“Es el mejor momento, sentir, cambiar de nombre tantas cosas y olvidar algunas caras en el cementerio del pasado.” Lo canta Xoel López con Deluxe en la canción “Reconstrucción”, pero bien aplicable es al esperado momento que afronta el Barça Lassa. El equipo venía de la peor temporada de la historia reciente en la sección y el club debía meter el bisturí y acometer una reconstrucción profundísima, un proceso que ha comenzado Nacho Rodríguez en los despachos pero que ha de continuar Sito Alonso en el banquillo. El equipo viene de un desgaste mental brutal que se debe seguir tratando con cuidado para recuperar la autoestima perdida y tratar de ser un equipo competitivo.

La llegada de Hanga dio por cerrada la plantilla a falta de la salida de Tyrese Rice, pues el fichaje de un tercer base una vez el Barça se ha desprendido de Hakkanson y Peno parece improbable. Un roster mejorable, pero por fin completo, cubriendo en cantidad y calidad casi todas las necesidades del equipo. Dadas las circunstancias del mercado el trabajo de Nacho Rodríguez supera las expectativas, confeccionando una plantilla equilibrada y con mimbres para competir. Hasta dónde se puede llegar lo dirán Sito, sus jugadores y la química que se cree entre ellos teniendo antes en cuenta que hay nuevo entrenador, hasta nueve incorporaciones, grandes rivales nacionales y continentales y viniendo de donde viene el Barça. Hará falta tiempo y paciencia, pero lo que más demandaba la gente ya lo tiene, ilusión.

Bases

La identidad de un equipo se construye desde la dirección y ahí el Barça sigue probablemente sin tener una pareja top en Europa, pero sí ha confiado el puesto de base a dos jugadores complementarios que pueden hacer mejores al resto de compañeros. No llegó Larkin y sí Pressey, y de este modo Sito Alonso no podrá distinguir nítidamente entre titular y suplente, entre Plan A y Plan B. A falta del lógico periodo de adaptación del americano ambos parten en una situación igualitaria. De cómo rindan los dos bases dependerá el techo del equipo en esta temporada.

Ya se analizó más detenidamente el fichaje de Thomas Heurtel porque es un jugador complejo con un enorme potencial que hasta ahora no ha sido explotado en su totalidad. Si el jugador todavía no ha roto es difícil que a estas alturas lo haga, pero posiblemente nunca se haya encontrado unas circunstancias tan favorables para mostrar todo el baloncesto que lleva dentro. Conocidos son sus defectos, pero pocos jugadores en Europa tienen un repertorio ofensivo tan enorme, pudiendo anotar casi desde cualquier situación del ataque. Sito Alonso le va a dar las riendas del equipo, pero antes ha de domar al propio Heurtel, que debe ser más constante. Encaja en el estilo de baloncesto que propone el entrenador y además han llegado jugadores con los que debería conectar mejor que bien, como Hanga o su compatriota Seraphin.

A su lado estará Phil Pressey, una apuesta arriesgada por parte de la dirección deportiva ante la falta de grandes nombres en el mercado una vez el gran objetivo acabó en USA. Un jugador sin experiencia en Europa para dirigir una nave como la del Barça es un “melón por abrir”, pero no se puede decir que no sea una apuesta valiente.

Dos dudas asaltan al culé sobre el base norteamericano. En primer lugar su propio nivel, pues no se trata de un jugador que haya destacado especialmente en Estados Unidos, con problemas en el tiro. Es cierto que en la pasada Liga de Desarrollo se ha visto una mejora en sus porcentajes, pero en ningún caso cabe pensar que vaya a ser una gran referencia anotadora. La otra incógnita es su adaptación a un baloncesto diferente, con otra exigencia y obligado a asumir responsabilidades desde el minuto 1. Experiencias pasadas con bases americanos no han funcionado nada bien.

Por perfil claramente sí encaja. La comparación con Larkin a día de hoy no la sostiene, pero es un base dinámico, con potencial defensivo y con gran creatividad para abastecer a sus compañeros. Si Heurtel aportará cierta anarquía Pressey ha de ser más cerebral, más para el resto de compañeros que para sí mismo. No obstante, sería una gran noticia para el Barça que el americano encontrara sus tiros y se mostrara efectivo desde el comienzo. El Palau tendrá delante un jugador con mucha imaginación del que poder disfrutar.

Escoltas

En el puesto del “2” es donde hay más incógnitas, pues ninguno de los escoltas del equipo se presenta como una garantía. Koponen parte, a priori, como el jugador que más minutos sume en la posición, aunque eso no implique necesariamente que salga desde el quinteto. Ya se habló del finés largo y tendido y de la obligación de que haga una buena temporada para que el juego exterior blaugrana no eche en falta puntos. Este año va a empezar de cero y en el Eurobasket está haciendo su pretemporada después de atravesar este verano algunos problemas algo misteriosos que le impidieron debutar con Finlandia antes. No se entiende una gran temporada del Barça sin un buen papel del ex de Khimki, que a su nivel es de lo mejor del continente. No va a tener que cargar con tanto peso como el año pasado y podrá centrarse en lo que mejor sabe hacer, tirar. La campaña anterior tuvo problemas, pero no relacionados con su muñeca, y su porcentaje en el triple es esperanzadora. Con los bases generando ventajas él debe ser una amenaza mortífera desde el perímetro. Y ojalá en un equipo con un clima diferente como el que se pretende construir gane confianza, asuma más responsabilidades y muestre algo más de personalidad, sobre todo en los partidos importantes. Además parece el hombre más adecuado para restar minutos a los bases en caso de lesión o rotación.

Un Pau Ribas sano sería un complemento ideal para cualquier competitivo, pues aporta oficio en los dos lados de la pista, tiro, defensa, lectura, experiencia e intensidad, pero suponer que después de una lesión tan grave pueda mantener todas estas virtudes es mucho suponer. Tiene una capacidad de trabajo encomiable que le permitirá seguir rindiendo bien, pero habrá que ver si lo suficiente como para ser uno de los líderes de la segunda unidad culé.

En circunstancias normales sería un jugador perfecto con el que empezar los partidos, controlando el encuentro, desgastando al rival y cediendo luego el sitio a Koponen pasados unos minutos, pero cualquier análisis que se haga de la posible aportación del ex valencianista está condicionado por su estado físico. Hacer la preparación con España e ir al Europeo le hubiera venido genial para su puesta a punto tras nueve meses en el dique seco, pero otra lesión importante le ha privado de ello.

¿Qué decir de Juan Carlos Navarro que no se haya dicho ya? Pues que ojalá pueda hacer una buena temporada tanto a nivel individual como colectivo para retirarse como lo que es, una leyenda. No se sabe cuántos partidos podrá estar al 100%, pero con total seguridad tendrá sus momentos a lo largo de la temporada en los que pueda aportar. Encuentros como el año pasado en Kazan, donde ante la falta de soluciones y el atasco general él pueda prevalecer. Porque el Barça ha fichado mucho y bien, pero el capitán seguirá siendo el jugador más inteligente y con mejor lectura del juego de toda la plantilla.

En vista de los problemas en la posición y teniendo que priorizar las necesidades del equipo la dirección deportiva culé decidió recuperar a Marc García, una de las joyas de la cantera blaugrana que no rindió el año pasado en Sevilla como se pretendía. Será nuevamente una temporada exigente donde habrá minutos para todos, y especialmente en el Palau en ACB Marc puede tener su papel. Ya tiene su pequeña experiencia en la competición, Sito confía en los jóvenes y puede heredar el rol que tenía hasta este año Eriksson, el de triplista a la espera de que pueda evolucionar hacia más cosas.

Aleros

Ha sido sangrante ver el descenso de nivel en la posición de alero en los últimos años en Can Barça, especialmente una última temporada donde la poca planificación que hubo además salió fatal. El Barça ha decidido intervenir y no sólo ha firmado un gran alero sino que lo ha hecho por partida doble, jugadores que además se pueden desenvolver en otras posiciones, como reclamaba Sito Alonso.

Adam Hanga era un sueño impensable hasta hace dos o tres meses, pero la negativa de los Spurs a contar con el húngaro le dio la oportunidad al Barça de firmar al alero más cotizado del mercado. El ex de Baskonia es una garantía de compromiso en pista, un defensor voraz que ha mejorado en el tiro exterior pese a que no es su fuerte, mortal corriendo a pista abierta y que automáticamente eleva el nivel del equipo.

No es un jugador para ganar partidos, pero indudablemente te acerca a la victoria. Hanga es un regalo para Sito Alonso y también para los bases, que agradecerán un jugador hiperactivo de movimientos como el húngaro. Incluso podría jugar como escolta y convertirse en perro de presa de las mayores amenazas rivales. Conoce la competición y ya ha trabajado con Sito, por lo que es una garantía de rendimiento inmediato.

Si Hanga podía encontrar un buen complemento ese era Rakim Sanders, otro de los grandes aleros de Euroliga la temporada pasada. Los defectos del húngaro se verán reducidos teniendo al lado al ex de EA7, que sí es más capaz de buscar el uno contra uno, generarse sus propios tiros, llevarse a su par al poste y anotar de manera más independiente. Si la producción de Hanga viene desde el juego coral la de Sanders lo hará desde la individualidad, siendo esta un arma de doble filo. Si Sito Alonso logra canalizar ese torrente de energía que es Sanders y ponerla al servicio del colectivo será de un valor incalculable, pero esa anarquía corre el peligro de ser dañina si no se controla.

En esa eterna y efímera búsqueda del nuevo Pete Mickeal se le ha comparado con el mítico “33”, pero si bien tienen algunos puntos en común varios más los separan, principalmente el más importante, la cabeza. Ahora mismo Sanders ni huele la lectura de juego de Mickeal, una enorme personalidad puesta al servicio del equipo que aparecía cuando más se le necesitaba. Se puede soñar con ello, pero es que Pete iba mucho más allá de lo estrictamente baloncestístico.

Rakim Sanders viene de ser el jugador franquicia de un equipo donde tenía todo el protagonismo, pero ese rol necesariamente va a cambiar y se tendrá que adaptar a las exigencias de un equipo que le reclamará otro papel, posiblemente saliendo desde el banquillo, aunque dada la configuración de plantilla y sus propias características debería irse a bastantes minutos por partido jugando de alero y también de ala-pívot. Porque los 193 centímetros que mide Sanders invitan a pensar en un escolta, pero su capacidad atlética dice otra cosa, una auténtica bestia que compartiendo minutos con Hanga debería convertir el perímetro azulgrana en una zona de minas para el rival. La falta de altura Sanders la suele suplir con su privilegiado físico (potencia, brazos largos etc), pero habrá momentos en los que penalice.

Bartzokas se encontró unas condiciones de trabajo indeseables incluso para el peor enemigo, pero él mismo cometió algunas imprudencias que escapan a la comprensión. Una de ellas fue la de ignorar a Rodions Kurucs cuando la temporada no daba ya más de sí, especialmente en Euroliga. Verle más minutos en partidos de élite le hubiera ahorrado un tiempo hermoso al Barça, a Sito y al propio jugador para ver en qué punto de desarrollo estaba. De este modo quizá el club hubiera planificado de otra forma la posición de alero. Porque lo cierto es que el letón es un jugador de enorme potencial pero que no se sabe qué puede aportar aún, pues se le ha visto muy poco.

Ahora se tendrá que ganar los minutos partiendo de cero. Los partidos del Palau de ACB como campo de pruebas para que crezca y aprenda y así si Sito lo requiere pueda tirar la puerta abajo. Con un Lojeski en lugar de Hanga o Sanders lo hubiera tenido más fácil (no olvidarse de Claver), pero está claro que es una apuesta del club a medio plazo. Hanga podría irse a la NBA en un año y Sanders también tiene firmada una temporada, por lo que si se prepara bien este año puede tener su oportunidad el que viene, ya siendo cupo. Pero para eso tiene que jugar.

Ala-pívots

El Barça no tiene en el «4» a un Printezis, un Randolph, un Gist, un Shengelia o un Melli, pero lo que sí tiene es un abanico inmenso de posibilidades para jugar en el puesto de ala-pívot, con hasta cinco jugadores que se pueden desempeñar ahí. Porque además de los tres jugadores específicos de la posición Oriola puede jugar al lado del pívot si se busca cerrar el rebote y darle más dureza a la defensa. Si por el contrario se apuesta por un small ball Sanders podría actuar de «4» y con su movilidad y potencia sacar a su defensor fuera y ganarle por velocidad, aunque ello implique una inferioridad manifiesta de centímetros. Sito Alonso tiene cubiertos todos los perfiles pero no debe tener nada claro desde dónde partir.

Porque fue lo más rescatable de la temporada pasada, por potencial y porque es el que lleva más tiempo en el Palau Sasha Vezenkov debería partir como el titular de la posición. Hasta ahora ha sobrevivido en plantilla en un contexto nada beneficioso para él, así que es de esperar que mejor rodeado y en mejor bloque el búlgaro pueda mostrar su verdadero nivel para salir de dudas definitivamente. Porque Vezenkov ha mostrado estos dos años todos sus defectos y virtudes pero nunca enmarcados en un equipo donde explotar. En su primer año porque era periodo de adaptación y en el pasado porque el equipo de Bartzokas era una depresión constante. Aun así fue capaz de ganarse un crédito para la presente campaña.

Se sabe que tiene una muñeca prodigiosa, que ha ampliado su repertorio ofensivo mostrando una mejor coordinación de su cuerpo para moverse en la pintura y que ha ganado en oficio, pero sigue sin ganar masa muscular para «pegarse» dentro, parece claro que siempre le va a faltar explosividad y en defensa tiene mucho margen de mejora en sus desplazamientos, por lo que esta temporada tiene su propia final para comprobar si realmente tiene madera de titular en gran equipo o su techo ha de ser menos exigente. En cualquier caso de él de espera que sea ese «4» que abra defensas, un buen aliado en el pick and pop con Pressey y que sea todavía más letal desde el triple. El año pasado ya asumió responsabilidades ante las muchas ausencias y, este año, donde la competencia va a ser feroz, la baja inicial y puesta a punto de Claver le va a venir bien desde una perspectiva más egoísta, pues va a tener minutos garantizados desde el principio. Que se los gane para después.

Víctor Claver aterrizó hace un año en el Palau tras otra temporada del club nefasta, con la presión del dineral pagado por él y arrastrando la fama de “agitatoallas” de la selección. Poca gente se paró a pensar más allá del dinero y su pasado, obviando que en cada equipo donde ha tenido protagonismo (incluido España) Claver ha sumado en lo que realmente él puede aportar. Esperar algo de un jugador únicamente por el desembolso hecho por él es injusto, y en todo caso achacable a quien lo paga. Al alero valenciano se le ha de exigir defensa, rebote, intensidad, una mayor regularidad en el triple y acierto en esas canastas fáciles tras corte o en transición donde él se debe imponer.

El año pasado Claver no estuvo a la altura. El equipo no le ayudaba nada, tuvo varias lesiones inoportunas y jugó excesivos minutos de «3», sí, pero se vio al Claver miedoso y acomplejado que tanto le ha lastrado en su carrera. Este año partirá sin tanta presión y eso le beneficiará para encontrar un papel a su medida, pero él debe mejorar su nivel para gozar de minutos ante una competencia mucho mayor que la temporada pasada. Especialmente interesante ha de ser su combinación con Sanders en esa fuera-dentro que le puede dar posibilidades inmensas a Sito Alonso y que el año pasado apenas se aprovechó.

Adrien Moerman fue una incorporación sorprendente que en forma y fondo obedece a un objetivo concretísimo. Ante la falta de un «4» de nivel una vez esfumada la posibilidad de Melli el Barça recurre al francés porque es un jugador que garantiza unos mínimos en todas las facetas del juego, que ya conoce ACB y que firma por sólo un año a la espera de ver cómo rinden los ala-pívots esta temporada antes de acudir el verano siguiente a por una pieza que brille más.

¿Qué les falta a Vezenkov y a Claver para ser jugadores realmente completos? Probablemente hacerse esa pregunta daría como respuesta algo parecido a Moerman, nivel al margen. Porque el ex de Darussafaka es un híbrido de sus dos compañeros en el puesto, dominando algunas de sus virtudes y mejorando sus defectos, un «4» que no es un 9 en nada pero sí un 6-7 en bastantes cosas. Un jugador con compromiso en las dos canastas. En defensa se zafa bien en la pintura, se muestra intenso y cierra el rebote. Adelante no tiene grandes recursos para postear o buscarse su tiro pero sí supone una amenaza desde el 6.75, por lo que como jugador de complemento puede ser de enorme utilidad.

Pívots

Hacía tiempo que el Barça no completaba su juego interior con tantas variantes como este año. Ha sido lastimoso ver a Ante Tomic las últimas temporadas “matándose” ante todo oponente sin la menor ayuda. Salvo la excepción de la primera etapa de Joey Dorsey el resto de intentos de la dirección deportiva por complementar al croata salieron peor que mal. Jawai, Pleiss, Lawal, Faverani o Dorsey otra vez no dieron el rendimiento esperado por unas razones u otras, así que esta temporada el club ha firmado otros dos pívots de los que se espera mucho por perfil y nivel.

Ante Tomic tiene galones suficientes como para empezar la temporada como la primera opción de Sito Alonso, pero por primera vez se percibe una intención clara del club para moverle la silla, sobre todo cuando entra en último año de contrato. Desde su llegada ha sido casi siempre el mejor culé, quizá el único jugador top del equipo en el continente, pero Tomic personifica el ocaso del Barça de Xavi Pascual coincidiendo con el renacer madridista. Esto es una “simplada” que exige una revisión profunda porque ni de lejos son dos hechos causados por el croata, pero esa idea ha cuajado entre no poca gente y es falsa.

Tomic es terrorífico para el rival en un buen día y terrorífico para su equipo en uno malo. El problema es cuando no hay otro recurso para mandarlo al banquillo, que es lo que ocurrió la temporada pasada. Porque cuanto peor juega Tomic más “se quema” y más aumenta esa percepción de desesperación entre los aficionados, pero siempre propiciado porque con frecuencia era el mejor y único recurso. Por si fuera poco desde la marcha de Marcelinho ha estado desabastecido, sin especialistas en el pick and roll, cosa que debería cambiar con Pressey. A priori las parejas Heurtel-Seraphin y Pressey-Tomic suenan bien. El center de Dubrovnik entra en un año vital para su carrera porque va a tener más caros que nunca sus minutos en el Palau justo cuando acaba contrato, por lo que le interesa especialmente rendir bien para optar a otro aquí o en otro sitio. Habrá que ver qué papel le reserva Sito Alonso, pero es un perfil que puede resultar devastador, sobre todo en ACB.

Tarde pero llega. Kevin Seraphin llega al Palau con un año de retraso con el objetivo de ser uno de los tres o cuatro pívots más dominantes del continente. Tiene talento para ello, está en edad perfecta para romper en Europa y además parece tener la ambición para hacerlo tras unos años de más a menos en la NBA. El Barcelona parecía buscar un center de corte atlético para complementar a Tomic y Oriola, pero el mercado que tantas veces le ha sido esquivo le ha proporcionado mucho más que eso. Porque el francés tiene cuerpo para intimidar en Europa, pero además posee recursos ofensivos interesantes para convertirse en un pívot total. No ofrece ese lanzamiento desde larga distancia que sí dan Randolph, Singleton o Lauvergne, pero es contundente para finalizar, puede postear generándose su propio tiro y además desde 4-5 metros amenaza. Amplia el rango de acción de Tomic y además atrás puede tener un gran impacto.

Debe tener su periodo de adaptación a un nuevo basket y un nuevo equipo, pero el Barça aspira con la ambiciosa apuesta por Seraphin a tener el pívot con el que acabar los partidos siendo decisivo en las dos canastas, sobre todo si encuentra regularidad desde la línea de personal. Si el fichaje sale bien se corre el riesgo de que vuelva a la NBA o en dos años CSKA o Fenerbahce vayan a por él, pero es un fichaje que necesariamente manda un mensaje a Tomic, es decir, han ido a por un pívot titular y quieren que sea uno de los estandartes del proyecto.

Ellos dos ocuparán el puesto de «5» el grueso de los minutos, pero además se suma una tercera opción con Pierre Oriola, que ofrece cosas completamente distintas. Un interior más móvil, con un crecimiento imparable los últimos años y de entrega incuestionable. Su fichaje responde no sólo a una necesidad deportiva sino también institucional, pues la sección busca formar un buen núcleo de jugadores nacionales que creen un sentimiento de identificación con el aficionado. Su nivel, el rol que desempeñará, el traspaso pagado y la duración del contrato obedecen a una estrategia clara del club para que Oriola sea un Grimau, por ejemplo, alguien que asuma su rol cumpliendo siempre y ayudando a crear vestuario. Luego la pista manda, pero a priori es un fichaje a largo plazo.

Con sus dos compañeros en el puesto jugando cerca de canasta lo ideal sería que el ex de Valencia creciera en el exterior y ampliara su rango de tiro. En defensa puede ser el mayor argumento entre los pívots para defender rivales más móviles, pero a su vez sería fantástico para su carrera que a sus grandes movimientos sin balón le sumara una mayor amenaza. Mientras crece ahí desde ya sumará esfuerzos y podría ser la solución cuando el partido necesite otra marcha, agitando la pintura y dinamizando los ataques de su equipo. Algo que han repetido algunos técnicos sobre Oriola es que es el tipo de jugador que todos quieren tener en el equipo, y eso es mucho decir.

Como hace un año se trata de un proyecto a medio plazo, lo cual no significa renunciar a nada esta temporada porque es una plantilla muchísimo más compensada y de más nivel, pero están por ver muchísimas cosas. Lo que no funcione será corregido el siguiente verano, cuando el Barça libere algunos de los contratos más importantes de su plantilla, lo que le dará mucho margen para mejorar. Pero como decía en “Irma la dulce” aquel entrañable barman llamado Moustache, “eso es otra historia”.