El hombre que volaba la cometa
Aunque de chico nunca fui muy experto en este tipo de menesteres, siempre me pareció armónico el hecho de hacer volar algo, de con unos simples hilos y desde la distancia, poder manejar un pedazo de material que surcaría y se movería por el cielo como si fuese parte del mismo viento. El ruido característico del viento contra la cometa, doblando partes de su estructura me daban una sensación de tranquilidad que no podía explicar.
Como mirar un fuego, ese pedazo de plástico moviéndose al antojo del que lo hacía volar, era sencillamente bonito. Con el tiempo, descubrí que no solo se hacía volar cometas pequeñas, sino que la cosa iba más allá, llegando incluso a hacerte surcar el mar, como si eso fuese sencillo. Todo ello, desde un mando que no tiene botones, un simple agarre unido a hilos.
El protagonista de hoy no tiene nada que ver con esto… o sí. El protagonista de hoy no ha sido fichado por el FCB por lo comentado anteriormente… o sí. En el día de hoy, posa con la elástica blaugrana, y creo que aún no somos conscientes del jugador fichado. Ya os digo, este artículo tendrá más partes, agarraos al asiento.
¿Quién está detrás de esos hilos?
Nacido en Arkel, Países Bajos, un 12 de mayo de 1997, un rubio con el 21 a la espalda aterrizará de forma oficial con el conjunto culé dispuesto a manejar los hilos de un club tan potente como inestable, como si de una cometa se tratase.
Pero antes de adentrarnos en su análisis, un breve repasito a su vida no estaría mal. Frenkie no es canterano como tal del mítico Ajax, sino del Willem II, club que sería su residencia hasta 2016, año en el que tras una cesión del conjunto ajacied regresaría a Amsterdan. Su debut fue el 21 de septiembre de 2016, precisamente en un partido de copa frente a su ex equipo. Esta temporada terminaría disputando once encuentros, pero no sería sino el origen de algo maravilloso.
A la siguiente temporada, ya gozaría de un total de 26 encuentros, acabando con una cifra de 9 asistencias. Un año marcado por una peculiaridad, su juego se desarrolló en gran parte como central, lugar que en la temporada 18/19 abandonaría para explotar como el jugador imponente que es hoy, jugando en la zona ancha del campo. Sería su gran año.
La cometa Ajax
Se puede decir abiertamente, o al menos bajo el punto de vista del que escribe, que el Ajax ha sido si no el gran conjunto de la Champions, al menos el más divertido de ver. El conjunto ajacied se destapó en la Champions como ese grupo de jugadores que se desinhiben y juegan libremente, haciendo un futbol líquido y flexible, como el agua que se cuela por el techo, el Ajax calaba hondo, no solo en el espectador, también en sus rivales.
Aquí, De Jong tenía una importancia totalmente capital. Dejando a un lado su periplo por la zona defensiva, el fichaje de Blind (aún con la salida de Wöber) consolidó la pareja de centrales, y por consiguiente los jugadores del centro del campo. Con las variables de Mazraoui o Veltman en el lateral derecho, el once tipo se repetía en cada uno de los partidos de Champions.
Con una disposición que a priori parecería 4-2-3-1, las alturas en el centro del campo existían, plasmándose más que un 4-3-3, un 4-1-1-4. Los 3 de arriba, recibirían la importante ayuda de Van de Beek, mientras que Schöne se complementaba con De Jong en las labores de ancla, siendo nuestro protagonista el que muchas veces quedaría como ancla de la izquierda, liberando a su compañero.
Como ya hemos comentado, el futbol de Ajax era algo líquido, pero también rapidísimo y móvil, con una búsqueda incesante no solo de los espacios arriba, sino de las recepciones de sus puntas, los cuales conducían y descargaban, se movía y volvían a romper o apoyar el pase, todo ello con una “libertad” permitida por su entrenador.
De izquierda a derecha, Neres-Tadic-Ziych, ningún delantero, Tadic como falso 9, pero claro, no existía de verdad la figura del 9? Sí y no. No estaba, llegaba, no se paraba, se movía, Van de Beek era el compensador de tanto desmarque de apoyo, de tanto abandono de la zona, de esa “libertad permitida”. En estas, llega la figura de De Jong, el que volaba la cometa.
Con un equipo volcado al ataque, ¿por qué el Ajax casi ni se rompía? Por un lado, estaba su forma de atacar, y por otro los riesgos asumidos por ellos. El equipo pese a su velocidad, se paraba en izquierda en especial, donde recaería la enorme influencia de Frenkie, su zona de recepción favorita y predilecta. Él era la pausa que aceleraba, o la aceleración que pausaba, que daba criterio y filtraba pases.
Tagliafico salía despedido hacia arriba, ocupando el ancho del campo, llegando y estando. Su compañero Neres, abandonaba la cal y asomaba por la zona lateral-central, amenazando el pico del área. Por esa zona siempre estaba Tadic, o mejor dicho, el hombre que compensara la zona. Tadic se movía con libertad, y si no caía a esa zona él, lo haría Van de Beek. En la derecha, Ziyech se venía al centro a asociarse con sus compañeros. ¿Cómo iba él a quedarse anclado en la otra zona? La fiesta estaba aquí en su mayor parte.
Y aquí, en este contexto entra el protagonista de nuestro artículo. Toda esta vorágine de movimientos y formaciones de parejas, necesitaba de un vértice donde apoyarse, el último pico del triángulo donde cerrarse. Desde atrás adelante, De Jong le daba vida al sistema, le aumentaba de nivel y le dotaba de otro techo.
Desde atrás, De Jong simplemente era el que hacía volar la cometa ofensiva. Las presiones altas tenían una mayor posibilidad de tornarse en arriesgadas y motivo de verdaderos contragolpes. Tendente a la base, Frenkie las desactivaba o bien con un simple pase diagonal/vertical, o a través de una conducción que aglutinase jugadores o vigilancias para descargar lejos… o cerca. Ya en fase ofensiva, ejercía como un titiritero, como la persona que vuela una cometa, aquella que sin a veces estar cerca, las orientaba, bien con el pase, bien con el movimiento para crear triángulos. De Jong permitía el enorme despliegue ofensivo y el vuelo absoluto del lateral zurdo.
Pero no todo era lado izquierdo, y de eso se encargaba De Jong. Según convenía, sus pases se dirigían al centro o zona diestra del campo (menor frecuencia), dándole continuidad y vértigo a la acción, saliendo al apoyo para volver a lanzar si hacía falta, que el movimiento de los puntas era una constante. Frenkie desde su posición (más bien) retrasada le lanzaba sus hilos para que esta no volase demasiado alto, para que el viento no se las llevase, les daba el contexto idóneo para brillar, porque un pase suyo, originaba una cascada de situaciones que no hacía sino mejorar la anterior.
Para terminar, como se ha comentado antes, aunque la banda derecha no fuese la más profunda y abierta (el LTD normalmente hacía las funciones de lateral interiorizado), ni la de mayor impacto en el juego, todo podría hacer indicar que la defensa rival tendiese hacia esa zona. Además de la labor de los de arriba, De Jong filtraba como el que pasaba en el patio de un colegio, los dejaba solos. Esto, a su vez, permitía que el equipo se juntase, y junto a las imposibles piernas de De Jong, las transiciones ofensivas del rival, no fuesen letales.
Una vez descrito un poco por encima lo que es De Jong y su papel en el Ajax, queda el análisis de su figura y su papel en el FCB, que desgranaremos en los siguientes artículos. Paciencia, que saldrán.
- Artículo 2: Físico y aspectos defensivos
- Artículo 3: Aspectos con balón y mentalidad