Por @PapitoOscar

No es un secreto que, cuando hablamos del Ousmane futbolista, una de las mayores dudas que salen a la palestra es su parte médico; demasiadas lesiones en poco tiempo, lo que se ha traducido en efímeras apariciones en el césped y la sensación de que estamos hablando de un jugador con un cuerpo alejado de la élite por su fragilidad. Nada más lejos de la realidad.

Aquí analizábamos a Dembélé desde un punto de vista puramente táctico y futbolístico. Pero en Rondo le hemos querido dar una vuelta más al tema y nos hemos puesto en contacto con especialistas en la materia, para intentar dar respuesta a cuestiones puramente médicas. ¿Es el once recuperable para la élite? Es más, ¿lo es para el primer equipo del Barça?

A nadie escapa que, una vez se produjo aquella primera lesión en Getafe de tan larga duración y precedida de un movimiento desafortunado, el manido entorno empezó a investigar sobre la vida privada del jugador francés. Se llegó a la, precipitada o no, conclusión de que sus hábitos no correspondían con un futbolista de élite y mucho menos con un jugador por el que el Barça iba a desembolsar una ingente cantidad económica, poniendo sus esperanzas en que el joven galo, sería más pronto que tarde uno de los buques insignia del club azulgrana. Al final no difería mucho de lo que cualquier joven de su edad hace cada día y en lo que suelen caer los futbolistas jóvenes que salen de su país con un séquito que les rodea y no les inculca las mejores costumbres precisamente. Calidad en el descanso y en la comida, dos de los pilares sobre los que descansa el deportista de élite hoy en día, cercenados desde su base. Comenzábamos bien…

Como todo en este mundo sensacionalista en que vivimos, fue tener una manera de alimentar la leyenda de “indomable” para que además un día llegara tarde al entreno y ya estábamos hablando del nuevo enfant terrible del vestuario. La suerte no le acompañó y siguieron las lesiones. A cada recuperación, continuaba una recaída. La pregunta el por qué.

Es evidente que el club, una vez vistos estos primeros problemas, probablemente de desconocimiento del propio jugador y su entorno, empezó a aplicar todas las medidas necesarias para corregir o al menos mitigar estos hábitos. Una agenda perfectamente preparada y dirigida, haciendo todo lo posible para que fuera seguida. Un cocinero particular que se encargaba de corregir sus hábitos alimenticios y proporcionarle la energía correcta en cada momento. Pero sobre todo dos detalles que no han pasado desapercibidos al cuerpo médico del club; la constitución atlética del jugador y la falta de conocimiento de este de su propio cuerpo. Dos temas en los que ya llevan tiempo trabajando desde dentro, para que la madurez en este aspecto del futbolista se alcance cuanto antes.

Y esa es la palabra clave; madurez. Madurez física para que los músculos y tendones de recordemos, un velocista de élite, se asienten y se equilibren entre ellos para poder ofrecer un rendimiento sin fisuras y sin la actual tendencia a la recaída. A nadie escapa que aquella primera lesión en Getafe de la que hemos hablado, no hizo sino incidir en esa descompensación músculo tendinosa. Pero que nadie dude, cuando ese cuerpo madure, y pongámosle fecha ya, estamos hablando de dos/tres años vista, las lesiones que a día de hoy le acompañan, se marcharán igual que llegaron, sin hacer ruido.

Desde el club se está trabajando en acomodar los entrenamientos a sus características especiales de velocista. A nadie escapa que las sesiones de trabajo de este grupo son los apropiados para el fútbol que se le demanda al equipo. Pero el mosquito necesita algo más. Unas preparaciones físicas que le permitan trabajar sus aceleraciones para que, llegado el momento de ejecutarlas en el juego, la musculatura esté acorde con esas exigencias que en la cabeza del francés funcionan de forma natural. Porque recordemos, siempre hizo lo mismo y nunca hasta llegar al Barça se había lesionado.

Si a estos factores que ponemos encima de la mesa, añadimos el que poco a poco el futbolista está conociendo su propio cuerpo, cómo funciona, cuáles son las señales que le emite para cuando forzar y cuando dosificarse. Recordemos el ejemplo del mejor que también pasó por este calvario. Leo recordemos, era un futbolista con cierta tendencia a la lesión muscular en sus primeros años como profesional hasta que todo, su cabeza y sus músculos, se colocaron en su sitio. Lo mismo ocurrirá con nuestro protagonista.

Hoy por hoy todo es cuestión de paciencia. Ya se han puesto las medidas internas en el club, que indican cuál es el camino correcto que se debe seguir. Ahora ya solo queda dilucidar si futbolista e institución lo harán de la mano o por caminos distintos…