Dos meses llevaba buscando Svetislav Pesic el equipo que a él le gusta, el que trata de conseguir desde que le encomendarán llevar a buen puerto este megaproyecto. Si el que se vio en la 2ª parte ante Maccabi no es ese conjunto se le parece muchísimo. Tras una 1ª mitad donde nunca fue capaz de imponer su ritmo a este (por fin) buen equipo macabeo en la 2ª la transformación fue total y el Barça cuajó los mejores minutos de la temporada. Durísimos e intensos en defensa y ágiles y fluidos en ataque. De pronto hubo “click”.

Pasó desapercibida la manera de vencer a Fenerbahce por el fatal estado de los de Obradovic, pero los turcos luego ganaron en la difícil pista del Asvel y eso debería darle valor a lo conseguido ante los turcos. Pero este Barça va a ser un equipo examinado con lupa cada partido y el de dos días después ante Maccabi, que está cuajando un inicio de Euroliga prometedor, estaba señalado. Pues bien, los de Pesic mostraron su versión más creíble.
Toda mejora colectiva tiene su razón en un incremento individual de todos sus miembros. Por ejemplo Delaney, cuyo comienzo ha dejado fríos a los culés pero que parece llegar poco a poco. Los puntos llegarán (o no porque tampoco el equipo depende de ello), pero semana tras semana va pesando más en el equipo cuando sale a cancha. Es el único base ahora y eso se nota en la dirección, controlando mejor el ritmo que su compañero Hanga. Atrás además su crecimiento es evidente. Ha dejado de lado las faltas tontas, está midiendo mejor y cada vez es más difícil superarle.
En esta semana fantástica también hay que hablar de Kuric o Abrines. Ante el ex de Zenit hay que descubrirse porque a pesar de la feroz competencia (las lesiones han ayudado) él ha dado un paso adelante. Si el año pasado veíamos un jugador enfocado casi exclusivamente al tiro de larga distancia en esta campaña estamos viendo un Kuric más completo, menos previsible y con más iniciativa. Ya no solo vive del triple y además en defensa está empezando a mostrar el potencial que se le podía adivinar. Acaba contrato y el Barça ya debería empezar a pensar en qué planes tiene para él.
Con Álex Abrines el plan parecía desde su llegada muy claro y está llegando. Él ha puesto de su parte y Pesic le fue metiendo muy poquito a poco y pidiéndole cada día un poco más con mucha paciencia, conscientes de que hay que sembrar para después recoger. Lo que antes eran minutos “regalados” por las ausencias y por la necesidad de que él creciera en base a ese plan ahora son minutos ganados, minutos de calidad. Hace un mes Abrines no era capaz de encontrar el acierto porque no era capaz de encontrar su espacio, pero en cuanto se ha encontrado en el equipo sus porcentajes y su peso en el equipo están subiendo. Mención aparte merece la defensa. El mallorquín nunca va a ser élite en este costado, pero su mejoría es muy notoria. Se está empezando a posicionar mejor y a encontrar virtudes que igual no sabía que tenía en la canasta propia. Una intensidad innegociable si quien te entrena es Pesic, claro.
Otro que ha mejorado su versión es Pierre Oriola, que se ha puesto las pilas ante el empuje de Rolands Smits y desde el banquillo está aportando cosas. Más allá de su movilidad e intensidad está más acertado en todas sus acciones y está sumando, cosa nada fácil cuando el jugador que tienes delante es Mirotic. Casi el único jugador que parece haber empeorado respecto al comienzo de temporada es Brandon Davies, precipitado demasiadas veces y algo ansioso por anotar. En Zalgiris le ponían en ventaja en muchas ocasiones, pero aquí ha de buscarse la vida más veces y en muchos partidos le lleva a cometer demasiados errores. Afortunadamente está Ante Tomic, que como practica este deporte de maravilla está ayudando con su mejoría a darle más continuidad y fluidez al juego de ataque culé. Cuánto se le volvió a “zurrar” tras el gran comienzo de Davies y qué poquito se le reconoce cuando lo hace bien.
Dejamos para el final a Higgins y Mirotic. Al americano ya se le esperaba en esta versión porque es buenísimo, pero Mirotic está superando las expectativas. Uno podía esperar que alternara actuaciones estelares con otras algo más individualistas, pero la versión de la pasada semana es la de un jugador comprometido con su equipo y al servicio del mismo. Ya sabíamos que es una bestia anotando y que su rango de tiro es enorme, pero esta versión de fajador en la pintura es una noticia fantástica. Mejor verlo anotar tras un palmeo o rebote ofensivo que en un tiro de 8 metros, porque esta virtud ya la conocíamos. Ahora parece estar ampliando su catálogo y esto lo pueden convertir en un “4” más total, si cabe. Y eso por no hablar del compromiso que muestra con sus compañeros, con su afición y el proyecto.
Estaría bien que ahora que casi todos sus jugadores están con flechita para arriba Pesic lograra darle continuidad a esos segundos 20 minutos ante Maccabi para intentar coger velocidad de crucero y tratar de llegar al Clásico de ACB dependiendo de sí mismos para alcanzar el liderato. También para intentar tomar cierta distancia con el 5º clasificado Euroliga ahora que el calendario puede dar una pequeña tregua. Pero antes ganar mañana al campeón, a CSKA, en otro partido ante un gran rival dañado pero que daría otro espaldarazo al proyecto.