Esto es una porquería. El partido del Barcelona terminó cinco a cero ante el Córdoba en el Camp Nou con un doblete de Messi. Sí, pero todo lo que pueda parecerse a un equipo serio y compacto al actual es una mera casualidad. Se goleó porqué arriba hay pegada, nada más.

Luis Enrique sigue con sus rotaciones que esperemos él sepa a qué se dirigen y le dio la oportunidad a Montoya. Es curioso que en una semana haya jugado más partidos que en los tres meses anteriores. Y a pesar de todo el lateral no estuvo especialmente inspirado.

La otra sorpresa fue la titularidad de Rakitic e Iniesta en el centro del campo después de que Xavi descansara en la Copa ante el Huesca. Lo demás, lo de siempre con Pedro junto a Suárez y a Messi.

La primera en la frente llegó en el minuto 1, asistencia del interior croata en la frontal y gol de Pedro. Daba pie a la goleada. Mentira, dio pie a un partido muy lento, aburrido a todas luces y en el que pocas cosas pasaban ante un Córdoba con poca calidad. De esa primera jugada cabe destacar que el croata, cerca de la frontal, es élite. Ahí él tiene gol y sus pases son para marcar. En un conjunto sin apenas juego estos detalles deciden partidos y campeonatos.

Lo particular de la primera parte fue la posición del astro argentino. Viendo al colectivo y los partidos anteriores uno percibe claramente la tendencia de un Leo asistente más que goleador, pero hoy en los primeros 45’ en muchas ocasiones era el primer receptor. También es que, probablemente, sea el mejor del equipo en el arte de recibir el primer pase y generar juego desde ahí. Xavi, el maestro en ello en sus mejores años, no le mejora y ni Rakitic, Rafinha o Sergi Roberto tienen esa capacidad.

Medianamente destacable de ese movimiento fue que Iniesta aparecía algo más en la zona de ¾ y Alba recibía siempre con ventaja desde la izquierda. Luis Suárez, por su parte, dominaba el centro tirando a la izquierda mientras Pedro revoloteaba por ahí. La realidad es que, a pesar de las intenciones, apenas se generó peligro.

La segunda parte comenzó con un gol de Suárez con Leo dando el primer pase, Iniesta muy solo en la frontal asistía al tinerfeño para que este diera el gol, con un magnífico control al uruguayo. Poco más pasó. Rakitic desde la frontal envió un balón al palo y Piqué remató de cabeza una falta lanzada por Xavi.

Luego se vino el momento de Messi que de aburrirse decidió ir a por el gol y se encontró dos. Ambos con la derecha, y ambos en el modo cazagoles clásico de cualquier nueve de élite que se precia. Leo representa ser el mejor centrocampista y también el mejor goleados. Luis Enrique debe decidirse.