El presente más inmediato y lo que reflejan los resultados es un Barcelona de Valverde más serio y fiable que el de su antecesor en su última temporada, de un orden por encima de lo esperado y unas cifras y sensaciones muy por encima de lo que se presumía por estos lares después de perder 5-1 la Supercopa ante el muy trabajado Madrid de, decían algunos expertos intachables, Zidane. Y sin Neymar en el equipo por el clausulazo qatarí. Pep Segura puede estar tranquilo.

La base del equipo parece clara. Su once fetiche, casi indiscutible. La portería y la defensa está ocupada por los intocables Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Umtiti y Jordi Alba. Por edad parece evidente que el alemán, el de Reus y el francés serán del equipo en un margen de cinco años potencialmente si se cumplen los pronósticos. Por edad y nivel deberían ser piezas destacables del proyecto a largo plazo de la entidad. En el caso de Gerard la cuestión es distinta. Por legado y liderazgo se irá cuándo y cómo quiera, por lo demostrado sobre el césped y por su importancia a nivel social dentro de la entidad. Pero a sus 31 años el declive de rendimiento puramente deportivo podría llegar en un tiempo no lejano. Asumir en su caso un relevo que pueda tomar los mandos de la zaga mientras su figura se marchita empezaría a ser recomendable para Pep Segura.

En el caso de Jordi Alba la situación no parece tan acuciante, está en el mejor momento de su carrera y su rendimiento es excelente, pero sí es cierto que bordeando los 29 años el club debería asumir a un suplente de garantías que mejore a Digne. En este caso podría ser un lateral del filial para intentar mantener una cuota de jugadores reconocibles por todos desde el primer día con compromiso inquebrantable.

La situación de Sergi Roberto, ante el rendimiento irregular de Semedo, recomendaría igualmente apostar por él en su posición natural y dar la titularidad en el lateral a un especialista, sea el portugués si evoluciona favorablemente o a otro de mayor nivel con proyección.

Busquets, Rakitic e Iniesta; tres casos especiales

Busquets, capitán e insignia del proyecto de Valverde, es otro intocable que decidirá él cuando y cómo irse del equipo. Merecido por su rendimiento y a la edad de 29 años vive sus mejores años de su carrera y a corto plazo no parece que salga del once, pero a largo plazo sí es una posición en la que el Barcelona tome cartas en el asunto para asegurar un relevo de garantías.

Los casos de Rakitic e Iniesta son diametralmente opuestos. El croata es, por rendimiento y nivel, el más factible de ser sustituido, aunque haga complicado el relevo por su actitud y profesionalidad mostrada en el césped. Jugar mejor que él parece más fácil de lo que es.

La de Iniesta es otra historia. Leyenda viva del barcelonismo, capitán general del centro del campo y uno de los mejores jugadores de la historia vive ya sus últimos años en la élite. Su retirada definitiva la marcará él y lo que den de sí sus piernas y su cabeza. Él decidirá cuando irse, pero el club ya ha tomado cartas en el asunto y Coutinho parecería el elegido para sucederle en el puesto. El trono, eso sí, seguirá siendo de Messi.

El trono de Messi

Indiscutible y sin palabras para definirle, Lionel cumplirá ya 32 años. Su rendimiento no merece discusión y desde aquí mis disculpas por osar plantear su futuro, pero sería recomendable, dentro de lo posible, plantear una especie de relevo. Probablemente no a nivel individual, mi más sincero pésame al que herede su “10” y a los que sean nominados oficialmente como sucesores o nuevos Messi, pero el club bien haría de plantearse algo.

Luís Suárez, con 31 años, vive ya sus mejores años de su carrera profesional, pero su rendimiento estas dos últimas temporadas fue irregular en el juego, no tanto en las cifras goleadoras. En su caso la discusión es estilística. ¿Querrá el Barça renunciar a un 9 puro para jugar con otros perfiles de mayor movilidad y capacidad puramente técnica? ¿Hay en el mercado perfiles que puedan suceder a corto plazo el rendimiento del uruguayo? Pep Segura deberá decidir.

En un momento de auto halago continuo ante una liga encarrilada y ante el intachable rendimiento bajo las órdenes de Valverde es conveniente discutir sobre el proyecto, su continuidad y las decisiones estratégicas que deberá tomar la entidad en un plazo no muy avanzado de tiempo. Veremos si el club y Pep Segura estarán esta vez a la altura de las circunstancias.