Vivimos engañados por el calendario. Creemos que el año nuevo empieza en Enero, cuando hacemos balance y todo tipo de propósitos nuevos. Pero no, el año empieza en Septiembre y sino, a las pruebas nos remitimos. Las pilas las cargamos en verano, donde muchos nos permitimos desconectar y, por qué no, pensar en qué ha ocurrido en los últimos meses para, con las consabidas promesas de automejora, volver a la rutina renovados, como con otra cara y otras ganas. A veces es mero autoengaño, pero otras realmente «somos otro».

Ya sea porque algunos comienzan nuevo curso, otros volvemos a la rutina de la oficina y algunos, los más afortunados, simplemente retornan de sus vacaciones para preparar las siguientes; puentes de Octubre, Noviembre y Diciembre, o incluso las propias de Navidad.

Los futboleros confundimos el día de Reyes, con el 31 de Agosto, en el que vienen en forma de regalo, las últimas novedades del equipo. Alguna más ilusionante que otra, incluso a veces hace más ilusión lo que se va, que lo nuevo que llega. Así es el ser humano; perder de vista a alguien también «ilusiona».

Podemos estar horas debatiendo si este Barça «después de Reyes» es mejor que el del curso pasado o hemos empeorado alguna línea. A mí no me cabe ninguna duda que somos mejores, más potentes y versátiles. Pero también entiendo a los que piensan que la calidad de la plantilla es menor. Al final el tiempo dará o quitará razones.

Si vamos línea a línea, vemos que la base del año pasado: atrás, porteros y defensa, se quedan muy parecidos en valor absoluto, pero es bastante más potente en contexto 2023. Hemos cambiado un lateral con proyección ofensiva en irremediable caída como Alba y cuyo sustituto ya no solo le había comido la tostada sino que presenta credenciales a mejor lateral izquierdo de Europa. Por un lateral derecho que, probablemente desde Alves, no nos daba esta capacidad ofensiva y de juevo combinativo por dentro, como Cancelo. Y recordemos lo que siempre comento, en el fútbol de élite de hoy, donde el espacio y el tiempo están tan caros; solo puedes salir a comprarlos con excelentes laterales. Es el caso. A estos dos laterales hay que sumar un grupo de centrales con querencia a las «molestias musculares», pero que duda cabe, top en Europoa, sobre todo si hablamos de Araujo y Koundé. Pudiendo ser ambos una pareja de época. El «Márquez-Puyol» de esta década.

Si nos vamos a la línea de medios. Los fichajes de Gundogan y, pongámoslo en este grupo, aunque sabemos que puede formar parte de la delantera, de hecho esa versatilidad es uno de sus diferenciales, João Félix. Son uno por lo mostrado en los últimos años en el mejor equipo de Europa, el City, y otro por su potencial siempre intuído y solo enseñado a cuenta gotas, dos aportes de una calidad excelsa. Que vendrán muy bien cuando el jugador que le suele cambiar la cara al Barça de Xavi, Pedri, no esté disponible. Termómetro que nos debemos guardar todos con el fútbolista turco-alemán: cuanto más arriba esté jugando, más posibilidades que el Barça esté sometiendo a su rival en el balcón del área.

Pero si de una pieza debemos notar la diferencia y casi nadie tenemos la certeza de cómo saldrá, es de la necesaria desde hace años y nunca abordada, sustitución de Busquets. Somos conscientes que ya era una rémora, tanto en defensa, donde perdía su sitio y llegaba tarde con frecuencia. Como en ataque, donde sus continuas pérdidas de balón en sitios clave del campo, era un goteo continuo de oportunidades del rival. Vamos a ver si la dupla Romeu/De Jong sigue mostrándose como élite o hace aguas en partidos grandes. Ahí estará buena parte de las posibilidades de competir cada título esta temporada para el Barça. Así como una causa importante de que últimamente seamos conocidos como el Barça «de los cuatro centrocampistas» que tanta estabilidad nos da en el centro del campo, como moja la dinamita de nuestro principal killer del área.

La línea de ataque es precisamente la que ha estado sujeta a más cambios. Muy determinada por su reducción a dos jugadores; Lewandowski y su acompañante. Han desaparecido a su vez dos futbolistas clave del año pasado, Dembélé y Ansu. Vamos a ver cómo sale la apuesta. Como decíamos, cierta cuota de gol puede caer en el propio João Félix, en un renacido Ferrán y quizá no tanto el gol como el desequilibrio, en la nueva estrella, este sí un verdadero regalo de Reyes, Lamine Yamal. Futbolista llamado a marcar una época en el fútbol mundial a poco que los acontecimientos sigan su curso natural.

Armas, muchas armas para un Xavi que se queda sin excusas a la hora de afrontar esta temporada, este «año natural» para los que nos gusta este deporte. De él dependerá en gran medida sacar todo el potencial de una plantilla tan rica, como compleja. Tan voluble, como potente. Veremos si el Sr. Hernández quiere ser un entrenador de élite llamado para la gloria o no es capaz de extrapolar su calidad como el mejor futbolista español de la historia a un entrenador más, que pasó sin pena ni gloria por su club, nuestro club, el Barça.