Hazlo, o no lo hagas. Pero no lo intentes”. Con esta arenga el maestro Yoda –quién si no- ponía la primera piedra en el entrenamiento para conseguir que Luke se convirtiese en Jedi. Una arenga que también casa bien con el estado actual del Barça de Gerardo el Tata Martino. El gran maestro de la fuerza Jedi no conminaba a la nueva esperanza a que no pusiese empeño en la tarea, si no que buscaba alejarlo de la duda. Porque la duda te limita y te paraliza. La duda te llena de miedo. Y ya saben: el miedo te lleva al lado oscuro.

En un equipo de fútbol, no hay ningún lado más oscuro que la derrota, y en esas camina últimamente el Barça, de una forma tan inesperada como pronunciada. Inesperada porque el equipo no dudaba. No jugaba bonito, ni quizás del todo bien, pero las ideas estaban claras. Con el problema detectado, el entrenador argentino acertó en la solución a emplear. El asunto fue que exageró con las veces que utilizó esta solución. Incluso con los escenarios.

El partido de ida contra el Ajax ya nos indicó que el equipo catalán caminaría por la indefinición al menos hasta el Clásico. Pero fue precisamente a partir de aquí cuando esta se acentuó deslegitimando el discurso del equipo. Celta, Espanyol, Betis Granada, Ajax o Athletic de Bilbao. Todos partidos diferentes. Y El Tata, acertando, se equivocaba porque sembraba la duda en el equipo y aumentó el recelo de la afición.

Utilizando el ejemplo de mañana, el (in)transcendetal partido contra el Celtic de Glasgow, la sensación es que solo el entrenador sabe como van a jugar. El camino entre el quiero y el puedo terminó en una situación en la que el equipo no es ni perro ni lobo. Contra los escoceses apetece pensar que el equipo saldrá a tener el balón, pero ¿alguien puede asegurar que llegadas las circunstancias no se procederá a un repliegue como contra el campeón de Holanda?, ¿o a buscar la verticalidad y correr como contra el Betis? Pero incluso jugando al estilo Barça, ¿se presionará manteniendo un doble pivote posicional?, ¿se buscará juego corto interior o balones largos a banda? Preguntas que resumen el estado de aturdimiento actual del plantel.

No son matizaciones sobre una base hecha. Estas son lógicas y saludables y las maneja cualquier entrenador competitivo. Sin embargo, cuando las variaciones son tan profundas y se hacen sobre una estructura no completamente definida, se vuelven perjudiciales. No es una cuestión de tener un plan, ni de defensa del estilo, si no algo simplemente más pragmático: saber a que se va a jugar y poder defenderlo.

El discurso del equipo ha menguado en este último mes de competición, sin saber que cosas debe hacer y que cosas debe no hacer. Y esto ha enfermado al equipo vaciándolo de contenido. Porque a veces, aunque se acierte a conocer la enfermedad, y se sepa que medicamento emplear, un exceso de las dosis es igual de perjudicial que el no hacer nada.

El líder de la Liga española debe recuperar el saber que hacer. Y en esas, lo más lógico quizá parezca recuperar la esencia del equipo, para lo que está programado: tener el balón. Y una vez con esas, utilizar, ahí si, todas las matizaciones necesarias para que el equipo sea competitivo. Y para que deje de dudar. Mañana, por rival y escenario, parece ser el día perfecto para iniciar la reconstrucción.