El título de este artículo se me hace muy duro como dueño de este escrito. Sergio Busquets ha representado, para mí, el arquetipo máximo de futbolista que nos llevó a la gloria, aquel que ejemplificaba mejor que nadie aquella máxima de Johan Cruyff, “juega al fútbol con la cabeza, porque el balón es más rápido que tus piernas”. El dueño de la posición de 5 culer durante quince años se fue y, sus más agoreros radicales no paraban de decir lo que se le echaría de menos. Sin embargo, con el primer mes de competición ya finito, el mes más complicado con menos sistema y más de tirar de carrerilla de modelo y estructura, nadie se acuerda del excelso pivote de Badía, y es que Sergio Busquets, aunque no en cuerpo, sí se había ido futbolísticamente hace casi un lustro.

Y precisamente, no es que se le eche de menos porque el Barça de Xavi Hernández que va a alcanzar ya la respetable fecha de dos años en el cargo, juegue un fútbol primoroso, sino porque el equipo blaugrana sigue jugando igual de mal que en estos dos años previos con Xavi en el banquillo y Busquets a los mandos. La aportación de Busquets reducida a cierta claridad en los primeros pases ha sido paliada por el técnico de Terrassa otorgándole los galones y el eje de la zaga a un Jules Koundé, que, con su creatividad y técnica, les otorga la intención a los primeros pases blaugranas que el ex 5 realizaba. Pocas más funciones realizaba el Busi, incapaz de crear más arriba o transparente en la transición defensiva, todo lo contrario, a cuando el club le pedía un gesto económico o su entrenador que se quedase, pero ese es otro tema.

Para sustituirle en cuanto a posición, pero no en cuanto a función llegó Oriol Romeu por un módico precio. El ex del Girona viene cuajando actuaciones meritorias y está siendo alabado por la parroquia blaugrana, a pesar de que el techo del equipo con el canterano se vea limitado. Su despliegue físico para llegar a cortar jugadas laterales o hacia atrás, juego aéreo y golpeo ya suponen una ventaja a las prestaciones que daba Sergio. En los primeros pases, Koundé, y en conducción De Jong, hacen que la marcha del capitán no se note un ápice. El suelo del equipo sube impepinablemente, al no tener una debilidad tan marcada, sin embargo, la creatividad y el techo se ponen un límite quizá muy bajo con Oriol en el once. Su mera presencia hace que un jugador de mayor talento ya sea Gavi o Joao Félix, partan desde el banco. Aunque es un jugador que no demanda protagonismo y su fit con Frenkie es muy bueno, la circulación del Barça y su creatividad en tres cuartos no está siendo la deseable. Al no contar el equipo con Pedri en este arranque, sumado a que no existe prácticamente un regateador en la plantilla, prescindir de un atacante/medio creativo puede ser un peaje demasiado elevado. El dilema de Xavi ahora es este, ¿suelo bajo coherente o entregar la base a Frenkie-Gundogan y explorar nuevas vías?