Los húsares alados polacos eran un cuerpo de caballería pesada armada con largas lanzas que desplegaron sus fuerzas por los campos de batalla europeos en el S. XVII. Sus rasgos distintivos eran unas alas cosidas a la coraza que infundían el terror en las líneas enemigas. Hace siglos que esta unidad de élite desapareció, pero su liderazgo y sus duelos son bien honrados por un compatriota. Robert Lewandowski es el líder húsar que el Fútbol Club Barcelona necesitaba.  A pase de Sergi Roberto, el ariete polaco desplegó sus alas y alcanzó un remate donde para la mayoría de los delanteros no hay ni posibilidad.

Robert Lewandowski anota en la goleada del FC Barcelona al Sevilla - El Comercio

A sus 34 años, el húsar polaco demostró que puede haber llegado tarde a la ciudad Condal, pero está en plena forma y su declive no se encuentra ni mucho menos cerca. En el minuto 46, fue capaz de seguir una contra desplegada a toda velocidad por Dembélé, algo que Suárez nunca pudo, y tras no recibir un pase claro aplaudió al francés. Significativo. Su nivel de juego en los apoyos permite darle coherencia al fútbol vertical que viene practicando Xavi, y su voracidad de cara a puerta va a dar los puntos y el tiempo necesario a un proyecto aún verde. El rol de líder estaba huérfano en el vestuario desde la marcha de Leo Messi y ese es el primer problema que ha atajado Alemany en el mercado; gol y liderazgo positivo.

Volviendo al césped, Xavi Hernández viene plasmando sobre el campo un plan táctico, con matices, que bebe directamente del empleado por Pep Guardiola en tiempos recientes. Extremos abiertos, interiores altos en los vértices, un lateral que se despliega y uno que actúa de bisagra entre la defensa de tres y el lateral al uso. Esta es la principal razón por la que Rapinha y Dembélé parten, estados de forma al margen, con ventaja sobre Torres o Ansu. Jugadores alimentadores al pie. El técnico culé coloca dos extremos generadores muy arriba para que ensanchen el campo, con los interiores muy arriba, formando prácticamente una línea de cuatro que fija y sujeta al rival. Sin embargo, este plan se estaba encontrando con dos problemas en cuanto a piezas que Mateu, con la liga ya empezada, ha tratado de solucionar. El director técnico culé parece ir completamente en sintonía con el entrenador blaugrana tratando en todo momento de otorgarle las piezas necesarias para su modelo de juego preconcebido. Una coherencia necesaria de la que no dispusieron sus antecesores.

Primero. La soledad de Busquets. El pivote queda muy solo al tener a los interiores tan altos. Además, obliga al central/lateral a saltar líneas con un pase directamente hacia el extremo o interior alto, de ahí la importancia de un Eric García soberbio en este inicio de la temporada. Este déficit, Pep lo viene paliando con Cancelo, un lateral a pierna cambiada, con regate y creatividad que se suma al centro del campo como un volante al uso, incluso Walker se trata de un futbolista con balón superior a Araujo. La apuesta por el charrúa como lateral a tiempo completo parece durar poco por este motivo. Con este plan de juego se exige que Ronald encuentre pases que su pie es incapaz de dar y se sume al centro del campo, de ahí que Xavi pensara en Juan Foyth para este rol de replicar el tercer central a la vez que se perfila mejor y tiene más calidad en el pase. Tras no llegar el defensa del Villarreal, Koundé parece una solución perfecta. El central francés tiene una agilidad con el balón brutal, su rango de pases es ilimitado e incluso posee un toque creativo innato. Para Koundé no es su posición predilecta, pero Jules es el lateral ideal para los días claves en el plan inicial de Xavi.

Segundo. Contra el Rayo vimos a menudo a Dembélé o Rapinha chocándose con un Jordi Alba que llegaba. Al tener extremos fijos y abiertos, el lateral deseablemente debería tomar roles interiores y ocupar el hueco que Pedri deja al avanzar a espaldas del medio rival. Ni en su prime Jordi fue eso por lo que la llegada de Marcos Alonso o la apuesta de Balde deben cerrarle definitivamente la puerta. El futbolista español de 18 años viene jugando a gran nivel, si bien su posicionamiento a veces es caótico, su físico es top y te da algo que jamás podrá ofrecer Jordi Alba, desequilibrio con balón. Agua en el desierto.

El Barça debe ajustar las fases de presiones altas, discernir cuando correr y cuando juntar al equipo con pases. Si Pedri y Gavi tienen mayor libertad para moverse desde la espalda del medio rival, el ataque fluye mejor y Busquets gana tiempo y socios. Correr parece un caramelo muy apetecible con Dembélé y Rapinha, pero elegir cuando hacerlo y cuando temporizar marcará la diferencia en este Barça de Xavi que comienza a carburar.