DE DULCE
El Barça de Luis Enrique es un equipo, hoy por hoy, inabordable. Y en esta frase se reduce el estado futbolístico en el que se encuentran los futbolistas de Lucho, lo mejor y lo peor de su estado de forma. Sí, son imbatibles y no solo lo saben ellos, sino que el rival que tienen enfrente también y sí, hay algo “preocupante” en esta afirmación; solo estamos acabando noviembre.
Se esperaba con cierta curiosidad hoy a la Real de Eusebio, no solo porque con el entrenador vallisoletano el equipo donostiarra parece ir adquiriendo una identidad de la que carecía, sino también por el pasado de dicho entrenador con el Barça B, de no muy buen recuerdo para el aficionado que suele frecuentar el Miniestadi.
También porque con esta Real comenzó a gestarse, aunque aun no lo sabíamos, la máquina perfectamente engrasada que es hoy este Barça. Pero desde el minuto uno, todos los presentes sabían que rol representaban en el choque, lo único interesante era saber cuántos goles vendrían y anotados por quién. Ah, y un detalle muy importante para el aficionado blaugrana, el cómo, la manera en la que el equipo se muestra insultantemente avasallador frente a su rival.
Que la calidad técnica de esta escuadra es única en el panorama futbolístico mundial parece hoy por hoy indiscutible. Que se encuentran en un estado de forma apabullante, también. Y todos sabemos que fútbol y estado físico se retroalimentan; juegas mejor cuanto mejor te sientes físicamente y viceversa. Ya no es solo que el tridente sea el mejor trío de atacantes de la historia, es que Iniesta, por poner un ejemplo, se ha convertido en un híbrido entre el mejor Andrés y ese Xavi que se giraba y giraba a su vez a medio equipo rival en apenas un segundo.
Uno de los supuestos puntos débiles que históricamente se han achacado a este Barça de Luis Enrique ha sido su, teóricamente, pobre salida de balón. Y bajo este supuesto últimamente los rivales suelen buscar una presión alta y tirar la línea defensiva lo más arriba posible. Suicidio. No es que el Barça sea un dechado de mecanismos de salida, pero buscar eso cuando, como decíamos antes, estás hablando de un grupo de futbolistas que rozan la perfección técnica, incluyendo el juego de pies de sus porteros, es hacerte el harakiri desde el comienzo del partido. Y a eso jugó ayer la Real.
Otra de las teorías que, cada vez más débilmente, se manejan a la hora de defender a este equipo, es cederle las bandas, ayer Mathieu, sustituto del incombustible Alba, pero sobre todo Alves, destrozaron la espalda de los laterales del equipo txuriurdin. De esta manera llegaron los dos primeros goles blaugranas en la primera parte, balones a la espalda del lateral izquierdo reala y don Dani Alves apareciendo para poner sendos centros para remates francos de Neymar y Suárez respectivamente. Y fin de otro día en la oficina…
A partir de la segunda parte, cuando el partido como tal ya había finalizado, nos dedicamos a ver un repertorio de gestos técnicos sublimes, solo al alcance de los elegidos para este deporte. En especial destacar el estado de gracia del once brasileño. La capacidad de desborde, regate en corto, en largo, quiebros, fintas, etc… que muestra hoy Neymar no tiene parangón, si acaso recuerda al mejor Leo que se iba cuando y como quería, aunque quizá con un repertorio menor, pero con la misma o mayor efectividad. Es la fase por la que pasa el que está llamado a ser el rey de este deporte en pocos años, y que ahora mismo se siente imparable. La madurez futbolística de Neymar, cuando llegue, no hay ya ninguna duda que le hará pasar a la Historia de este deporte.
Por último me gustaría hablar del otro brasileño titular hoy, además de su aportación espectacular en los dos primeros goles ya comentada, está su capacidad de lectura del juego. Dani es el mejor lateral con el que puede desarrollar su juego este equipo. Su interpretación del juego interior, de la combinación en corto y de la búsqueda del espacio a la espalda del rival, todo cuando toca, es invaluable. Dudar de este profesional es incongruente, más cuando ha demostrado, año tras año, su capacidad de rendimiento sobre todo en las fechas clave. Alves estará ahí en Mayo, no me cabe la menor duda. Y mientras tanto solo nos queda disfrutar del día a día del equipo blaugrana de Lucho y de cómo cada día crece un peldaño para hacerse un hueco en nuestra memoria.
LAS NOTAS
Claudio Bravo (8): Poco tuvo que intervenir el chileno, pero que es un seguro bajo palos está fuera de toda duda.
Alves (9): Sus internadas, asistencias, interpretación del juego… fue clave para desarrollar el juego del equipo. Hoy por hoy, fundamental. Ovacionado por un Camp Nou que quizá empiece ahora a entender al brasileño. Más vale tarde que nunca.
Piqué (8): Bastión en la defensa. Infranqueable y fundamental en su calidad cara a la salida de balón ante la presión rival.
Mascherano (7): Muy importante en sus desplazamientos en largo ante líneas rivales adelantadas y su entendimiento tanto con Piqué como con el propio Bravo. Ayer tuvo poco trabajo, el que tuvo fue bien solventado.
Mathieu (8): Muy buena interpretación de su role hoy. Sus continuos cambios de posición podrían descentrarle, pero más bien al contrario, estamos viendo al mejor Mathieu, un jugador que suma siempre que juega, o al menos, que no desentona, que no es poco.
Busquets (8): Sigue ejerciendo como el mejor medio centro de Europa, sin más.
Rakitic (7): Probablemente sea uno de los sacrificados en el juego. Pero ojo, un sacrificado de lujo.
Iniesta (9): Consigue que no echemos de menos al mejor Xavi ni al mejor Iniesta. Con eso está dicho todo. Tocado por la varita.
Messi (9): Cogiendo el ritmo y aun así uno de los mejores del encuentro. Ayer volvió a jugar de todo campista. Cada balón que toca sale muy mejorado.
Suárez (9): Ya no hay debate sobre cual es el mejor nueve del mundo. Insustituible.
Neymar (10): En estado de gracia. Simboliza como se encuentra el equipo. Le sale casi todo lo que intenta y con una sonrisa siempre en su cara. Brutalérrimo.
Adriano (-): Sustituyó a Alves. Lo cual fue interesante, pues provocó la mayor ovación que se recuerda sobre el seis brasileño.
Alba (-): Dio descanso a Mathieu, sin más incidencia en el juego.
Bartra (-): Salió por Mascherano, quizá por el golpe que tenía del anterior partido. Aunque suene increible, por su condición de canterno, todavía se le espera en el Camp Nou. Ayer no pudo participar mucho.