El Barcelona ha sido un club que ha destacado por encima de muchas otras cosas por ser una entidad que ha tenido paciencia con sus entrenadores y ha dotado de estabilidad a la parcela deportiva para poder desarrollar así los diferentes proyectos deportivos. Hasta que llegó a la presidencia Josep Maria Bartomeu y consideró que, ante cualquier vicisitud contraria a sus intereses o planteamientos primarios el director deportivo de turno acabaría en la larga lista del paro. El primero en sufrir este sinfín de cambios fue Zubizarreta después de la catártica derrota en Anoeta en ese mes de enero de 2015 en el que Luís Enrique corría peligro de destitución. El resto fue historia.

Después de Zubizarreta en la dirección deportiva apareció el nombre de Robert Fernández. Su paso por el Camp Nou no pasó de los dos años, el más estable de todos, con la salvedad de que en ese verano no tenía la posibilidad de fichar y se cerró su etapa de dos temporadas con algunas incorporaciones con buenas intenciones y resultados…mejorables (Cillesen, Semedo, Digne, Gomes, Alcácer, Arda, Aleix Vidal, etc.). Con un Luís Enrique con gran poder tras el triplete Bartomeu dio las riendas a Pep Segura para heredar el cargo de Robert y dejar al sucesor de Zubi como una especie de subalterno para gestionar toda la política deportiva. Dónde antes había un único y claro responsable pasó a dos más el papel de un entrenador influente como era el asturiano.

Tras los tres años de Lucho como técnico de la entidad azulgrana la decisión de apostar por Ernesto Valverde recayó en Segura, Robert y Bartomeu hasta que, debido a la escasa popularidad de Segura se decidió dar las llaves de la dirección a Abidal después de que Jordi Cruyff o Puyol rechazaran el cargo. Mientras, Robert mantenía un sitio con presumible poco poder pero con un papel indeterminado en el club.

Como Luís Enrique, Valverde difrutó de cierta tranquilidad en su puesto y hasta la supercopa del integrismo islámico su continuidad parecía asegurada, pero si en el Barça han pasado 4 directores deportivos durante el mandato de Bartomeu era cuestión de tiempo que la inestabilidad directiva acabara en el banquillo con su trasero en la cola del INEM para dar un cargo envenenado a Quique Setién. Veremos si el cántabro sobrevive a estos vaivenes o acaba como los nombres citados anteriormente. Que Messi le asista.