Hoy era una prueba de fuego importante para ver si se consolidaba el crecimiento que se venía observando en el equipo en la últimas semanas. Tras el derby capitalino, era muy importante también medir el nivel de competitividad del once de Luis Enrique. Muchas expectativas en noventa minutos y el Barça no defraudó, es más, cuajó el que probablemente haya sido el mejor partido en lo que va de Liga, matices que analizaremos en detalle, a parte.

Dos cambios sobre el once de gala, el primero de ellos quizá no llamaba tanto la atención y parecía justificado por el juego aéreo y directo sobre Aduritz. El francés Mathieu volvía al once titular a aportar altura a la zaga catalana. Siendo probablemente uno de los puntos débiles hoy de los culés. Muy nervioso se mostró Jérémy con y sin balón en el majestuoso Nuevo San Mamés. La banda izquierda era un pequeño agujero por donde el Athletic podría incidir y percutir, si hubiera tenido capacidad para ello. Al final en vez de ser una ayuda a Piqué, de nuevo imperial hoy, fue un pequeño quebradero de cabeza más para el tres culé, casi más que el propio delantero centro local.

El otro cambio, el que quizá más dudas podía llegar a generar sobre la continuidad de la apuesta deportiva de Luis Enrique, era la entrada en el once titular de Xavi. No porque dudemos un ápice de la calidad del seis, como ya hemos dicho varias veces por aquí, el centrocampista azulgrana de mayor categoría. Sino porque precisamente sabemos del peso en el juego que tiene el egarense y la posibilidad que dicho protagonismo volviera a horizontalizar el fútbol blaugrana.

Pero este equipo tiene una apuesta firme; vuela, sabe volar, le gusta volar. Y hoy el Athletic no era precisamente un equipo que, dada su presión arriba y su adelantamiento de líneas, invitara a otra cosa que no fuera aprovechar el vértigo de los tres fieras de arriba para llegar rápido y con huecos. Y su extraordinaria calidad haría el resto. Con lo que Xavi Hernández, que podría ser lento o rápido de piernas, pero que de cabeza lo capta todo, tan solo se pudo sumar a la vorágine de fútbol veloz que empieza a caracterizar a este equipo. Además su situación en el campo, era no solo en el puesto de Iniesta, como interior mediapuntístico, implicaba que las posibilidades de ralentizar el juego eran mínimas.

A partir del primer gol de Leo de falta, tras rebote en la barrera, el partido entra en esa fase de espacios que comentamos. Y es precisamente el segundo gol el que simboliza el fútbol de hoy en día de este equipo; triangulación rápida donde Rakitic hace de interior lanzador, Lucho de apoyo, Leo desequilibra a magnetiza la atención rival, y Luis Suárez de nuevo, esta vez llegando desde atrás, define. Velocidad y precisión. Los dos conceptos que definen a este nuevo Barça.

Un último factor negativo de este equipo en el día de hoy, sobre todo porque en los partidos realmente complicados que se avecinan y donde una concesión significa dejar de optar a un título, es Claudio Bravo. Nadie duda de la calidad del meta chileno, pero si lo comparamos con lo que ofrece Ter Stegen, se pierden dos detalles ganadores: continuidad en el juego de pies del equipo, fundamental en partido donde el rival reitere una presión alta. Y dominio del área en el juego aéreo. En esta faceta Claudio abusa de sus reflejos casillescos, para no dominar su área más que lo que ocurre entre los tres palos.

En el aspecto positivo destacar el partido del cinco azulgrana que hoy sí ejerció de mediocentro. Hay partidos que son a la medida de Busquets, donde en muchas de sus facetas sigue siendo el mejor del mundo, sin más. Y hoy era uno de esos días. No era necesario pensar mucho en transición defensiva. Había que ir a la presión alta y ahí Sergio es el Rey. Y en una salida con presión alta rival se necesita un medio centro que aparezca ágil y habilite de cara al primer toque. Fútbol a la medida de Busi. Un día en la oficina para el de Badía crecido en Badía.

Dado que hoy el equipo no necesito de mucho juego posicional, ni Leo, ni Neymar necesitaron de rajar el sistema de juego rival desde la línea de cal. Y su juego interior, a velocidad de vértigo, hizo el resto. Hablando de juego interior, no podemos dejar de mencionar a un lateral que echaremos mucho de menos en caso de que al final abandone el club a final de temporada. Daniel Alves es un lateral especial. Muy pocos laterales interpretan el juego interior como el brasileño. Una de las razones de que Leo optimice su rendimiento en la banda derecha, y viceversa

Y es que este esquipo está empezando a vivir de eso; de simbiosis continuas. Socios temporales con todos, como el nueve arriba o el cinco en la base de la jugada. Poco a poco, sin llegar todavía a dar un puñetazo en la mesa, todo lo silencioso que la exhibición del magnífico dos a cinco de hoy en Bilbao pudiera ser, pero el Barça se empieza a posicionar a medida que se acercan los momentos decisivos de la temporada. Si alguno había perdido la ilusión, quizá deba empezar a recuperarla…