Primer partido tras la resaca emocional del martes europeo y segundo partido seguido de Liga en casa. El rival, un Rayo Vallecano que de la mano de Paco Jémez se ha erigido como una de las principales revelaciones del campeonato. Equipo fiel a la personalidad e ideario del técnico: valiente, atrevido y descarado. A pesar de dos bajas tan significativas como Javi Fuego -su único hombre realmente defensivo en medio campo- y su mejor hombre de ataque, el joven Leo Baptistao, los de Vallecas no decepcionaron.

Tampoco lo haría el Barça, que salió con algunas novedades respecto al último choque frente al Milan como Adriano, Cesc y Alexis además de Pinto, en ausencia del sancionado Valdés. Sin embargo, Adriano duraría poco en el terreno de juego. Rotura en el bíceps femoral y se estima que estará de baja alrededor de un mes. Baja que puede condicionar los planes de cara a la Champions ya que ante la lesión de Puyol la nómina de centrales se reduce aún más si cabe y Mascherano está apercibido de sanción. Pero ya tendremos tiempo de hablar de eso más adelante. Otro día.

El primer tramo de partido no decepcionó visualmente. Mucha intensidad, velocidad y tremenda continuidad en el juego no exenta de errores en lo técnico. No pocas imprecisiones en el cuadro blaugrana que no lograba salir limpio desde atrás, bien por la presión y vigilancia de los hombres del Rayo comandados por el ‘Chori’ Domínguez, bien por las dificultades en el Barça a la hora de tomar la decisión adecuada batiendo líneas. En favor de los de Roura destacar que Pinto, a diferencia de lo que venimos observando con Valdés, sobre todo esta temporada, incide en salir en corto desde atrás, una y otra vez. El Rayo es un equipo propicio para transitar y cuando el Barça lograba llegar a zona de 3/4 los espacios eran muy evidentes. Ahí Leo Messi se hacía más fuerte e imprevisible si cabe que nunca y desencadenaba todo el peligro. Así llegaría el primer gol, en el que alimenta a un Villa que sigue sumando enteros a base de voluntad, confianza en sus posibilidades y hoy también, buen juego. Partido muy completo del asturiano, esta vez partiendo de la izquierda, en una posición mucho más abierta que el pasado martes.

En pleno apogeo de transiciones, el Barça gozaba con Leo como referencia, pero cada pérdida ofrecía una realidad tan cruda como aparentemente insalvable: el equipo se desnudaba. Literalmente. Este Barça 2012-13 si por algo se ha caracterizado es por quedar muy expuesto tras pérdida, sufre mucho sin balón. Ante tal circunstancia no hemos asistido sino a un nuevo partido de lo más completo de Sergio Busquets. Y ya van… El de Badia es pulpo y bombero a la vez. Si no está, llega a tiempo. Y si no, es que ya estaba en el sitio y momento adecuado para robar. Es cierto que ha tenido algunos fallos en la salida y también en el propio robo, pero quedan fácilmente sepultados por todo lo que ha aportado al equipo. Él ha sostenido la débil transición defensiva del Barça. Que se dice pronto. Sin embargo, mientras que Busquets confirma que parece haber vuelto al nivel de antes de febrero, a quien debemos exigir más es a Cesc. Especialmente en un partido como éste en el que aparecen fácilmente los espacios. En la segunda parte ha mejorado su tono gris y realmente intrascendente de los primeros 45′ pero nada como para lanzar cohetes. Debe asumir más responsabilidades si quiere ser importante y jugar en los partidos decisivos. Algo que a día de hoy parece complicado ya que pese a todo, Xavi, aún en su intermitencia física, sigue siendo un activo más seguro y fiable.

El 2-0 y 3-0 surgiría de los pies de Messi en asociación con David Villa. Ambos se han entendido a las mil maravillas y más allá de los goles, el partido deja unas sensaciones muy dulces entre ambos. Se palpaba que estaban disfrutando sobre el verde tapiz (más resbaladizo que de costumbre, por cierto, al juzgar por el comportamiento sobre el mismo de los futbolistas). El ’10’ lleva la locura de 18 jornadas seguidas marcando y se acerca a los 50. Lo cierto es que este tipo de registros acaban convirtiéndose con él en mera anécdota. Como si fuera sencillo. Leo es todo. Principio y fin. Ha disfrutado mucho con esos espacios entre centrales y centrocampistas. Tanto para repartir caramelos a sus compañeros -Villa fundamentalmente- como para fabricarse él mismo las chucherías. Cuando el argentino sonríe, algo está pasando. Y no es bueno para el rival. Por otro lado, el chileno Alexis estuvo lejos de la exquisitez y acierto técnico de sus dos compañeros en ataque pero estuvo muy voluntarioso. No se escondió a pesar de algunas decisiones finales erróneas y cuajó un partido que valoraría como positivo para el colectivo. En lo anímico es otro jugador a recuperar como Cesc, si bien en esta faceta pienso que está ya algo mejor el ex del Udinese. Lo importante, que todos se suban al carro de la inercia positiva tras la clasificación a cuartos y el inminente regreso de Tito a Barcelona.

Pese al 3-0, ya en la segunda parte, el Rayo no bajaría los brazos y Paco Jémez seguiría dando instrucciones desde la banda pidiendo intensidad y confianza a los suyos. La entrada de Lass y Tamudo dio más oxígeno al equipo en ataque, prescindiendo del centrocampista menos ofensivo (Adrián) y acabaron encontrando la recompensa del gol. Primer toque de Tamudo y a la red. Estadio fetiche donde los haya para el máximo goleador catalán de la historia de la Liga. Casi nada. Con este marcador se llegaría al final. El Barça bajó bastante el ritmo y acabó dando entrada a Thiago y Song, que reemplazaron a los dos interiores titulares, Iniesta y Cesc. El Rayo siguió insistiendo, liderado por el espíritu y disparos lejanos de su capitán, Piti, al tiempo que el Barça, Messi a la cabeza, estuvo a punto de aprovechar de forma letal alguna de las contras para ampliar la ventaja. Al final, el electrónico dejaría el 3-1 y en las estadísticas un dato curioso: menos de 54% de posesión para el Barça, el partido de menos posesión del Barça en lo que va de temporada (vía @marcosperiodico). Algo que habla por sí solo de la personalidad de este Rayo.

El apunte extravagante de la noche se lo lleva el look cada vez más hipster de Dani Alves (por una apuesta en esta ocasión), que volvió a rendir a gran nivel en sustitución de Adriano. Tanto el brasileño como Jordi Alba son auténticos salvavidas en ataque y en el caso del ex del Valencia, logra, además, muchas recuperaciones tirando de físico. De lo más notable corriendo hacia atrás del Barça. Gran, gran fichaje el de Jordi Alba. Hay que decirlo más.

Ahora, parón obligado por compromisos internacionales. El próximo encuentro de Liga será el sábado 30 en Balaídos (18:00h). Justo 4 días antes de visitar el Parc des Princes para la ida de 1/4 de Final de la Champions. Pedimos desde aquí que vuelvan todos los internacionales sanos y salvos. El tramo decisivo de la temporada se viene en breves. Estamos firmes camino de la 22ª Liga y sería muy bonito complementarlo con el sueño de repetir por tercera vez en Wembley. Mientras, esperamos con los brazos abiertos a Tito y confiamos en que el equipo siga trabajando en mejorar y corregir esos detalles que le hacen humano. Demasiado humano como para renunciar a correr cuando puede.

Parafraseando la obra de Nietzsche: «Humano, demasiado humano.»