El Barça femení y la victoria como rutina

@Joan Barriach

Ganar para el Barça femení se ha convertido en una rutina, en un mero trámite burocrático que debe sellar semana tras semana como quien va a trabajar cada día para llevar el pan y la sal a casa. El proyecto que ahora lidera desde el banquillo Jonathan Giráldez se encuentra probablemente en su cúspide, en su madurez, y se plasma y se transmite en cada partido que juegan, aunque la brillantez no esté en su esplendor.

Las actuales campeonas de Europa tuvieron una semana exigente con la visita del Arsenal al Johan y el siempre exigente partido contra el Atlético de Madrid en su estadio. Eran dos partidos que iban a dejarnos ver dónde se encuentran las azulgrana, cuál es su nivel y si la euforia generalizada a su alrededor tenía de verdad justificación o no. Y la realidad es que sí, lo está, el equipo ha ganado bien, ha jugado bien y lo ha plasmado sobre el terreno de juego.

En Champions, con el nuevo formato muy parecido a la edición del masculino, deja partidos entre equipos importantes ya en la primera fase que dejan entrever cómo están a nivel competitivo los conjuntos. No son determinantes, lo normal es que Arsenal y Barça se clasifiquen para cuartos de final y en febrero-marzo seguro que los equipos serán distintos como para sacar conclusiones.

Los primeros 45’ contra las gunners fueron realmente extraordinarios. Sometimiento absoluto al Arsenal, sin capacidad de salir a la contra y sin participación de la mejor delantera del mundo, Vivianne Miedema. Sin excesos, pero con madurez, el Barça fue generando llegadas de forma continuada y con esta dinámica era cuestión de tiempo abrir las puertas al gol.

El Barça se sabe mejor que sus rivales

Esa sensación queda cuando se ven los partidos del Barça femení. Se saben superiores a sus rivales y juegan con la confianza y la madurez que da ganar. El haber ganado el triplete, el conseguir ganar la Champions que justificaba la inversión, culminar las ambiciones de las jugadoras y el trabajo planificado por parte de la sección nos han dejado un equipo menos vertical, menos espectacular pero mucho más sobrio y sabedor de que, simplemente, va a ganar los partidos.

Ante el Atlético de Madrid, que es el gran rival en España hasta que el Real Madrid demuestre lo contrario, el Barça salió a ganar con la tranquilidad y la seguridad por encima de otros alardes. Sin exhibiciones, sin la necesidad de heroicidades, ante un Atleti trabajado y competitivo, consiguió un 0-3 más contundente que una goleada 8-0 en cualquier otro partido.

Estamos en octubre y de aquí hacia adelante pueden pasar muchas cosas, pero el Barça femení ya ha llegado a donde quería. Trabajó, creció, perdió, siguió invirtiendo y al final, ganó. Por ahora se mantiene encima de una ola con la serenidad de quien se sabe mejor. Lo más difícil no es llegar, sino mantenerse, y ahora parece que están en disposición de quedarse y lo está haciendo.