Las últimas decisiones de Martino

A estas alturas es difícil imaginar sorpresas en el planteamiento del Barça para enfrentar al Atlético de Madrid el sábado. Unos y otros no parecen estar en la situación óptima para asumir con naturalidad cambios drásticos. Así las cosas, en la previa la cuestión, si la hay, parece reducirse dos opciones: el Barça de los extremos o el de los centrocampistas.

Desde que cayera en Champions precisamente a manos del equipo de Simeone, el Barça ha desechado el plan de juntar a cuatro centrocampistas en un mismo once. Su vestido para sumar de tres en tres en Liga fue con dos extremos abiertos: el camino conocido y, por lo tanto, el más fácil. Una disposición sobre el campo más armónica, más espacio para Messi, un reparto zonal menos complejo y una melodía de fondo que todos saben como sigue. La contrapartida defensiva que supone eliminar a un centrocampista y perder a Cesc en la transición, compensa ante rivales que siempre serán más débiles en el intercambio de golpes incluso ante este irregular Barça. Sin embargo, el sábado visita el Camp Nou el Atlético de Madrid finalista de la Champions, y recuperar el antiguo esqueleto es una opción a barajar.

Con Busquets, Xavi, Cesc e Iniesta juntos sobre el campo, la cuestión no es sólo decidirse entre Alexis y Pedro como segundo hombre de ataque, sino hacerlo también sobre cómo se situarán las piezas ofensivas. Lo habitual ha sido que para organizar estas piezas, Martino situara a Iniesta en la izquierda, a Messi por el centro y al delantero restante en el flanco derecho. Cesc, junto a Busquets y Xavi una línea por detrás. Sin embargo, ya la última vez, el de Arenys jugó más cerca del área. Primero porque es gol, segundo porque Iniesta ante el Atlético tiene más sentido que nunca en mediocampo, y tercero porque el Tata utilizó a Messi como señuelo volcado a banda derecha. No funcionó pero ahí está, Martino ya lo pensó una vez. Sea cual sea la forma como se repartan las posiciones arriba, el problema de esta propuesta es que renuncia a una presencia fija en la zona más débil de la defensa colchonera. La de Juanfran. No porque el lateral sea especialmente imprudente, sino porque mezclando el planteamiento de unos y otros, en su posición se termina generando una situación que requiere un grado de destreza defensiva que el que fuera delantero de banda en sus inicios, no siempre alcanza.

Messi, Xavi y Dani Alves provocan que la banda derecha sea la que acumula más tiempo de juego, lo que implica, por lo tanto, que también el sistema defensivo del Atlético bascule hacia ese sector. En la izquierda hay más espacios. Además, Iniesta jugando de interior izquierdo reclama la atención de las ayudas: a Andrés hay que salirle lejos. Al Barça seguramente le faltará Jordi Alba, que es la tercera pata en este escenario, pues su presencia abierta y amenazante es la que fija abierto a un rival. Y en medio de todo ese entramado de tensiones y atracciones, Juanfran y el extremo izquierdo culé. Neymar si es Neymar, o Pedro si es Pedro. No en vano el brasileño es el único azulgrana que le ha marcado esta temporada a Courtois y lo ha hecho, las dos veces, entrando sobre la posición de Juanfran. Pedro es otro hombre que de ahí puede sacar petróleo. Se mueve bien, es incisivo, tiene mucho gol y una puntualidad que vale oro en citas como la de mañana.

Con el 4-3-3 el nombre de los once parecería estar claro si no fuera por la jornada 37. Jugó Cesc por Xavi. El Elche no es el Atlético, el Martínez Valero no es el Camp Nou y el de Terrassa no llegaba bien al encuentro, pero jugó Cesc por Xavi. Una dosis mayor de agitación, de velocidad en las transiciones, de gol y un desahogo para Messi. Razones que bien pueden merecer salirse del camino marcado.