PERIODO ENTRE GUERRAS

Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial hubo un periodo de bonanza económica en el mundo que fue truncado por el crack del  29, que al final derivó en un crecimiento de los regímenes totalitarios, que a su vez acabaron abocando a la Segunda Guerra Mundial, todo en apenas veinte años… así, a grandes rasgos se podría reflejar la consecución de hechos entre los dos eventos que marcaron el siglo pasado tanto en Europa como en el mundo.

Esta vez no disponemos de tanto tiempo, apenas tres días entre la Copa del Rey y la Liga, ambos partidos en el Bernabéu, ambos encuentros dilucidan gran parte de los títulos locales en juego.

El primero ya conocemos todos el resultado; podemos vestirlo de la literatura que queramos, pero al final esto se trata de meter la pelotita en el cajón. Y no, no es ser resultadista, es reflejar la realidad. Cierto es que el juego de ninguno de los dos conjuntos estuvo a la altura de una semifinal de copa entre dos de los mejores equipos del panorama europeo, pero no es menos cierto que cuando de remontar un resultado adverso corto se trata, el objetivo debe ser anotar cuando la oportunidad lo indique y guardar tu portería a cero de la mejor forma posible.

El Madrid entendió que cerrando las vías a Leo con una vigilancia flotante de Casemiro por todo el campo y el resto de líneas atentos a cerrar líneas de pase al diez, tanto para que no recibiera, como para que pudiera hacer las menos veces posible de lanzador de la jugada, podía ser suficiente para cortocircuitar al conjunto azulgrana y fiarlo todo a los arreaones del nuevo ídolo local, tan capacitado de desarbolar con sus conducciones a la defensa azulgrana, como de decidir y ejecutar continuamente de manera errónea. Haciendo de fogueo cada oportunidad para certificar la defunción blaugrana.

Lo que el Madrid no contaba es que, cuando se intenta congelar la aportación del diez, puede implicar que el resto de peones alrededor, den un paso adelante y puedan convertirse en caballos, alfiles o torres capaces, sin la ayuda de la reina, de dar jaque mate a la portería rival.

Suárez, Dembélé y Sergi Roberto entendieron que el tablero cerraba las vías de comunicación con el astro argentino, pero las abría para ellos. Y así acabaron derribando la defensa rival.

Ayudó que en la segunda parte, la lectura del partido de Ernesto volvió a ser clarividente y ese 4-2-3-1 donde Rakitic echaba una mano en la base a un desacertado en la ejecución Busquets, quizá una de las noticias más preocupantes de este Barça. Sobre todo porque, como alguna vez hemos comentado, Sergio es el termómetro de este equipo; si él está bien, el Barça está bien y viceversa. Y que esa nueva disposición mandaba a Ousmane a la derecha, que siempre habilita al ambidiestro su mejor perfil, haciéndole más peligroso en sus arrancadas.

¿Quiere esto decir que esta podría ser la mejor versión a enseñar el sábado de nuevo? No necesariamente. Esperamos un paso delante de Leo que hoy le haya servido para leer el entramado que preparó Solari para él. ¿Caerá a banda de nuevo?

Que Busquets no pierda esos balones estúpidos en medio campo que suelen implicar claras oportunidades rivales. ¿Volverá a necesitar al mejor Rakitic a su lado?

Que Ousmane esté más preciso y siga siendo ese jugador desequilibrante que decidió el miércoles ganar esto.

Que Suárez continúe acertado con sus decisiones y con sus ejecuciones técnicas, sobre todo afinando su puntería teniendo como objetivo Courtois en vez de Navas.

Probablemente Sergio Roberto empiece de lateral derecho y al centro del campo se sume un Vidal o, lo que sería una marcada declaración de intenciones, un Coutinho…

Veremos cómo enfoca el partido Valverde, lo que sí sabemos es que, lo haga como lo haga, llegará el descanso y volverá a hacer la interpretación acertada del mismo…