Se acerca la hora de la verdad

A las puertas de otra jornada doble de Euroliga, el Barcelona llega con una forma titubeante. Las derrotas en casa ante Asvel y Virtus cuestan de explicar en un contexto en que el equipo parece estar mejorando. A nivel de juego, y no debería de haber discusión, lo cierto es que no ha sido un buen comienzo de temporada. Aunque el equipo sabe competir más que otras veces, y lo ha demostrado especialmente durante los meses en que Nikola Mirotic estaba fuera de combate.

Es ese colmillo competitivo el que me permite ser optimista de cara a los títulos esta temporada. De hecho, soy más positivo que otros años para los fatídicos cuartos de final, en que al Barcelona lleva dos años seguidos llevándolo al quinto partido el octavo clasificado, y la Final Four, que parece terreno abonado para un equipo más emocional, impulsivo y fogoso como es el Efes de Larkin y Micic, rival del Barça este viernes en el Palau Blaugrana. Pero hay razones para creer.

Ese partido, además, será una buena piedra de toque para la ya próxima Copa del Rey de Badalona, en que el Barça defenderá su título de campeón en una competición de la que ha ganado cuatro de las últimas cinco ediciones, y que servirá para medir la longitud y letalidad del colmillo competitivo de este equipo.

Con la adaptación de Tomas Satoransky, un fichaje enorme, y con Mirotic acabando su ‘pretemporada’ podremos ver el auténtico potencial del Barcelona en la próximas semanas, toda vez que Jan Vesely ha caído bastante de pie en los esquemas de Saras, que Da Silva ya sabe qué hacer para sumar y que Kalinic sigue siendo de los mejores, si no el mejor, ‘3’ de Europa. Preocupa, eso sí, la progresión de Rokas Jokubaitis, que jugó muy bien ante el Betis, pero que ha mostrado una mayor irregularidad y un menor nivel, especialmente en la dirección, en lo que va de temporada.