“Como en casa, en ningún sitio” reza el refrán popular, tan popular como en su enorme mayoría de veces certero. La comodidad y habitualidad del hogar a veces es inigualable, por más que te mejoren las condiciones en otros sitios.

Esto es algo en futbol también suele ser cierto, equipos haciéndose fuertes e inexpugnables en el lecho casero, dominando no solo temporadas, sino competiciones enteras, jugando con algo que solo tienes allí, algo que a veces es intangible.

 

La recuperación del filial

 

Este año está siendo un poco soso en clave segundo equipo, sin ningún tipo de juego arrollador o, lo que suele ser más atractivo, ninguna figura que resalte de forma potente sobre el resto como jugador del futuro, sin embargo, siempre se pueden ir viendo cositas, las flores no aparecen de hoy para mañana.

Si el filial en un primer momento pareció un equipo extremadamente compacto y maduro para la categoría pese a la pérdida de calidad diferencial, esto duraría poco. Tras una periodo de luna de miel seguido de una fase difícil, el equipo empieza a arrojar una cara más “lógica”, más “filial”.

Y es aquí donde empiezan a emerger cosas interesantes. Como equipo, parece que Márquez es un técnico que tiene las cosas bastante claras. Sin embargo, pese a esto, hay veces que la calidad de la plantilla no termina por impulsar la idea.

 

Actores «secundarios»

 

Con la vuelta de Estanis, el filial ha aumentado mucho su capacidad de intimidación, el extremo izquierdo con su gran zancada no solo permite ir al espacio con bastante precisión, sino que a su vez, una vez recoge la pelota tiene la autosuficiencia como para hacer retroceder y marcharse de su par. Aunque Juanda lo había estado haciendo bastante bien, creo que Estanis es ese update que necesita el año.

 

 

En el extremo diestro, aunque el peso del equipo no pareciera pasar por ahí, se alternan entre Luismo e Ilias. El primero es mas centrocampista jugando en banda, el segundo es más extremo. El problema es que ninguno está terminando de marcar diferencias de forma regular, aunque si lo puedan hacer desde el banquillo como revulsivos.

Luego, uno de los pilares en los que se está refugiando el filial, es en su pareja de centrales. Ninguno parece llagar (aún?) al nivel de Araujo o Mika, pero es su dúo más maduro y regular. Dominantes en campo abierto y en área, está permitiendo que pese a las numerosas llegadas que pueda recibir el equipo, esta no terminen de convertirse en gol.

Por último está el caso delantero centro. Barberá parece estar aclimatándose cada vez más a la categoría, Jugador que por físico pudiera costarle, está traduciendo su buen futbol no solo en goles, sino en soluciones muchas veces para sus compañeros. Jugador que una segunda temporada (si la tiene) puede venirle fenomenal para sacar a relucir todo su futbol, que es mucho.

Pero claro, no todo es tan bonito. Pese a lo descrito, y como he comentado anteriormente, los grandes equipos suelen nacer muchas veces de grandes individualidades, y en el B no parece haber a día de hoy ninguna que se erija de forma aplastante. Tocará ver el resto de la temporada, pero a día de hoy, no hay mucho más, habrá que hacerse fuerte en casa.