Se preveía lavado de cara en la plantilla del Barça B y así fue. Eusebio Sacristán solicitó a la secretaría técnica una serie de perfiles y nombres y, aunque con alguna excepción -el técnico vallisoletano echará especialmente en falta a su tan ansiado delantero-, los fichajes han sido los esperados. El filial culé cerró el mercado con diez altas: cinco fichajes y cinco promociones. Curiosamente, de los cinco recién llegados al club, cuatro son zurdos. Destacablemente, todos menores de 20 años. Atrás quedaron los fichajes de veteranos entendidos como medios para ayudar en la proyección de los más jóvenes y reforzar las aspiraciones del equipo. Esta temporada en el Miniestadi, la madurez no tiene nada que ver con la edad, sino con la experiencia.

Fichajes

Alen Halilovic: (1996, Dinamo Zagreb.) El croata fue el primer fichaje del equipo y el gran nombre de este mercado. Aunque está acostumbrado a jugar en banda, todo parece indicar que los técnicos tienen pensado acomodarle en el interior -entre otras cosas, porque es difícil disputarle el puesto a Adama-. Quizá es por ello que en estos primeros minutos con el Barça B, se le ha visto marcando siempre la salida hacia la izquierda y dándole la espalda al extremo derecho, algo que desfavoreció el juego del equipo frente al Sabadell en la segunda jornada. Aunque se le ve participativo, aún debe hacer un máster para sentirse cómodo dentro de los mecanismos que emplea Eusebio. Pero pese a que se nota que viene de otro fútbol, el talento y las aptitudes del croata no ofrecen lugar a dudas. Es un futbolista de naturaleza asociativa que destaca por su excelente técnica: giros, elasticidad, conducción y control de balón exquisito, entre otras características. Aunque pueda parecerlo, no es débil físicamente, y juega de manera hiperactiva e intensa.

Gerard Gumbau: (1994, Girona B.) Pese a que en pretemporada vimos como Eusebio le probaba de mediocentro, posición en la que podría ser muy útil si Luis Enrique se acostumbra a contar con Samper para el primer equipo, en el inicio de la competición lo ha utilizado como recambio en el interior. No se le supone titular, pero su polivalencia –puede rendir en todas las posiciones del centro del campo– se intuye muy interesante a medida que la temporada avance. Gumbau es un centrocampista zurdo muy técnico, en el Girona especialista en las jugadas a balón parado. Destaca por su potente disparo desde diferentes distancias y por su capacidad goleadora -frente al Zaragoza ya marcó- llegando desde segunda línea.

Bicho: (1996, Deportivo de La Coruña.) Seguramente, el segundo nombre más importante fichado este verano. Su talento está fuera de toda duda y por condiciones técnicas y físicas, resulta un jugador muy adaptable al juego culé: conducción exquisita, último pase, facilidad para combinar, para aparecer y para aglutinar y pasar. El gallego es un futbolista de muchísima movilidad que se ha mostrado muy capaz jugando entre líneas y que cuenta con un gran disparo con la zurda. Es también polivalente y en sus minutos con el equipo ya ha jugado en las dos posiciones de interior y como extremo derecho, interiorizándose y siendo punto de partida del desequilibrio. Su impacto en A Coruña fue bestial, lo que le hará poder convivir con la presión que supone jugar en las filas del filial del FC Barcelona.

Juan Cámara: (1994, Villarreal B.) El tercer fichaje fue otro centrocampista y, de nuevo, zurdo. El de Jaén puede jugar tanto por dentro como en banda y Eusebio ya le ha utilizado en ambas posiciones. Procedente del Villarreal B, donde se convirtió en uno de los principales argumentos en ataque, marcando incluso 10 goles para su equipo. Aquí, contra el Real Zaragoza, pudimos ver su perfil más ofensivo, pese a que su presencia resultó poco amenazante y estuvo bastante desconectado. Desde el interior, se aprecia en él madera de asistente y visión para el último pase. Sin embargo, lo que más ha destacado por el momento es su peso en fase defensiva y su intensidad en la recuperación tras pérdida.

Diawandou Diagné: (1994, KAS Eupen.) El único fichaje de rol defensivo y el que más minutos ha tenido hasta el momento, titular ya en tres jornadas. El senegalés fue una de las revelaciones de la temporada, sorprendiendo con su calidad con el balón en los pies. A pesar de no ser un jugador alto, físicamente es fuerte y rápido, especialmente cuando va al corte. En la salida de balón, éste no le quema y cuenta con una notable lectura de juego. El Barça B está obteniendo de él algo con lo que hacía años que no contaba en defensa: pase en largo preciso y cambios de orientación. Aunque como central es donde ha jugado más minutos en competición oficial, también le hemos visto de pivote defensivo. Se trata de una posición en la que tácticamente tiene mucho por pulir ya que, como habitual marcador, tiende a retrasarse excesivamente mientras los interiores se adelantan y se parte el centro del campo.

Ascensos

Pero estas cinco no son las únicas incorporaciones del equipo. Como cada verano, también unos cuantos escogidos del Juvenil A han dado el salto de la División de Honor a la Segunda División, con el propósito de seguir formándose y completar la plantilla del filial.

Munir El Haddadi: (1995) La revelación de la temporada y no precisamente por los minutos jugados en el Miniestadi. Pese a que muchos han descubierto ahora a Munir, el canterano llevaba mucho tiempo mereciendo el ascenso al Barça B. Aún está por ver cuánto le permitirá Luis Enrique bajar a entrenarse y jugar con sus compañeros del filial, pero no sería de extrañar que cuando Eusebio lo tenga regularmente disponible, sea él quien ocupe la posición de delantero centro -pese al buen hacer de Dongou estas primeras jornadas-. Durante la recta final de la temporada pasada, el madrileño demostró ser el mejor leyendo el juego y entendiendo las necesidades del equipo en la posición. Aunque el resto de sus virtudes no nos dejen valorar su definición como merece, ha sido desde que llegó uno de los goleadores más eficaces de la cantera. Además de ser un atacante muy comprometido defensivamente y el mejor ejecutando la presión sobre el rival. El de El Escorial se encuentra actualmente en un estado de forma óptimo y anímicamente más lanzado y descarado que nunca, gracias a las múltiples recompensas que está recibiendo su trabajo y dedicación. Ya no tiene miedo a arriesgar y el Mini ya tiene ganas de verle mostrándose participativo y descarado, haciendo uso de todo su catálogo de desmarques, rupturas y apoyos.

Joseph Ondoa: (1995) Llegó en 2009 al cadete culé y ha sido desde entonces uno de los porteros marcados en rojo temporada tras temporada. El camerunés, que ya ha sido internacional con su país, cuenta con un físico poderoso y gran envergadura -1’85 m, 87 kg- aunque esto no le resta agilidad y velocidad en la reacción. Su mentalidad es valiente cuando se sitúa bajo palos y no tiene inconveniente en salir cuando la ocasión así lo requiere. Donde más destaca es en los tiros a cualquier altura y su punto a mejorar es el uno contra uno. Fuera del campo, es muy trabajador y su dominio de los pies se perfecciona curso tras curso. Cuando llegó contaba con un gran golpeo con ambos, pero ahora también se le ve cómodo a la hora de dar salida en corto al balón.

José Aurelio Suárez: (1995) Desde que llegara al Juvenil B el verano de 2011, sabe lo que es repartirse minutos en la portería, aumentando así la competitividad. El asturiano, que fue uno de los primeros inquilinos de la nueva Masia, llegó hace tres temporadas procedente del TSK Roces y su progresión ha sido meteórica desde entonces. Sus dos primeras temporadas como juvenil ya fueron buenas pero sin duda la pasada en División de Honor fue la que le hizo ganarse la promoción al filial, irguiéndose como una de las revelaciones de la temporada y uno de los guardametas más destacados del fútbol base. Espigado y de gran envergadura, si hay que destacar algo de entre todas sus cualidades, es su agilidad y su capacidad para ocupar mucha portería.

Godswill Ekpolo: (1995) Este lateral diestro ha ido subiendo escalones desde la sombra, sin llamar demasiado la atención pero siempre cumpliendo. Operado del menisco interno, en unas seis semanas aproximadamente debería estar recuperado para unirse al equipo e intentar competirle el puesto a Patric. Es un futbolista muy trabajador y constante, al que su dedicación y humildad le han llevado a ascender al filial. El nigeriano sabe sacar partido de su imponente físico y destaca especialmente por su fortaleza y velocidad. Muy disciplinado tácticamente.

Maxi Rolón: (1995) El argentino se quedó en el club en una decisión de última hora. Se pensaba en dejarle salir cedido, pero el fichaje frustrado de un delantero y el asentamiento de Munir y Sandro en los entrenamientos del primer equipo, convierten a Maxi en un futbolista útil para el filial. Puede adaptarse a cualquiera de las tres posiciones de ataque, aunque en el extremo izquierdo es donde mejor explota sus características. Cuando juegue, podremos ver su capacidad en el desborde, así como facilidad para enviar centros medidos. Es muy vertical, veloz, luchador en fase defensiva e intenso en la presión.

Wilfried Kaptoum: (1996) Pese a que oficialmente no cuente con ficha del Barça B, es seguro que le veremos a caballo entre el filial y el Juvenil A. Puede jugar como mediocentro, aunque defensivamente aún tiene carencias de peso y en la última temporada le vimos mucho más cómodo en la posición de interior. Ahí es donde jugó como titular la primera jornada de la competición y donde pudimos comprobar su gran progreso tanto en la colocación como en la distribución. Es un futbolista muy sereno y versátil, que cuenta con una técnica superdotada y que supura elegancia con el balón en los pies. Pese a la llegada de muchos y variados interiores, de momento él es de los pocos que conocen al dedillo lo que la posición requiere dentro del ecosistema culé, así que no es nada descartable que Eusebio cuente con él.

Además de ellos, al equipo se suma también el central Robert Costa (1994). El gerundense ascendió desde el Juvenil A la temporada pasada, pero fue cedido al Badalona donde logró hacerse con la titularidad y completó una campaña merecedora de volver al Miniestadi. Es físicamente poderoso y cuenta con un golpeo de balón potente, pero carece de una gran velocidad. Eusebio ya le ubicó como titular contra el Zaragoza pero, salvo sorpresa mayúscula, Costa será el cuarto central del equipo.