LAS ESENCIAS SIEMPRE VUELVEN

El Barcelona jugaba un partido decisivo. Y recuperando el planteamiento que llevó a cabo en el clásico del Bernabéu, Xavi volvió a ser titular. Las esencias volvieron para quedarse y parece que será de forma definitiva.

Contra el Ajax se volvió a quedar Piqué fuera del once, Rakitic volvió a ser interior para cubrir las notables carencias que arrastra Alves -nunca supo atar a Schöne y en ataque no fue lo preciso que suele ser- y el 6 a la izquierda. Arriba, los tres tenores con Suárez y Neymar anclados en las bandas.

Parecía que todo estaba basado en el fútbol control. En Xavi como el eje que aglutine balón, con Messi centrado yendo atrás a ayudar a los interiores para salir y entonces sí, crear fútbol. Fútbol que no tuvo en cuenta ni a Neymar ni a Luis Suárez, situados en la cal. Eso sí, el Ajax, siempre valiente, concedía la zona de ¾ del Barça con relativa facilidad. Si Leo o cualquiera se encontraba por esa zona había peligro.

Pero a pesar de todo esto el Barcelona fue superado. A pesar de querer tener la posesión, de volver a recuperar sus esencias, de romper todo proceso regenerativo que se pudiera plantear, el Ajax tuvo varios momentos en el que fue superior. Tuvo el control, sitió a su rival y sólo las correcciones de Alba -su velocidad es lo único que le legitima atrás- y las intercepciones de Mascherano o Bartra evitaban el desastre. O sino, ter Stegen, que fue el mejor de su equipo con el balón en largo y paró la que tuvo que parar.

A pesar de la debilidad del Ajax en defensa el gol vino de forma extraña. De una falta lanzada por Leo minutos después del momento de asedio que sufrió el Barça (incapaz de mantener la compostura y de robar la bola) se originó el error de Cillesen provocado por Bartra para que Messi de cabeza marcara el 0-1 con el que se llegó al descanso.

A la vuelta del descanso Luis Enrique introdujo una novedad. Messi partiría desde la derecha, Luis Suárez sería el 9 que recibiría los embistes de los centrales de espaldas a meta, Xavi volvería al interior derecho y así, recuperar exactamente el origen del equipo en 2009. Eso sí, seis temporadas más tarde y con el egarense sobreviviendo sobre el césped más que jugando.

El partido fue más lento, más previsible. El Ajax apenas tuvo capacidad para robar si no era por las carreras de El Ghazi contra Alba y Messi, a pesar de partir desde la derecha, seguía siendo el eje del equipo. Su presencia, cuándo cogía el balón, había peligro. Neymar y Suárez tuvieron alguna opción gracias al argentino.

A pesar del control, que lo hubo más aunque fuera a costa de perder todo tipo de velocidad y de profundidad sin Messi, el campeón holandés, notable con balón, débil sin él, tuvo una clara ocasión de Milik en un centro lateral que Alves no defendió. Fue al palo. Luego La Pulga provocó la expulsión de Veltman, generó su segundo gol que le convierte en el máximo goleador de la Champions y sentenció el encuentro.

Poco más se puede decir. Positivo, globalmente, queda el resultado que clasifica al Barça para octavos, ter Stegen y Messi, siempre él. Neymar y Suárez, hoy, demasiado penalizados. Y si el Ajax puede disputarle la posesión al equipo que siempre la tenía es que, sencillamente, lo que antes funcionaba ahora ya no lo hace. Parecía que, al fin, se rompería con el pasado, pero si se queda siempre vuelve para afianzarse pase lo que pase esté quien esté en el banquillo.