El inicio del Barça de balonmano en este curso 2022/23 apunta a ser sensiblemente mejor que el de la temporada pasada. El equipo venció al Kielce en casa, con una muy buena primera parte, cuando el año pasado el equipo perdió ambos choques de liguilla ante los polacos. Eso sí, más adelante en la temporada venció el que importaba.

Y es que hay que decir que el Barça de balonmano el año pasado se marcó un ‘Madrid’ de manual; cuajó un grueso del año pasable, con una primera fase de la temporada de suspenso claro, en la que sufrió derrotas hasta por alineación indebida, que rompía tres años de imbatibilidad en ASOBAL. De hecho, perdió más partidos en esos primeros meses que en los cuatro años anteriores juntos. Pero el equipo despertó. Un partidazo en Flensburg dejó al equipo con pie y tres cuartos en la Final Four, y allí volvió a competir con excelencia.

Este año el equipo ha comenzado algo más al estilo Xavi Pascual, aunque aún es muy pronto, y habrá que esperar que el equipo siga compitiendo igual cuando toca, algo que fue el tendón de Aquiles del Barça en temporadas pasadas. Por ahora, el equipo pinta bien y los fichajes apuntan muy alto; Wanne y Carlsbogard son auténticos jugadorazos, y el meta Emil Nielsen es un fuera de serie. Y es divertido ver a alguien con ese aspecto de tímido, bonachón y de no estar muy en forma ser tan ágil y competitivo.

Con Ludo Fàbregas yendo a Hungría el verano que viene, nos espera una temporada en que seguramente abunden los rumores de fichajes y el ruido externo. Posiblemente, dada la magnitud de la baja, sea muy normal. Pero el Barça deberá estar tan centrado en la pista como en los despachos.