El Bayern de Múnich se enfrenta mañana a una situación atípica esta temporada: debe competir. La frase suena sorprendente a estas alturas de la temporada, pero la realidad es que los de Guardiola no lo hacen desde las Supercopas de agosto. O sea, desde pretemporada. En la Bundesliga ningún rival presentó batalla, y en Champions League el primer escollo que le puso en dificultades fue un Manchester United al que se le dio por derrotado antes de empezar y donde solo estuvo por detrás en el marcador dos minutos.

Esta es una situación que perjudica al crecimiento del equipo, al no tener una base sobre la que conocerse y crecer, pues como bien sabe Pep, algunas derrotas tienen su valor. Partiendo de esa premisa, la única vez que el Bayern descubrió América viajando a la India fue el pasado miércoles en el Bernabeu, y ahí quedaron tres cosas claras: que los alemanes tienen visibles problemas en transición defensiva; que no tiene capacidad para retener el balón todo el tiempo que quiera si el rival sale a disputárselo de verdad; y que las defensas en repliegue bajo se le atragantan. ¿Qué puede plantear Pep para matizar todo esto?

A pesar del debate surgido en la capital bávara, el ex entrenador del Barça maneja un libreto. Un libreto que se matiza siempre buscando las debilidades del rival y aprovechando el contexto del partido, pero un libreto bien claro. Por puro pragmatismo –No busco excusas: yo amo tener el balón, como jugador y como entrenador-. Esa será la premisa de un Bayern que lo que deberá cambiar respecto a la ida será la forma de tirar la puerta abajo una vez llegue a ella.

El día del Bernabeu los 6 jugadores defensivos del Real Madrid –Casillas, Carvajal, Pepe, Ramos, Coentrao, y Alonso- completaron el que posiblemente es el partido de la temporada para cada uno de ellos. Pero el Bayern de Munich ayudó en la tarea. Lahm, Kroos y Schweinsteiger -los mediocampistas bávaros en la ida- son esta temporada jugadores de detrás del esférico. Esto trajo una consecuencia automática: la mediapunta alemana quedaba desierta, algo que paliaban por sistema con Lahm y con Alaba. El mecanismo dio un excelente resultado en lo que se buscaba –tener el balón- pero limitó a la vez el potencial ofensivo del equipo. La solución mañana parece clara: Müller a la línea de mediapuntas.

Thomas es el principal activo ofensivo cara a gol por delante del balón que tiene el Bayern. Su idilio con el gol es una constante, sobre todo en las grandes citas, que hace justicia a los movimientos que despliega por el tapete de juego. Es indetectable. Su desmarque diagonal, y su ruptura hacia portería acompañan a un giro que es igual de rápido que su capacidad para armar la pierna. Si necesitas gol necesitas al 25. Su presencia, aún sin ser la variante más fina con el pie para esa posición, no atranca el circuito de posesión, y garantiza la profundidad y agresividad perdidas en Chamartín. Me gustó lo dominantes que fuimos pero tenemos que ser más agresivos delante.

Por otro lado, es de esperar, si la lógica y la estadística se imponen al estado místico que puede sumir a los blancos al estar tan cerca de la ansiada final, que Pepe, Casillas y Coentrao no vuelvan a ser insuperables por alto. De ser así, el recurso de enviar balones al corazón del área donde esperará el dúo Mandzukic-Müller parece carta ganadora. Esta opción no será el discurso, no podemos esperar a un Bayern 100% alemán –intentaremos controlar el partido con la posesión, porque lo único que importa en el fútbol es el balón-, pero si que será un recurso que no desaprovecharán, y más en los primeros minutos apoyados en un ambiente que a Pep siempre le gustó controlar. Tal situación giraría automáticamente a Alonso –que además está apercibido- y pondría al Bayern mirando hacia Casillas y controlando las segundas jugadas. El peor escenario blanco quedaría montado.

Si entra Thomas, alguien tiene que salir del once inicial, y la pieza a sacrificar parece ser Rafinha, pasando Lahm al lateral diestro, donde ya ha jugado en el Allianz contra City, Arsenal o United. La solución, aunque aleja al jugador favorito de Pep de la sala de máquinas, no empobrece al equipo. Quizá el mayor rasgo de genialidad del catalán desde su estancia en Baviera es el rol que aplica a los laterales, dándoles peso en la creación y en el juego interior. Aunque Philipp retrase su posición, seguirá teniendo mucha importancia en salida de balón, a parte de estirar el campo cuando la posesión madure, liberando a Robben y ayudando a atacar mejor al muro blanco. En definitiva, devolver a Lahm a su posición natural ayudaría a que el equipo gane seguridad atrás y aún así sea más ofensivo.

Falta por definir el mencionado centro del campo. Con Toni Kroos como jugador capital y contextual, su compañero será Schweinsteiger o Javi Martínez. Guardiola pasa por ser el entrenador mas creativo del mundo, el que más influye con su dirección de campo pesando mucho con sus decisiones, y ahí el navarro es su juguete favorito –Mientras yo sea el técnico, Javi Martínez permanecerá aquí-. Ha llegado a jugar esta temporada de mediapunta, pivote, interior y central, por lo que quizá lo vea mas necesario entrando desde el banquillo, ya que si lo hiciese Bastian sería un cambio más unidireccional. Si la duda existe es porque Javitxu, aunque tiene peor pie que el alemán, interpreta mejor las directrices de su técnico, y además es un plus defensivo, ante los presumibles contrataques que tendrá el Real Madrid producto del ataque más vertical alemán –cuanto más rápido va el balón para adelante, más rápido vuelve hacia atrás-. Sea como fuere, Schweini siempre que estuvo listo para jugar ha jugado, y el de Santpedor quizá lo necesite en el campo para que la afición aún conecte más con los jugadores: él es el Bayern y Guardiola no querrá, ni aunque sea una pizca, que la grada rebaja su pasión –no podemos lograrlo solos-.

Hasta el momento solo nos hemos centrado en la fase ofensiva del Bayern, sobre todo en ataque posicional porque parece que esa será la fase predominante del partido. Si los alemanes consiguen transitar será el momento en el que Robben, Ribery, Müller y Kroos más sensaciones recuperen, más cerca estén del gol, y más dependan de su talento y estado anímico. ¿Y si el Real Madrid tiene las contras? Ahí el análisis concluye rápido, pues en palabras del propio Pep: son un equipo que corre mucho, son rapidísimos. Cuando uno pierde el balón hay que bajar rápido, pero cuanto más lejos estén de portería, mejor. O sea, defender con el balón, y girar al Real Madrid: que cuando recuperen el balón no lo hagan mirando hacia Neuer sino hacia un costado o hacia Casillas. El Guardiola de toda la vida. Él lo sabe: si atacan bien, defenderán bien y tendrán el balón donde lo quieren tener. Si no, el Real Madrid gozará de metros para correr y sus defensas no podrán pararlo.

Este es un planteamiento que puede hacer Guardiola: posesión y verticalidad; juego y fuego. Dominar arriba para no tener que exponerse abajo. Pero no hay que olvidar que Josep es un genio imprevisible al que nunca se puede descifrar al 100%. Lo que es seguro es que intentará crear el marco más adecuado para que sus jugadores, que al final son los que mandan, encuentren la rendija que no encontraron hace 6 días.