Vermaelen es, tras Mathieu, el primer central que el Barça ficha desde Dmitro Chygrynskiy. La referencia, más allá de lo morboso de la misma, es obligada ya que tanto el belga como el ucraniano ficharon con el Arsenal y con los culés en el mismo verano: 2009. Desde esas y mientras los catalanes se sumergían cada verano en la búsqueda de un nuevo central que siempre acababa infructuosamente, Thomas llevaba a cabo su propio viaje. Aliñado por las lesiones –tendón de Aquiles primero, y diversas musculares después-, pasó de ser la sorpresa en su posición en toda Europa, a ser el central de moda, para luego jugar en el lateral zurdo y finalmente ocupar un puesto habitual en el banquillo. Este jugador, y no el de 2009 es el que llega ahora a Can Barça.

¿Pero es exactamente su última versión la real? Es difícil saberlo, porque está mediatizada por la cruz de las lesiones, pero estas son un componente más del juego y una parte intrínseca del jugador. Vermaelen ha visto truncada su progresión porque juega poco y se lesiona mucho, y eso es un axioma tan inexorable como que va bien de cabeza o tiene un potente disparo. Con eso es con lo que hay que contar.

Uno de los puntos fuertes para confiar en que puede sumar en una posición tan compleja en un equipo que aún la complejiza más si cabe es el venir del Arsenal, club que comparte similitudes con la filosofía culé. Verminator está acostumbrado a jugar lejos del área, a no tener que acularse como opción, y por ahí es por donde puede empezar a sentirse cómodo a las órdenes de Luis Enrique. Y la verdad es que aunque es un jugador que no es especialmente rápido, luce más cuanto más lejos está del portero.

El exgunner es un jugador que defiende al límite, y eso es tendente al error, por lo tanto mejor que ese error se produzca con metros para rectificar que en una zona que es fatal. Acostumbrado a ir al choque –lo adora-, basa su toma de decisiones en hacer la acción salvadora en la mayoría de las ocasiones. No es que solo contemple una opción –anticipar siempre, recular siempre…-, su problema no es ese, sino que en la gran mayoría de sus acciones siente que es él, o nadie. Eso le lleva a utilizar continuamente el tackle, suerte de la que abusa, o a buscar imponerse de cabeza, donde es élite mundial. Si cumple, aborta la jugada e inicia rápidamente la transición defensa-ataque, pero si falla deja al equipo sin una pieza en la recuperación y en muchas ocasiones sin haber dado tiempo a sus compañeros a colocarse. Es un todo o nada.

Pero como decimos, que esta acción límite sea fuera del área le beneficia porque minimiza el valor del error. Además siendo justos, Vermaelen, sobre todo cuando se merecía el apodo de Verminator, suele ganar el esférico. Como sabe leer si anticiparse o esperar, y como tiene caída a banda –aunque no es rápido se nota que se desenvuelve en el lateral-, muchas de sus acciones son ganadoras. En otras palabras, si está bien ajustado y acompañado, puede y debe sumar en campo abierto.

Además, con balón es una garantía y debe caer de pie en una salida como la que propone Luis Enrique. Pudimos comprobar en el amistoso contra el Napoli como el inicio de la jugada exigía una gran responsabilidad de los centrales y Busquets. Ahí Vermaelen suma y domina. Además de su aseado –que no dominante- envío en largo, presenta una facilidad llamativa para subir el balón en conducción. El 5 gunner lleva el cuero al pie en zancada segura, subiendo líneas sin problema, y si debe soltarlo a un compañero lo hace y acompaña la jugada. Puede ser un recurso para sorprender desde atrás y para sumar un efectivo más a lo largo de toda la jugada. Además cerca del área rival su buen tiro remata la jugada: ahí suma goles y suma puntos.

Porque ese es otro aspecto más a mencionar en su juego: Thomas tiene gol. No es un requisito indispensable en un defensa, pero si puede ser aprovechable. Con una media justa de un gol cada diez partidos en el Arsenal, y con un remate poderosísimo de cabeza es una pieza más a sumar sobre todo en partidos que se atasquen. ¿El añorado –y sobrevalorado- perfil Larsson recayendo en un defensa? Podría ser.

De todas formas, su rendimiento y rol no deja de ser una incógnita más allá de ciertas certezas. La primera es que solo por llegar ya mejora lo que había antes que él –nada-. La segunda es que no es una pieza para ahondar en una defensa de 3 centrales puros. Si podría serlo como lateral izquierdo corrector, posición donde jugaría de más buena gana que Mathieu, pero en el paradigma de un central zurdo, un libre, y un central diestro, no va a sumar porque ahí ya llegó el francés antes que él.

Con su fichaje la nómina de centrales queda cerrada por primera vez en cinco años. Ahí estarán Piqué, el bueno –o así debe lucir-, Mathieu, el feo –aunque no por eso malo, ni mucho menos-, y Vermaelen, que de momento no es más que una incógnita que iremos despejando a lo largo de la temporada. Junto a ellos, Bartra, el guapo, esperando un papel protagonista. Sergio Leone seguro que se lo daría. ¿Y Luis Enrique? Habrá que verlo. Con los fichajes de los zurdos Mathieu y Vermaelen solo tiene un perfil donde jugar: el derecho. Sí, el de Piqué.