Como dijo el maestro Johan Cruyff en rueda de prensa «un paloma no hace verano«, pero también es cierto que «un paloma tampoco hace invierno». Esto es aplicable al partido de hoy y a otros de esta temporada. Siempre hay que contextualizar lo ocurrido y tomar distancia y tiempo para asegurar si vamos por buen camino o no. De momento, todo parece apuntar que por un sendero vamos, sin saber muy bien qué hay detrás de la siguiente loma ni a dónde nos conducirá al final de la temporada.

Esta indefinición quedaba muy bien planteada en la previa del partido y Martino decidió responder a las preguntas con un 11 algo diferente al habitual. Pinto en la puerta, Masche y Piqué de centrales y Montoya y Adriano en los laterales. Por delante, Busquets, Xavi y Sergi Roberto. Arriba, de izquierda a derecha, Pedro, Neymar y Alexis. Y bueno, la cosa funcionó.

Quitando unos 5 minutos iniciales con un Celtic intentando ir arriba en la presión, los de Glasgow pusieron en pocos problemas a los locales. Ni intensidad, ni repliegue por acumulación, ni búsqueda de las espaldas… nada de lo que ha hecho sufrir a los blaugranas últimamente. Situados en el contexto posiblemente más favorable de la temporada, el equipo hizo un buen partido, incluso en tramos muy bueno aunque entre el minuto 25 y 40 volvieran algunas lagunas y cierto descontrol, que no pérdida de dominio.

Hoy hubo una presión fructífera, con recuperaciones en zonas calientes que generaron mucho peligro y goles. Pero aún siendo muy provechosa no fue buena. El Barça presiona tras pérdida por inercia independientemente de la zona y ubicación del equipo -tanto propio como rival-. No se elige el momento y el lugar sino que automáticamente se realiza. Y eso, ante equipos con soluciones y mayor capacidad técnica, da opciones para aprovechar la espalda de Busquets y que sufran nuestros centrales. Por cierto, un Sergio espléndido en todas sus acciones. Cuando se siente desbocado en campo rival, se convierte en el jefe del garito, el tipo ese que desde la barra lo controla todo.

Ritmo e intensidad, dos palabras necesarias para competir. Cuando se cumplen ambas todo es mucho más fácil. El balón circula más rápido, el tercer hombre aparece, se generan ventajas e incluso, aparecen jugadores en zona de remate. ¿Únicamente con eso? Evidentemente que no, pero sí es imprescindible.

La tripleta atacante en el partido de hoy fue agresiva en el desmarque a la espalda del Celtic. Bien es cierto que el poseedor del balón solía estar sin oposición para poder asistir a dichos desmarques y eso facilitó que llegaran a buen puerto muchos de ellos. Pero lo importante a mi parecer es que eran «violentos» y con mala idea, con hambre. Y claro, cuando el defensa está constantemente girándose 180º, aparecen espacios en la media punta.

El equipo no fue excesivamente ancho en la primera parte. Poca aportación de los laterales y extremos bastante centrados, mucho más preocupados por la ruptura que por otra cosa. No sé si será por nombres o bien por «nuevo concepto» pero la ubicación de ambos más conservadora favorece la presión tras pérdida y poder compensar la zona de Busquets.

Dos nombres nos deja el partido de hoy. Uno es Neymar, que se llevó el balón firmado por sus compañeros a casa. Más allá de los goles y acciones espectaculares -que las hubo-, me gustaría destacar sus primorosos 25 minutos como falso 9 al inicio del partido. No estuvo acertado en el pase ni en la recepción, pero ejecutó a la perfección el papel de distracción y trabajó para sus compañeros. Neymar es capaz de generar y jugar colectivamente, sin obcecarse en acciones individuales, y eso el equipo lo agradece.

El otro nombre es Sergi Roberto, «el parcheador«. Sus movimientos en fase ofensiva son de libro. Entiende cada situación, visualiza a sus compañeros y busca el lugar adecuado para ofrecerse. Si ve un desajuste, corrige, si ve una ventaja, la aprovecha, que hay problemas en salida de balón, se ofrece. No será actualmente un jugador para llevar el peso del equipo, pero sí el mejor complemento para Busquets y el otro acompañante en medio campo -poned el nombre que queráis-. Un actor secundario que trabaja para que luzcan las estrellas.

Clasificados como primeros de grupo, no queda otra que esperar al próximo lunes 16 de diciembre para conocer el rival en octavos de final, que saldrá de la terna: Bayer Leverkusen, Galatasaray, Olympiacos, Manchester City, Schalke 04, Arsenal y Zenit. Llega el momento de las eliminatorias, donde hay que descubrir todas las cartas. ¿Tiene Martino marcadas las suyas?