TODOS PARA LEO, MESSI PARA TODOS

El manteo de sus compañeros quedará como imagen para la historia. Los que han compartido casi una vida y los que acaban de llegar, todos acompasaban sus brazos para hacer llegar al rosarino tan cerca de como fuera posible del lugar que le corresponde en el universo futbolístico: la eternidad. Y ese manteo ejemplifica lo que debe ser el patrón de este equipo en el futuro y presente. Leo es único, irrepetible, y debe ser quien encabece al ejército en la batalla. Todos lo saben, los que están con él en el verde, los del banquillo, los del palco y los de las gradas. Pero Messi también necesita de sus compañeros para la pelea. Necesita socios, líneas de pase, asociación, que le cubran las espaldas, que le generen las condiciones idóneas para explotar su talento. Rentabilizar futbolísticamente a Leo no es una opción, es una obligación.

Tras el parón de selecciones Lucho presentaba un 11 casi de gala, con la única sorpresa de la no convocatoria de Mascherano para el encuentro: Bravo bajo palos, Piqué y Mathieu con la doble A en los costados, un Busi Rakitic Xavi -en derecha- en la medular y arriba el trío “lalalá”. Eso sí, hoy el asturiano cambió en parte el guión y los roles. Vimos arrancar el encuentro a Ney y Suárez bien abiertos, con posiciones de partida pegadas a la cal y libertad para centrarse y escalonarse en la frontal cuando el equipo conquistaba en ataque estático los ¾ sevillistas. También observamos a los interiores más cerrados ejerciendo de centrocampistas y con funciones diferentes y complementarias. A todo esto se sumó a unos laterales más comedidos que no estaban sino que llegaban y creaban peligro. En resumen, algo más natural en clave Barça que facilitaba la vida a todos, hasta al propio Busquets.

La primera parte fue esperanzadora, y más viniendo de donde veníamos. Cierto es que los de Unai no pusieron excesivas dificultades al ataque culé, si bien en la previa, nuestro querido Miguel Canales ofrecía una serie de variantes que podían complicar la vida a los blaugrana. Aún así, el nivel de juego fue notable y se agradece, con un frente de ataque con ganas de asociarse y conocerse y un centro del campo que… Sí, ayer hubo centro del campo. Xavi organizó, Rakitic pisó área y Busi barrió, ¿Mejorable? Por supuesto, pero puede ser un camino por el que crecer. Y no solo hablo de nombres sino de estructura y funciones.

El segundo tiempo arrancó con ventaja local gracias al platanito del minuto 21 de Leo, ese que le igualaba con Don Telmo Zarra. Transcurrido un minuto del segundo acto, un grave fallo en cadena culé permitió al Sevilla empatar. Mejorable defensa de Alves, mala cobertura de Piqué, cierta bisoñez de Mathieu y falta de contundencia de Bravo. Un cóctel explosivo que se bebió de un trago Jordi Alba muy a pesar suyo. Por cierto, tanto el chileno como el francés fueron los más alejados del buen nivel global del equipo. Las décimas de segundo de más que necesitan les hace chirriar dentro de la maquinaria. Esperemos sea cuestión de tiempo.

Fue a balón parado como a los dos minutos el Barça volvió a avanzarse en el marcador gracias a la testa de Neymar Jr. Tanto en faltas laterales como en saques de esquina se empieza a vislumbrar cierto trabajo de estrategia que esperemos empiece a dar sus frutos. Desde entonces hasta el minuto 20 los azulgranas perdieron el control y el partido se abrió. Yendo con el marcador a favor quizá sea un riesgo innecesario ofrecer al rival caminos de llegada sencillos a tu propia área. Y más si cuando quieres aprovechar los espacios que te conceden, los tres de arriba todavía no están en total sintonía en las contras -el cuarto gol fue la excepción que confirma la regla-.

El partido duró hasta que un desmarque en mayúsculas de Luis Suárez diseñó una autopista a Piqué quien la puso como antaño. El charrúa, en línea de fondo, paró el reloj hasta que Rakitic invadió el área. El tercero y a otra cosa, es decir al show de Leo Messi, el festival del 10, el hat trick.

Por último unos aspectos a destacar del partido:

Jordi Alba jugó su mejor encuentro en los últimos 12 meses -igual me quedo corto-. Veloz, sabiendo llegar con buen timing a la zona de extremo y realizando buenas coberturas defensivas. De su gran nivel en ataque buena parte de la culpa la tiene Neymar, que interpretó su posición en el carril del 10 de forma magistral, habilitando a Jordi continuamente.

Luis Suárez es un pedazo de delantero, y también de futbolista. Más allá de su juego de espaldas, rupturas, trabajo incansable, lo que impresiona es su lectura y comprensión del juego. El gol, llegará.

Sobre Xavi no se ha de edificar el Barça del futuro, eso lo sabemos todos, pero debemos aprovechar todo lo que nos pueda dar el terrassenc. No volverá el xavisistema, y tampoco es necesario, pero la figura de un organizador debe ser innegociable. Y mientras esté en la plantilla, no debe ser imprescindible, sino aportar todo -que es mucho- lo que puede ofrecernos.

A nivel defensivo destacables dos aspectos. El primero la defensa posicional, un semi-repliegue que se ha producido en algunos momentos del partido. Bien planteado y ejecutado, es decir, trabajado y con las ideas claras. Segundo la presión cuando el balón lo tenía el lateral rival en salida de balón. El interior contrario basculaba mucho, el equipo se juntaba y se reducían las vías de salida sevillistas logrando el premio de la recuperación. Por contra, cuando la presión se realiza en zona central siguen habiendo los problemas de semanas atrás: equipo separado, mucho espacio a espaldas y todo dependiendo de Busi y su lectura.

En definitiva, tres puntos al zurrón, mejoría notable del equipo y jugadores que van aumentando su rendimiento. Mucho le queda por trabajar al bueno de Lucho pero quizá, lo de hoy sirva para tomar definitivamente un camino. Eso sí, un camino de la mano de Messi, porque como he escrito al inicio de este texto: rentabilizar futbolísticamente a Leo no es una opción, es una obligación.