Vino de un pueblecito de Albacete  llamado Fuentealbilla a los 12 años a la Masía. Su carrera y su legado quedarán para todos los tiempos. Sus pocos y muy oportunos goles son sencillamente inolvidables. Siempre fue uno de los nuestros y en su día fue un grande, un tipo que pudo competirle cara a cara a Messi para un Balón de Oro. Entonces era 2011/2012 y era un centrocampista genial que siempre estaba para el bien del conjunto, pero a la vez nunca fue el líder absoluto de su equipo.

Tras la marcha de Guardiola y la lógica decadencia de su equipo el líder siempre fue Messi. O mejor dicho, el argumento competitivo era/es el argentino. Iniesta, como complemento, no surgió como una alternativa a la caída de Xavi, parecía que con él también iba a ir desapareciendo del mapa futbolístico el albaceteño.

Mediáticamente sigue siendo una estrella. Se le sigue otorgando un status de megacrack en España pero en los últimos años el rendimiento ha sido tremendamente irregular. Sí, puede hacer una exhibición como la que ofreció la temporada pasada en casa ante el Atlético, pero también puede hacer 15 días más tarde, en el encuentro de vuelta, con un equipo y contexto muy parecido al de la ida, un partido sencillamente mediocre que derivó en su sustitución cuando un gol igualaba la eliminatoria.

Siempre débil físicamente su valía en el centro del campo era la capacidad de desborde y la técnica que ofrecía. Permitía batir líneas con facilidad y situar a su equipo en la frontal para ser una especie de madiapunta interiorizado. Nunca fue de estadísticas especialmente brillantes, sobre todo en el apartado goleador, en el que su mejor temporada fue la de 2010/2011 con 8 goles en Liga -su récord personal-, mientras que en otros años sus registros no suelen pasar de los 5 goles por temporada. Se asume, su gran juego no lleva incorporado el gol, pero aunque no se le pueda exigir cifras extraordinarias sí creo que se le podría pedir una mayor incidencia en el marcador a través de las asistencias, que no pasaron de tres la temporada pasada en Liga.

Sin aportar en estadísticas el juego de Iniesta se ha basado en el gesto técnico sin continuidad. Siempre con aquello de que era un jugador que le costaba arrancar en las temporadas el rendimiento global ha ido decayendo al mismo nivel que su equipo. El jugador que era el segundo mejor de la plantilla en escasas ocasiones se puso el equipo a sus espaldas y cada vez son más esporádicas las jugadas que le hacían indefendible, sus conducciones para batir líneas desde mediocampo. Sin gol, asistiendo relativamente poco, con el juego decadente nos quedaría otro punto en el que pudiera aportar, el defensivo, en el que sencillamente es invisible.

Ahora, irregular como siempre, puede hacer la del Ajax y ofrecer un recital y en 4 días lo del Bernabéu, en el que fue sencillamente para olvidar antes de caer lesionado. Sí, es una leyenda. Ninguno de nosotros olvidará esos goles y esos años, pero el fútbol y el tiempo van pasando y cobrando y siendo tratado como estrella se le debe pedir más. El equipo le necesita.