Hay que girar la vista hacia el noroeste de España para seguir semana a semana los pasos y evolución de una de las perlas de La Masia. A Vigo, concretamente. Allí encontramos a Rafael Alcántara do Nascimento. Rafinha. 21 años recién cumplidos en uno de los mayores talentos jóvenes que reúne una Liga BBVA huérfana en cierta manera de ilusiones y esperanzas como las que despierta fácilmente el pequeño de los Alcántara.

Tras un inicio algo templado e inconstante, nada que pudiera sorprender al tratarse de un recién llegado a Primera División, con el paso de las jornadas se ha ido consolidando no solo como una pieza titularísima en los esquemas de Luis Enrique sino en alguien fundamental para darle sentido al juego celtiña. La evolución de Rafinha sobre el césped ha ido de la mano de los experimentos de un técnico que conoce muy bien el entorno y contexto en el que se ha formado su futbolista fetiche. Un Luis Enrique que parece haber encontrado en su peculiar 1-4-1-4-1 la manera de sacar el máximo de una plantilla muy joven a la que le costó entrar en el calor competitivo. Pero no por falta de talento, precisamente. Como el que atesora Rafinha.

El 1-4-1-4-1 del asturiano es bastante flexible y ciertamente interesante en ataque. Con Oubiña como único pivote, sitúa en los interiores a Augusto Fernández (derecha) y Krohn-Dehli o Alex López (izquierda), con Orellana –que ha adelantado con merecimiento a Nolito- partiendo del extremo izquierdo y Rafinha en derecha. Todos detrás de Charles, el delantero que más veces ha actuado como titular. Esta es la disposición sobre el papel pero lo relevante viene cuando empieza a rodar la pelota. Y es que el joven brasileño parece haber encontrado una posición ideal partiendo de derecha. Siendo zurdo, gracias a su gran técnica individual en conducción y su visión de pase, su recorrido natural se consolida de fuera hacia dentro. Algo que podemos observar en los gráficos facilitados por Squawka. Reflejan los mapas de calor de Rafinha desde la vuelta de Navidades. Esta movilidad del joven brasileño es compensada por Augusto, que partiendo del interior termina ocupando el espacio en banda que deja su compañero. Al fin y al cabo esto es un concepto clave en cualquier sistema de ataque: ocupación racional de espacios. Se trata de uno de los matices más interesantes introducidos por Luis Enrique, bastante inquieto y atrevido desde el punto de vista táctico y que ha ubicado a Rafinha en distintas posiciones a lo largo de la temporada: tanto partiendo de interior como del extremo en ambos lados (véase mapa de calor vs Granada en contraste con el resto, por ejemplo).

Rafinha_1

Rafinha_2

Rafinha, especialmente desde el final de la primera vuelta, ha ido ganando empaque y protagonismo hasta convertirse en la pieza angular del Celta en ataque. Todo se explica a partir de sus recepciones en derecha, desde donde empieza a inclinar el campo hacia área rival. Los entrenadores rivales ya son conocedores de que el Augusto-Rafinha supone una ventaja para los gallegos de manera que ya ha habido partidos en los que hemos presenciado una doble marca sobre el ‘falso extremo’. El último en intentarlo fue el Getafe en la pasada jornada. Lo logró casi media hora, pero Rafinha es mucho Rafinha y terminó siendo el jugador más destacado del encuentro, gol incluido. Debido a que cada vez está recibiendo más atención en banda, amplía su radio de acción, bajando más a recibir y crear desde posiciones interiores. Para organizar el ataque cuando Oubiña y los interiores están en inferioridad. Además, no solo la permuta Augusto-Rafinha ofrece bastantes garantías sino que la derecha es realmente el lado fuerte del equipo y hacia donde se orienta de inicio el equipo: Hugo Mallo es un lateral sólido y de recorrido. Esta fortaleza en derecha permite que con el rival basculado, Rafinha pueda cambiar el sentido del ataque en busca de Orellana, extremo habilidoso e incisivo que suele recibir con ventaja para encarar.

La jugada preferida de Rafinha es la diagonal de fuera hacia dentro para atacar el espacio libre y a partir de ahí buscar el disparo –asignatura pendiente- o el pase definitivo. Tiene un físico fuerte y alcanza cierta potencia en conducción gracias a su poderoso tren superior. Nada que ver con el cuerpo de su hermano Thiago que es más estilizado. Este físico le permite a Rafinha asumir protagonismo sin balón, siendo muy solidario en el esfuerzo defensivo y sin importarle forcejear en el cuerpo a cuerpo. Sus números, 4 goles y 4 asistencias, no son estadísticamente algo significante en 24 partidos de Liga pero como decimos su ascendencia en el juego va a más y es probable que por pura calidad y mejora en la finalización, esos números vayan a más. Con todo, es el tercer máximo goleador del equipo y su mejor asistente. Donde sí brilla a todas luces numéricamente es en el apartado de los regates, siendo el séptimo mejor jugador de la Liga BBVA con el mismo promedio que hombres como Iniesta o Muniain (2,4 regates exitosos por encuentro). Y también por supuesto, aunque no debe ser sorpresa, en la precisión de sus pases (83%). El número de contactos con el balón ya alcanza los 40 por partido y tiene una media de más de 3 pases largos por encuentro. Como apunte, el jugador del Celta que más pases promedia es otro ex del Barça como Fontás, central izquierdo que suele mandar en la salida de balón, siendo Rafinha uno de los destinos favoritos de su diagonal. La Masia: (Dios) los cría y ellos se juntan. Un Fontás que dicho sea de paso está ganando confianza y aumentando protagonismo jornada tras jornada.

Sea como fuera y volviendo a Rafinha, hablamos de un jugador que pese a su inexperiencia y juventud, carga con la responsabilidad del ataque de un equipo que navega más cerca de la Europa League que del descenso. Aunque la lucha del Celta pasa por asegurarse la permanencia. El resto, si viene, sería algo más que bienvenido. Pero difícil, es la realidad.

Mientras, si algo tenemos claro en una vida llena de incertidumbres es que cada jornada hay que mirar a qué hora juega el Celta. A qué hora juega Rafinha. Para luego verlo, sorprenderse, disfrutarlo y preguntarse: ¿De qué juega Rafinha?

Rafinha parte de extremo pero actúa como interior, organizador, canalizador, puede llegar a ser finalizador, incluso actuar de falso 9 como lo vimos en el filial… Es que es muy bueno. Solo el tiempo y la buena o mala gestión de las partes implicadas determinarán si llegará a triunfar en el primer equipo del Barça. ¿Por qué no? Lo que sí estoy convencido es que Rafinha no será conocido como el hermano de Thiago ni el hijo de Mazinho. Será ante todo, Rafinha.

Fuentes: Squawka.com & whoscored.com