» de nivel que compita con el Deck-Hezonja que tendrá delante el Barça el año que viene. El sueño húmedo fue Juancho, pero este verano no va a salir y lo único que puede hacer el Barça es posicionarse para el siguiente. El fichaje de este alero es la gran incógnita de este mercado a falta de alguna sorpresa que pueda desencadenar algún otro movimiento. La salida de Oriola, de Jokubaitis, Sanli o incluso Kuric.

Con los movimientos que parecen ciertamente confirmados, ¿el Barça será mejor equipo que esta temporada? Satoransky debería dar un impulso físico a la posición y ser más sustancial que Calathes, asumiendo la pérdida del caudal de juego que genera el griego. ¿Puede el Barça buscar otro movimiento exterior para buscar otro manejador o incluso alguien más explosivo y autosuficiente? Hace unos días se publicó el rumor de Wilbekin. El Da Silva por Smits parece un cambio que merece la pena. El letón ha tocado techo, aquí no puede progresar más y a cambio llega un chico con un gran potencial y de gran polivalencia. Poco que perder. Y el Vesely por Davies da más miedo por la edad del checo, el contrato que pueda firmar y su físico, pero por nivel no hay relevo mejor. Sin ir más lejos y sin ánimo de ser ventajista Vesely ha promediado en la final que Fenerbahce le ha ganado a Efes en Turquía 23 de valoración en 4 partidos, mientras que Davies se ha quedado en 5 en también 4 partidos.

Saras

El fiasco final de temporada también salpica al entrenador, como no podía ser menos. Ha tenido que lidiar con problemas físicos en el equipo todo el año y pese a ello acabó líder de las clasificaciones regulares en ACB y Euroliga, pero como ya ocurriera la temporada pasada el equipo lo pasó francamente mal en el Playoff de Euroliga ante otra vez un rival inferior. El equipo se le ha ido cayendo pese a que los resultados no lo reflejaban y en primavera lo ha pagado. No se sabe si por una cuestión física, por agotamiento mental o por qué, pero el grupo lejos de crecer ha involucionado. Muchísimos problemas para generar, para sumar puntos y jugar cómodos. Tiene que darle herramientas el Club para encauzar el proyecto justo cuando entra en último año de contrato, pero su errática gestión de este final de temporada le deja tocado y va a tener que acertar este verano. Que le fichen cabrones o lo que sea que quiera para llevar a cabo de la mejor manera su plan, pero esto es el Barça y hay que ganar. Él es el primero que lo sabe.