El final de Messi, el inicio de Laporta

@Joanbarriach

Leo Messi se fue del Barça al no poder culminarse un acuerdo satisfactorio entre las partes que entrara dentro de los márgenes del límite salarial impuesto por el director deportivo del club, Javier Tebas. Joan Laporta tenía pocas alternativas y un margen de maniobra casi nulo. Heredó una entidad al borde de la quiebra y tenía la responsabilidad y el enorme reto de corregir la catastrófica dinámica financiera y, a la vez, mantener un proyecto deportivo con posibilidades de éxito. Leo Messi era al mismo tiempo la base de todo sobre lo que se sustentaba el club, tanto a nivel deportivo como en el económico y financiero, pero esta relación tenía un fin contractual  y el contexto no invitaba al optimismo pero el actual presidente basó parte de su candidatura en el hecho de ser quién más podría convencer al mejor jugador de la historia para renovarle. La realidad, guste o no, es que Joan Laporta inicia su andadura presidencial tomando la decisión más dura e impopular que va a arrastrar hasta su tumba: Es el presidente que dejó escapar a Leo Messi.

Siendo esta verdad absolutamente irrefutable, Messi se fue cuando quería quedarse tal y como vimos reflejado en las ruedas de prensa ofrecidas por todas las partes. La realidad es que Joan Laporta tomó una decisión, acertada o no, de no firmar los acuerdos con el fondo de inversión (también llamados fondos buitre) CVC priorizando la independencia del club a largo plazo aunque costara la continuidad del argentino o la inscripción para la Tebas league de los fichajes de Memphis Depay, Eric García o Emerson Royal.

El futuro pondrá a cada parte en su sitio. Lionel Messi tiene ya 34 años y su continuidad también era un equívoco mensaje de renovación de un proyecto que pide a gritos una importante reestructuración, a pesar de que buena parte de la base del club, ya veterana, sigue atada con unos contratos sin mercado e inamovibles.

No era así, Jan

La otra parte de toda esta historia con final en París ha sido especialmente dura más por lo inesperado, por lo caótico y digámoslo claro, cutre final en relación a las expectativas. Joan Laporta siempre expuso un optimismo y entusiasmo respecto a la renovación de Leo Messi muy por encima de la realidad y de sus posibilidades, puede ser que fuera su trabajo, su obligación, pero estas expectativas se dieron de bruces con la cruda realidad en muy poco tiempo, con nocturnidad y sin vaselina inevitablemente generó decepciones que tendrá que arrastrar a lo largo de un mandato que se inició desde el caos financiero y económico.

Con las decisiones tomadas Laporta tendrá que gestionar los siguientes pasos en su mandato para corregir el navío a la deriva que es el Barça que heredó y justificar la decisión más impopular jamás tomada en la era contemporánea, dejar escapar al mejor futbolista de la historia. El tiempo pondrá a cada uno en su lugar.