El verano pasado el Barça incorporó a Irene Paredes, Fridolina Rölfo e Ingrid Engen. Todas ellas eran las primeras opciones de lo que tenía planificado Markel Zubizarreta en relación a la configuración de la plantilla de esta temporada recién finalizada. En la presente ningún plan A ha salido como se esperaba: Lieke Martens dio largas en su renovación y decidió firmar por el PSG, Vivianne Miedema rechazó recalar en Barcelona para seguir un año más en las filas del Arsenal y por Ona Batlle no se llegó a un acuerdo con el Manchester United para su traspaso. Todas ellas eran las opciones que quería el club en primera instancia para reforzarse y mantener o mejorar el nivel de una plantilla que, a pesar de perder claramente en Turín, quiere mantenerse en lo más alto de las aspiraciones.

Una vez asumida la realidad, las marchas de Martens y la no llegada de la goleadora neerlandesa, obligaron al club y a la secretaría técnica a plantear alternativas. La gran apuesta ofensiva ha sido la delantera brasileña Geyse Ferreira, máxima goleadora de la Primera Iberdrola, 24 años y gran estrella del Madrid CFF. Con un gran despliegue físico, autosuficiente con balón y muy peligrosa cuando tiene espacios para correr es la apuesta 2.0 para hacer del ataque culé algo más imponente a nivel físico. La gran sacrificada tras este movimiento ha sido Jennifer Hermoso: La madrileña venía de ganar el balón de plata a un descenso en su rendimiento bastante notable que se ha juntado a sus 32 años con un fin de contrato que obligaba a todas las partes a una entente no siempre fácil que se ha visto inviable, ni el club parece que hiciera todo lo posible para su continuidad y no es sencillo pensar que la voluntad de Jenni pasaba por seguir jugando en el Johan fueran cuales fueran las condiciones. Finalmente, ha firmado por el Pachuca mexicano por unas cantidades muy elevadas para lo que se estila en el fútbol femenino.

En lugar de la vuelta a casa, inviable en las circunstancias actuales, el Barça pegó un puñetazo encima de la mesa: La ganadora del The Best 2020, Lucy Bronze, recaló al club catalán de forma absolutamente sorprendente sin que nadie supiera nada hasta el anuncio oficial. La lateral inglesa, de 30 años, es una jugadora de gran dominio de su banda, con buen despliegue físico y con mucho talento, será la titular por la banda derecha. El nivel, si la salud y las lesiones la respetan, es de una de las mejores jugadoras del mundo y un gran salto en relación a la buena de Marta Torrejón.

La otra incorporación, procedente de la Real Sociedad, ha sido Núria Rábano, lateral izquierda, de 23 años, se ha erigido como una de las mejores en su posición de la pasada temporada y una de las mejores opciones que ofrecía el mercado una vez Leila Ouahabi rechazó la oferta de renovación y la retirada de Melanie Serrano. A priori, a la espera de lo que va a deparar el verano, Rölfo va a ser más extremo en el rol y sitio que tenía Martens y va a compaginar el sitio arriba con rotaciones por el lateral con Núria.

Misma base, ¿menos talento?

De cara a la 2022-2023 el Barça femenino es fácil pensar que el talento disponible será menor que el de la pasada temporada. Hasta la lesión la extremo neerlandesa estaba rayando a un enorme nivel y la alternativa es una jugadora que la temporada pasada destacó fuera de posición como fue la futbolista sueca. Jenni, que a nivel de talento es una figura absolutamente indiscutible, había bajado un tanto su rendimiento y la apuesta por Geyse, con un gran potencial físico y técnico, pero sin experiencia en la élite, con un carácter explosivo y no testada en equipos en la que ella no es la figura principal sino otra pieza de un colectivo engrasado. No es la mejor del mundo, pero tiene calidades que pueden ser muy destacables y una buena alternativa a la no renovación de la delantera madrileña.

Lo que se puede concluir por ahora es que el Barça y Markel han encajado el golpe, no salió todo como querían, pero actuaron en búsqueda de perfiles que pudieran sumar a la plantilla y no enloquecieron como pudiera hacer en su momento el masculino en la poco denunciada etapa de Bartomeu. Si pierdes a Lieke no le das el dinero a la siguiente, gestionas las carencias de la plantilla, valoras perfiles disponibles al mercado y ejecutas las mejores disponibles una vez el plan A se cae. Puede ser una plantilla con menos certezas arriba, pero mejora notablemente en las laterales y cubre la carencia de amenazas al espacio (se notó claramente en la final de Turín) con Geyse. Podrá salir mal, pero se ha comprobado que la sección está en buenas manos y con criterio firme.