La Masía es algo más que una escuela de fútbol de cantera de un club profesional. En ella no solo se aprende un estilo muy particular de jugar a este deporte, sino una forma de vida. Una cultura futbolística, que marcará los años profesionales de los niños, que consigan su sueño de pasar cada domingo dos horas, disfrutando de lo que más les gusta hacer, ante la atenta mirada de más de noventa mil personas.

En Can Barça se vende, y el número de canteranos del primer equipo no deja lugar a muchas dudas, que la importancia de la cantera en el primer equipo es crucial, siendo por sistema, la columna vertebral de éste. Pero la pregunta que nos hacemos hoy es, y si no hay hueco en ese primer equipo, ¿qué?.

Este año, con la llegada de Luis Enrique al banquillo, han retornado a la primera plantilla, dos figuras de dicha cantera, que prometían y todavía prometen, muchas tardes de felicidad con su club de origen: Deulofeu y Rafinha.

El primero intuía días de gloria durante la pretemporada. A pesar de ser uno de los canteranos menos utilizados y casi siempre como revulsivo en este verano, parecía un jugador diferente y hasta diferencial. Y como tal se pensaba que podría ser útil a Lucho esta temporada. Finalmente, pocos días antes del cierre de plantillas, se decide cederlo al Sevilla. Las causas reales se desconocen, pero el hecho es que su segundo año en la élite, lo pasará otra vez fuera del Camp Nou.

El segundo, el menor de los Alcántara, viene con un pan debajo del brazo. El año pasado era pieza clave en el Celta de Luis Enrique, con lo que todo hace indicar que si alguien le conoce bien y sabrá usarle mejor, es el propio asturiano. Cartas boca arriba. Y así parece de momento que es.

A la vez que estos dos jugadores han tenido suerte dispar, han subido dos jugadores del filial con los que a principio de este verano nadie contaba, pero que están siendo la sensación de estas primeras jornadas; Sandro y Munir. Probablemente condicionados por la sanción al fichaje estrella de este verano y su indisponibilidad para sumar en la delantera, hasta bien entrada la temporada.

De momento subida estratosférica al primer equipo, con convocatoria internacional incluida para uno de ellos, que veremos a ver cómo manejan sus cabezas y a su vez el míster. Cruyff en su momento, después de cuatro partidos del Guardiola jugador de titular en el primer equipo, incluyendo algún posicionamiento extraño en alguno de ellos, volvió a bajar a Pep al filial durante un tiempo prudencial, y el experimento no salió del todo mal… Munir de momento empieza a ser habitual en el once y sus maneras en el campo parecen indicar que ha llegado para quedarse.

Distintas maneras de llegar al primer equipo, distintos caminos con un mismo fin. Históricamente las cesiones no han salido muy bien en el Barça. No sabemos si por su especialísima forma de jugar, que implica que cualquier cedido no evoluciona en el “idioma Barça”, por muy cercano que sea dicho idioma al que habla el club de destino. O, simplemente, porque la mayoría de las veces eran cesiones para ahorrarse la ficha y deshacerse del jugador con el consabido “no eres tú, soy yo”.

Cuando se trata de un club con una idiosincrasia y un estilo tan especial, debemos de ser conscientes que un año en el exilio es, normalmente, una manera de abrir la puerta de salida al jugador. Pero también hay que tener en cuenta, que subir quemando etapas muy rápidamente solo está al alcance de los elegidos. Aquellos a los que la cabeza no les engaña. Por todo esto; paciencia y recordad: a los buenos no se les hace hueco, se hacen hueco ellos solos…