El Málaga se hizo la estrecha  para sorpresa de casi nadie. El Barça se atascó en lo colectivo ante tal disposición y su acierto individual no le aportó un plus en La Rosaleda. Reparto de puntos y gracias porque el partido fue el que quiso Javi Gracia y las mejores ocasiones, boqueronas.

Luis Enrique fiel a si mismo, salió con Bravo, dos centrales y laterales largos. Interiores bien abiertos por delante de Busi, Messi mediapunta y arriba dos delanteros. Lo visto en liga hasta ahora. Se estrenaba Douglas por la derecha, esa fue la mayor novedad. Despistes y errores defensivos que costaron ocasiones y una amarilla. Con balón el lateral brasileño fue timorato y tocó atrás siempre que pudo. Rosales, en frente, pensaría “¿por qué él y no yo?”. Durante muchos minutos se renunció a la banda derecha. Por ahí ganaba tiempo en barbecho el ajado césped del estadio malacitano.

El encuentro de ritmo bajo seguía las directrices locales. En el carril central se enjauló a Messi, que es lo que toca frente al Barça y para eso le regalas las bandas. Por babor Neymar estuvo impreciso con balón y poco incisivo sin él. Renqueante en lo físico por lo que se pudo ver. Pedro se mostró el más activo de los 3 de arriba pero mantuvo su línea actual de acierto técnico… mala noticia. Alba si que percutía por su costado aprovechando que por allí no pasaba nadie más.

La posición abierta y retrasada y el rol corrector de Rakitic fueron los mismos que hasta ahora, pero a falta de goles añoramos las cualidades que sacrifica el croata en aras del equilibrio grupal. Y es que con un Busi que no está fino, un interior desconectado, un “10” enjaulado, dos delanteros imprecisos y un lateral que no está; es complicada que aparezcan las individualidades. La respuesta desde el banquillo fueron dos chavales que poco pudieron hacer. Y digo chavales porque no se ganó, sino hablaría de futuras estrellas, o jóvenes promesas, entiéndase la ironía.

Colectivamente no se generó nada. Muchos partidos te los ganarán los nombres, pero el equipo, el dibujo, lo grupal, las sinergias, la toma de decisiones durante los noventa minutos… debería sumar más. Este partido se va a jugar muchas veces, sobre todo en Liga. Pero no olvidemos que esto no ha hecho más que arrancar. El empate es justo y porque Bravo estuvo atento. Alguno quería poner a prueba a los porteros, pues ahí tiene.