El curioso caso de Carles Aleñá

Por @13_danii

Promesa de la cantera culé desde aquellos típicos torneos de Brunete, el niño prodigio ha dejado de serlo. Carles Aleñá afronta la 19-20 como su primera temporada completa como jugador del primer equipo del Fútbol Club Barcelona. Tras su readaptación de la pasada campaña, donde una importante lesión al principio de la misma le hizo seguir un plan que pasaba por comenzar a rodarse en el filial para lograr hacerse con un dorsal en enero, su aterrizaje en el equipo mayor parece atravesar zonas turbulentas.

Carles llegó con paso firme a la disciplina de Valverde. Después de un año realmente potente en Segunda División, donde entró sin lugar a dudas en la discusión sobre el mejor jugador de la competición, su paso al equipo «A» tuvo una particularidad: su cambio de perfil. Aleñá, acostumbrado en el filial a partir siempre desde el lado derecho, ya fuera como interior o extremo, pasaría a hacerlo desde el interior izquierdo. La presencia de Rakitic al lado de Busquets y la intermitencia física de Arthur en el último tramo de la competición le hicieron sumar muchos minutos en ese rol. Aún así, cada partido del canterano fue un «clinic» de orientación y colocación, además de dotar al centro del campo de una velocidad de balón de la que adolecía en muchas ocasiones.

Y así continuó en la pretemporada, donde sus actuaciones y las del conjunto, especialmente la última, contra el Napolés, terminaron por convencer a un Valverde ha reflejado sus nuevos planes para el juego blaugrana en este arranque liguero. Planes a los que, por características, Carles parece adaptarse mejor que muchos de sus competidores por el puesto, cumpliendo muchos de los aspectos que se le piden a un «interior Barça».

Pero en San Mamés algo se rompió. Nuestro hombre, titular en la primera jornada junto a Frenkie y Sergi Roberto, repitiendo aparición en el perfil zurdo, fue sustituido al descanso para dar entrada a Rakitic, y no volvería a aparecer por una convocatoria del primer equipo. Pese a no cuajar una mala primera mitad (en mi opinión fue, junto a Rafinha, la noticia más positiva de esos cuarenta y cinco minutos) fue el elegido para que el croata diera un apoyo más cercano a De Jong, permitiendo al Barça salir ante el férreo marcaje de Raúl García sobre el holandés.

Después, ni rastro. Busquets volvió a ocupar su lugar en el pivote y ha sido Frenkie de Jong el elegido para ese interior izquierdo tan polémico en el entorno azulgrana. Ante Osasuna, la irrupción de Arthur sumó una pieza más al rompecabezas del centro del campo, a expensas de que la vuelta de Messi ponga sobre la mesa el puzzle definitivo que Ernesto Valverde tenga en mente.

Es pronto para abrir el «Caso Aleñá» -apenas hemos iniciado septiembre- pero será interesante ver su evolución, ahora que su DNI futbolístico parece encajar tan bien con el del equipo; su lectura de los espacios, su manera de perfilarse e incluso una dósis de desequilibrio (casi siempre desde la derecha) que, creo, le hacen un elemento muy válido dentro de la plantilla. ¿Creerá lo mismo el Txingurri? ¿Mantendrá la posición adelantada de De Jong? ¿Entrará Arthur desde ya en el XI? ¿O volveremos a ver, una vez cerrado el mercado de fichajes, a Rakitic en las alineaciones?

El overbooking en la medular y, por ende, la gestión del vestuario, parecen ser los rivales del que, aunque muchos, atropellados por la inmediatez, han olvidado, hasta hace unos meses era el niño prodigio de la masia.