Las declaraciones de Frank de Boer ayer en la rueda de prensa previa al partido en el Amsterdam Arena dejan claras sus intenciones “El año pasado no les dejamos respirar, no tenemos nada que perder…”. Todo parece indicar que veremos un Ajax diferente al del encuentro del Camp Nou: más agresivo, mucho más valiente, arriesgando en la presión y buscando el error en la deficiente salida de balón culé. Vamos, lo que ocurrió hace casi un año en el mismo escenario con el Tata a los mandos de la nave.

Más allá de los tres puntos -importantísimos para no complicarse la clasificación- el interés del partido radica en el quiénes y, sobretodo, en el cómo de los de Luis Enrique. Quiénes en referencia a los 11 que saltarán al terreno de juego aunque entre bajas y la “obligatoriedad” de casar a la tripleta atacante el margen de sorpresa parece no ser demasiado. Pero claro, eso que se lo digan a todos los que nos envían sus #RBPorraXI cada partido…

El meollo del asunto se encuentra en el cómo. No pretendo entrar en la discusión sobre la desnaturalización del juego de posición ni la pérdida de los principios básicos que identificaban una propuesta, eso queda para otro momento, sino en si Lucho querrá plantear el partido frente al Ajax de la misma manera que contra el Celta. Existen ciertas similitudes entre ambos equipos, tanto en disposición como en ciertos mecanismos, y si las declaraciones de Frank se cumplen, también en actitud.

¿Significa eso que volveremos a ver un Barça vertical con un centro del campo con poco peso -y poso-? ¿O por contra mutaremos de nuevo al equipo de la primera parte del Bernabéu? Luis Enrique sabe mejor que yo qué es lo conveniente para hoy. Únicamente le pido una cosa, que la apuesta sea con todas las consecuencias. Si queremos volar y un intercambio de golpes Alves y/o Alba deben estar atados, los interiores deben devorar metros y áreas, Busquets no puede ser nuestro MC -aunque me duela decirlo- y los tres de arriba deben mezclar alturas. Pero si la apuesta es la pausa, defender con el balón y la presión tras pérdida se deben buscar soluciones a los problemas en salida de balón, volver a antiguos mecanismos y mandamientos y posiblemente, no jugar con los tres bichos de arriba juntos, al menos de momento.

En las manos y la cabeza del asturiano está y en cuestión de horas lo veremos plasmado sobre el verde. Y por cierto, ojalá no se repita la imagen de un Messi por detrás del mediocentro, haciendo la salida desde el “4” y a la limón como organizador desde el “6” porque esa idea no la compro ni la compraré. La zona de Leo ya sabemos donde está.