Hace unas semanas, nadie hubiera pensado que en el partido que enfrenta al Barça y al Sporting de Gijón en el coliseo culé habría tanto en juego por ambas partes. Más de uno en tierras astures soñaba con que Luis Enrique, ante el colchón de puntos que le separaba de Atlético de Madrid y Real Madrid, le pediría a los suyos que echaran el freno, como ya lo hiciera Xavi la pasada campaña frente al Deportivo de La Coruña. Sin embargo, inexplicablemente, el conjunto blaugrana ha ido perdiendo esa distancia que le separaba del segundo y del tercero y llegan a este partido con la necesidad de puntuar. Y lo mismo ocurre con el Sporting: en otra ocasión, si el equipo hubiera estado salvado, seguramente Abelardo también le habría pedido a los suyos que utilizaran dos o tres marchas menos de las habituales… sin embargo, los asturianos se juegan la vida, literalmente, y tienen que ir al Camp Nou a puntuar. El Sporting no puede ir a especular porque la permanencia está en su mano -o en sus pies, mejor dicho-. Quién le iba a decir a Luis Enrique y a Pitu Abelardo que ambos se jugarían tanto en este encuentro…

El Barça llega tras endosarle una goleada de escándalo (0-8) en Riazor al Depor, que, sin duda, pagó los platos rotos de las anteriores jornadas. Y, el Sporting, de ganar al mismísimo Sevilla -semifinalista de Europa League- en El Molinón con un gol de Isma López en el minuto 93 que supuso el 2-1 definitivo. Además, tras el gol del Sevilla (llegó en el minuto 7 de la primera parte), los de Abelardo realizaron uno de los mejores partidos de la temporada, especialmente en el tiempo restante del primer acto. Ese gol de Isma cuando el partido agonizaba bien podría significar la lluvia en plena sequía para el Sporting en un aspecto metafórico. Y, causalmente, empezó a diluviar en Gijón esa noche del miércoles tras el gol de Iborra.

El Barça se juega La Liga y ha recuperado la autoestima y su propia identidad tras varias jornadas deambulando por los campos de España. Seguramente esta victoria haya supuesto una gran inyección moral para los culés, como así le sucede a los guajes de Abelardo, que bien lo dijo él mismo en rueda de prensa: “esta es una victoria no solo deportiva, también moral”. El Sporting quiere y está convencido de seguir la próxima campaña en Primera División. Ambos entrenadores tendrán el corazón dividido el sábado, pero necesitan puntuar… así que veremos una auténtica -y preciosa- batalla futbolera.

En cuanto a la alineación del Sporting, Abelardo acostumbra a utilizar el 1-4-2-3-1, aunque en ciertas ocasiones ha optado por el 1-4-3-3 y le ha funcionado bastante bien. Sin embargo, el sábado se enfrenta al equipo que más le gusta tener el balón, por lo que tendrá que optar por un sistema más defensivo que ofensivo y este es, sin duda, el 1-4-2-3-1. Probablemente haya bastantes cambios en el once respecto al partido de la primera vuelta. Mi apuesta sería: Cuéllar en portería; defensa para Lora, Luis Hernández [en el Molinón jugó Lichnovsky], Jorge Meré e Isma López [en el Molinón jugó Canella]; el doble pivote lo formarán Sergio Álvarez [en el Molinón jugó Nacho Cases] y Mascarell; la línea de tres: Carmona [en el Molinón jugó Pablo Pérez], Dani Ndi [en el Molinón jugó Halilovic] y Jony [en el Molinón jugó Álex Menéndez]; y, como delantero centro: Tonny Sanabria. Eso sí, tanto Jony como Sanabria, están pendientes de evolución puesto que acabaron con sobrecarga muscular el pasado miércoles.

La suerte está echada, Asturias muy presente y mucho en juego para ambos.