Desde siempre, la humanidad ha tenido miedo a la muerte, al sitio donde irán después de perder la vida. ¿Quién les espera? ¿El qué? En el futbol, a veces lo más cercano a la muerte es el descenso. Con la caída del Espanyol, el FCB se quedó sin derbi… o no.

A veces los ángeles descienden a los infiernos, a veces estos viven allí. Las alas no se queman, están disponibles para volar y hacer trizas lo que ellos consideren. Que te viste un ángel en el infierno, es el siguiente paso.

 

El derbi

 

Pese a la mala clasificación del filial españolista, un partido de estos siempre es especial, siempre es un paréntesis en la competición, nada hasta ahora parece importar. Con esta premisa, el B visitaba a su rival y lo hacía con dos bajas que a priori debían pesar.

 

 

Las bajas

 

El B arrojaba en su once titular algunas novedades buenas y no tan buenas. La lesión la semana pasada de Baldé es algo que se sabía, iba a tocar cosas en el equipo, porque solo él te permite cosas que el bueno de Mika no. Sin el joven lateral, el equipo se quedaba sin ese extremo desde el lateral, sin esa autosuficiencia para el regate y ocupación completa del carril, sin una velocidad endiablada.

Por otro lado, una baja de última hora, que a priori iba a ser bastante pesada, Lucas de Vega se queda fuera y entra en su lugar Gustavo Maia, el día y la noche. Pimienta elige un extremo no masía ante la baja de un interior Masía que juega de extremo… un cambio potente eh

Estas novedades también vienen desde unas bajas previas, pero a diferencia de las anteriores, sus sustitutos arrojan una alegría e ilusión de ver superior a los otros. La baja de Matheus era de las más fáciles de paliar, pero es que su sustituto fue Gavi, una bailarina de 16 años que danzó durante el partido pese a ser la “primera vez”.La otra baja sería la de un Manaj creciente, que dejó paso a Peque, un jugador que pese a sus buenas actuaciones viene contando poco.

 

 

Dominarte en el infierno

 

Con todo lo anterior, faltaba una pieza, faltaba el ángel caído. Como si no perteneciese a este mundo, Collado se mostraba de nuevo en la categoría como si no perteneciese a ella. El rival pondría las cosas difíciles al B desde una presión que puso en más de un apuro la  salida de balón. Desde un 4-4-2, el Espanyol se plegaba en un 4-3-1-2 que saltaba sobre centrales y pivote, con una intención clara de sacar los balones hacia fuera.

Una vez ahí lateral, interior y extremo culé iban a ser presionados al hombre, formando una especie de triángulo que buscaba asfixiar al filial y hacerle perder el balón, bien desde el robo, bien desde la pérdida, pero la intención era impedirle un progreso que en otras zonas estaba más barato. Con estas presiones casi al hombre, una simple recepción entre líneas o un giro que se quitase de encima a su marca hacía ver todo el futbol de cara y liberado, de ahí la elección de Gavi, que permitiría ese giro y protección para salir.

Las presiones fueron efectivas, pero los talentos culés se pudieron escapar, especialmente por sus interiores, especialmente por Collado. Aunque no sea lo típico, un mecanismo que se vio más de una vez, fue a Konrad bajando casi a la altura del interior, intentando arrastrar su marca. Ante esto, Collado se lanzaba en un desmarque de ruptura propio de un delantero de banda a la espera de recibir ese baló que Konrad o Peque dejaría de cara, o que algún compañero le diese en largo.

Su jugada más característica fue la de infiltrarse, pero ante estas presiones, bajar y crear campamento base donde el rival no llegase también era su misión. Dotar de pausa y protección de balón, Collado leyó eso muy bien para posteriormente salir conduciendo y/o regateando, para activar su pase al hueco.

Los otros actores secundarios fueron Peque y Nico. El primero tiene unos movimientos impropios de su edad, indetectable para los centrales. Se dejaba caer, jugaba de espaldas y volvía a activarse al espacio, creaba ese escalón a veces necesario para progresar. Del improvisado pivote, decir que su rendimiento actual en esa posición está siendo descaradamente buena. Aunque no tenga esa creatividad y dirección de campo de Jandro, Nico está dotándole de sistemas de salto de presiones, bien desde la conducción, bien desde la finta. Lateralizándose o por la zona central, Nico está siendo diferencial para el filial.

 

La conquista

 

 

Messi tiene imposible marcar diferencias en el derbi del primer equipo por motivos más que suficientes, pero como buen Dios, delega en sus ángeles ciertas misiones. Collado desplegó sus alas para conseguir la victoria que casi asegura el siguiente paso en la categoría. Hasta ahora, el filial españolista no ha podido más que ver lo que otros ya hicieron, esas plumas que demuestran que la presencia pasó por allí, en forma de interior alado